Conectados al pasado: Telmex no puede quitar los teléfono públicos de las calles

Conectados al pasado: Telmex no puede quitar los teléfono públicos de las calles

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 8 segundos

En una esquina de una calle muy transitada en la Ciudad de México, una caseta telefónica oxidada sigue en su lugar. Durante años fue testigo de llamadas de emergencia, angustias, confesiones amorosas, encuentros sorpresa, buenas y malas noticias, acuerdos cerrados y promesas rotas. Hoy, casi nadie le presta atención. Sin embargo, su historia es clave para entender cómo han evolucionado las telecomunicaciones en México y el papel que ha tenido Teléfonos de México, empresa mejor conocida como Telmex.

Sin embargo, que todavía existan teléfonos públicos en las calles de la capital tiene más que ver con trámites y reglas que con la nostalgia, según dijo el propio Carlos Slim en su conferencia anual a principios de año; ante los medios de comunicación, el empresario expresó su molestia con las reglas actuales que impiden quitar los teléfonos públicos que ya no se usan, a pesar de que estos aparatos prácticamente han quedado en el olvido con la expansión de los celulares.Conectados al pasado: Telmex no puede quitar los teléfono públicos de las calles

“Tenemos años pidiéndole al IFT que nos dejen quitar los teléfonos públicos porque ya no se fabrican, y tenemos 500 mil teléfonos regados por todo el país. No nos han autorizado reducir el número”, dijo Slim, quien relacionó este problema con una falla en la manera en que se actualizan las reglas.

¿Los teléfonos públicos siempre estuvieron en las calles?

La telefonía llegó a México en 1878, cuando se hizo la primera llamada entre el Palacio Nacional y el Castillo de Chapultepec, como lo muestra el archivo histórico de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Poco después, en 1882, se creó la Compañía Telefónica Mexicana (CTM), que empezó a ofrecer líneas telefónicas al público en oficinas, estaciones de tren y hoteles del centro de la ciudad.

El verdadero crecimiento del servicio telefónico ocurrió hasta 1947, cuando el gobierno mexicano unió varios servicios que estaban separados en una sola empresa: Teléfonos de México S.A. (Telmex). Hasta ese momento, la telefonía estaba en manos de empresas privadas que operaban en diferentes zonas del país, sin una red única. Eso significaba que hacer una llamada de Guadalajara a Veracruz podía ser técnicamente imposible si ambas ciudades usaban sistemas distintos.

Esta falta de conexión también hacía innecesario unificar criterios técnicos como los números telefónicos, porque mientras una empresa -La Mexicana- usaba una combinación de números y letras, otra -Mexeric- solo usaba números.

Este tema de la falta de conexión entre redes no fue una discusión pública relevante hasta que, en 1936, el presidente Lázaro Cárdenas le pidió al entonces secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, Francisco J. Múgica, que interviniera. Así fue que, según archivos históricos, el funcionario dio a ambas compañías 15 días para presentar un acuerdo y conectar sus líneas telefónicas. Si no lo hacían, advirtió, la propia Secretaría decidiría las condiciones de conexión.

Pero la competencia especificamente entre La Mexicana y Mexeric no era sólo técnica: trabajaban en un ambiente complicado donde, aunque eran competidoras, sus empresas dueñas tenían relaciones financieras y compartían acciones. Por ello y ante la orden presidencial, en lugar de presentar un acuerdo para conectar sus redes, ambas empresas propusieron fusionarse. La Secretaría rechazó esa idea e impuso reglas para que se conectaran sin necesidad de fusionarse.

“No hay razón legal ni moral para que existan dos servicios parecidos que trabajen por separado”, dijo Múgica en su resolución.

Ese mismo año, el Congreso aprobó la Ley de Expropiación, lo cual probablemente fue visto como una advertencia por parte del gobierno. Fue hasta 1938 cuando por fin presentaron un plan para conectar sus redes y cambiaron sus sistemas de numeración para que eso fuera posible.

Telmex nace para hacer todo más sencillo

Diez años después, en 1947, se fundó Teléfonos de México, S.A. (Telmex); Mexeric le vendió sus bienes, permisos y todo lo relacionado con el servicio telefónico, en una operación aprobada por la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. Como heredera de Mexeric, Telmex tuvo que negociar con La Mexicana para unir por completo los sistemas telefónicos, lo que marcó el inicio de una nueva etapa para las telecomunicaciones en el país.

Así, con mayoría del gobierno y participación de empresas privadas, Telmex se creó para unificar la infraestructura, automatizar el servicio y formar una red nacional bien organizada. En ese contexto se empezaron a instalar los primeros teléfonos públicos con mayor cobertura, ya como parte de una red nacional en crecimiento.

En los años ochenta, Telmex amplió su cobertura a más de 400,000 teléfonos públicos. Y tras su privatización en 1990 —liderada por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y comprada por un grupo encabezado por Carlos Slim— la empresa aceleró el paso hacia lo digital. Aparecieron los teléfonos con tarjeta y los sistemas de prepago. Para el año 2000, México llegó a su punto más alto con más de 700,000 casetas operadas por Telmex, según el IFT.

El principio del fin; tarjetas de prepago

Durante su conferencia de prensa anual, el ingeniero Slim también recordó que en los primeros años de Telmex, los teléfonos públicos fueron una herramienta clave para que la gente se pudiera comunicar en todo el país, sobre todo en zonas alejadas. Gracias a una sugerencia de France Telecom, dejaron de funcionar con monedas y empezaron a operar con tarjetas de prepago, lo que los hizo más eficientes.

“Llegamos a vender más de 25 millones de tarjetas en un mes”, recordó. Hoy, en cambio, las ventas son mínimas y casi nadie usa esos equipos; su auge no duró.

A partir de 2005, la llegada masiva de los celulares provocó una caída fuerte en el uso de teléfonos públicos. Telmex dejó de darles mantenimiento y muchos quedaron dañados o abandonados. Según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones, para 2023 solo quedaban unos 19,000 teléfonos públicos activos en todo el país, sobre todo en zonas sin cobertura móvil.

Slim también destacó que de esa experiencia con las tarjetas de prepago nació el sistema de prepago para celulares, algo que describió como una idea mexicana:

“De alguna forma lo inventamos en México… y ahora lo usan entre el 70 y 80% del mundo”. El empresario lamentó que, a pesar del avance tecnológico y los cambios en la forma de comunicarse, aún existan reglas viejas como la obligación de mantener teléfonos públicos.

Estas declaraciones se dieron en un momento de incertidumbre con las reglas del sector, luego de la desaparición del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), lo cual ha generado dudas sobre el futuro del sector y sobre quién tomará las decisiones en telecomunicaciones.

A pesar de esta incertidumbre, un comunicado señala que en 2024 el IFT dio a Telmex una prórroga para seguir operando los teléfonos públicos hasta 2030 en las regiones más marginadas, argumentando que en esas zonas siguen siendo el único medio de comunicación disponible para comunidades sin celular ni internet. Según el Instituto, la medida busca asegurar un mínimo derecho a la comunicación, aunque en muchas ciudades ya no se ven ni se usan esas casetas.

Aunque invisibles para muchos, son un recordatorio de una infraestructura que revolucionó las telecomunicaciones y que formó parte de la vida de varias generaