Retrasa Trump aranceles porque sabe que afectarán a economía estadounidense y no resolverán déficit: Foncerrada

La calidad de vida en Estados Unidos es una de las mejores en el mundo. Hay una enorme cantidad de indicadores que claramente manifiestan el gran bienestar de la economía americana y el gran bienestar del que goza gran parte de su población. No quiere decir que no haya pobreza, no quiere decir que no haya otros problemas, dice Luis Foncerrada, economista en jefe de la Cámara Americana de Comercio en México. Por lo tanto, los aranceles no son la solución al déficit.
La calidad de vida en Estados Unidos es una de las mejores en el mundo. Hay una enorme cantidad de indicadores que claramente manifiestan el gran bienestar de la economía americana y el gran bienestar del que goza gran parte de su población. No quiere decir que no haya pobreza, no quiere decir que no haya otros problemas, dice Luis Foncerrada, economista en jefe de la Cámara Americana de Comercio en México.

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Donald Trump ha pospuesto la entrada en vigor de los aranceles porque sabe que representan un factor negativo para la economía y los consumidores de su país. No es casual, por lo tanto, que posponga el ejercicio de estas tarifas bajo el argumento de negociaciones buscando resolver un déficit cuya solución depende de la reducción del consumo, explicó en entrevista con Revista Fortuna, Luis Foncerrada, economista en jefe de la Cámara Americana de Comercio.

Además, el gobierno de Donald Trump no debería olvidar que lo único que puede reducir el déficit de un país es reducir el consumo interno de un país y que la razón por la que Estados Unidos tiene un déficit alto con varios países es porque tiene un consumo muy alto con respecto a su ingreso interno, explicó en entrevista con Revista Fortuna, Luis Foncerrada, economista en jefe de la Cámara Americana de Comercio.

Incluso, en Estados Unidos se consume más de lo que se ahorra. Por lo tanto, entender el origen del déficit de Estados Unidos permite analizar porque la estrategia de aplicar aranceles está equivocada.

“Si el ingreso nacional es menor que todo lo que se consume y lo que se invierte, pues quiere decir que las cosas vienen de otro lado. Entonces, la forma de reducir mi déficit es consumir e invertir menos de lo que es mi ingreso. Así ya no tengo que traer cosas de otro lado. Las tarifas no van a resolver esta situación, pero sí van a encarecer las cosas internamente”, agregó.

De esta forma, el escenario previsible ante los aranceles es un incremento en la inflación, lo que ya está sucediendo con la sola amenaza y con la aplicación de algunos aranceles como el acero que sí se ejecutaron.

“Ya muchas cosas se incrementaron de precio. Las computadoras, algunas marcas decidieron incrementar inmediatamente su precio ya en Estados Unidos”, refirió el economista que también participa en el Comité de Fechado de Ciclos Económicos-

Foncerrada aclaró que, frente a la defensa de Trump de las estrategias para reducir el déficit comercial de Estados Unidos, es necesario diferenciar entre un déficit en la balanza de bienes comercial y un déficit en la balanza de bienes y servicios, que es el componente que realmente forma parte del Producto Interno Bruto (PIB).

El PIB, explicó, está definido como el consumo total, más la inversión total, más el resultado de la balanza de bienes y servicios. En el PIB, detalló, están incorporados los bienes y los servicios.

Sabiendo eso, vale la pena preguntarse si ¿es malo un déficit comercial?

“La verdad es que depende mucho del país y depende mucho de la forma en que lo quieras medir”, reflexionó el Doctor en Economía.

Y agregó que, normalmente la medición tradicional es una medición muy sencilla: exportaciones menos importaciones; hablar solo de bienes, sin incluir servicios todavía.  Así que, cuando se resta a las exportaciones las importaciones que realiza un país, y esto lo puedes hacer de país por país, como es el déficit con México, como es el déficit con Canadá, con China, con Japón, con Europa, cuando se restan todas las exportaciones estadounidenses a las importaciones que realiza ese país y tiene un déficit, pues quiere decir que importó más cosas.

– ¿Y eso es malo? –

Sobre este punto, Foncerrada reflexiona respecto a las condiciones de cada país y por qué importan bienes. Entonces, viene el análisis sobre si las importaciones son resultado de una evaluación que devela que se trata de productos más baratos, de mejor calidad o porque, simplemente, no se producen en Estados Unidos.

Entonces, el gran beneficio del comercio internacional es que se pueden aprovechar los bienes que se producen de mejor manera, de forma más económica, de mejor calidad en el resto del mundo.

Por lo  tanto, Foncerrada insiste en la pregunta: ¿es malo importar? Y dice: No. A la vez, un país exporta aquellos bienes que requiere el resto del mundo y que lo hago mejor. “Un ejemplo sencillo, por ejemplo, sería Suiza produce relojes, Italia  produce pasta. Indudablemente, la pasta italiana es buena calidad y los relojes suizos son de buena calidad. ¿Qué pasaría si Suiza intenta hacer pasta e Italia intenta hacer relojes? La verdad es que tendríamos relojes probablemente de muy mala calidad y yo no quiero probar la pasta hecha en Suiza. ¿Qué quiere decir? Que hay que aprovechar las ventajas de un país que ha desarrollado a través de probablemente decenas y decenas de años y esa es la gran ventaja del comercio internacional”.

– ¿Cómo se genera, entonces, el déficit? –

“Si tengo un déficit porque importo más cosas de las que exporto, ¿a qué se debe? ¿Se debe a que los salarios del país del que los traigo son bajos? ¿Se debe a que los productos son de mala calidad? No, no los traería. Probablemente son más económicos que  algunos de los que yo produzco, pero probablemente no son los mismos. Entonces, la gran ventaja del comercio internacional es que aprovecho las ventajas productivas que tiene un país frente  a otro y que yo tenga un déficit quiere decir que yo estoy gastando más de lo que estoy ingresando en mi país”, detalló.

Así, explicó, el déficit de un país no se debe a lo que haga otro país. Se debe al consumo interno de este país.

“Vamos a poner un ejemplo: Si yo vendo 100, esa es la economía familiar, pero compro 120. Bueno, quiere decir que estoy  comprando más de lo que yo ingreso dentro de mi economía. Si yo quiero resolver ese déficit, lo que tengo que hacer es no consumir tanto. Esa es la receta. Si en cambio yo decido poner tarifas a esos 120 que yo compro, por ejemplo, de 10 por ciento, pues entonces lo que yo importo ya no me va a costar 120, sino 10 por ciento más otros 12, pues me va a costar 132 y, entonces, me estoy haciendo daño yo mismo. Estoy encareciendo lo que estoy importando.  ¿Y para qué lo hago? ¿Para lograr que se importe menos? Bueno, pues lo que podría pasar es que reduzca mi consumo interno”, aseguró.

De acuerdo con este documento de Stephen Miran, asesor de la Casa Blanca, que examina a fondo las estrategias para reequilibrar precisamente este comercio, la solución a estos déficits comerciales involucra una combinación de políticas arancelarias, casi por diseño, y políticas cambiarias.

– ¿De dónde surge esta corriente de pensamiento? – le preguntamos a Luis Foncerrada.

Y responde: “Mira, es curioso: es un pensamiento  muy básico, casi, yo te diría, casi primitivo, que es, estoy importando mucho y entonces, ¿cómo le hago para importar menos? Ah, pues con el tipo de cambio o con tarifas. Esto es una receta que está atacando los síntomas, no la raíz del problema”

La raíz del problema, detalla Foncerrada, es que se consume más de lo que se ingresa. Por eso se importan cosas. Entonces, es una visión, parcial, muy básica, que refleja cierta ignorancia de lo que es la balanza de pagos, y del vínculo que tiene la balanza de pagos, o sea, las importaciones y las exportaciones, con el ingreso nacional interno.

“La única manera de resolver un déficit es bajando el consumo, o bajando la inversión, o incrementando mucho el ingreso, que no está sucediendo”, explicó.

Entonces, resulta equivocado – dice – pensar que, con un tipo de cambio diferente, devaluar mucho para que se encarezcan los productos del exterior, y encarecer también los productos del exterior con tarifas, se resolverá  el problema.

Ninguna estrategia cambiaria o arancelaria va a funcionar sino se logra modificar el nivel de consumo.

Además, desde hace ocho años, desde la primera temporada de la administración del presidente Trump, Estados Unidos tiene el ingreso más alto del mundo. De hecho, Estados Unidos tiene el ingreso per cápita que se ubica entre uno de los tres más altos del mundo.

Aún más, la calidad de vida en Estados Unidos es una de las mejores en el mundo. Hay una enorme cantidad de indicadores que claramente manifiestan el gran bienestar de la economía americana y el gran bienestar del que goza gran parte de su población. No quiere decir que no haya  pobreza, no quiere decir que no haya otros problemas.

La cultura americana tiene sus características específicas, pero tiene grandes, grandes ventajas sobre el resto del mundo. “Es curioso que en la Casa Blanca hoy digan que el mundo ha estado abusando de Estados Unidos, cuando no es así”, dijo el Economista en Jefe de la Cámara Americana de Comercio.

“Entonces hay  una percepción extraña, curiosa, parece más proveniente de un discurso político, ideológico, geopolítico. Las tarifas que puso China, por ejemplo, como represalia pueden afectar seriamente a una industria importante americana. La integración de la producción mundial ya es gigantesca”, aseguró.

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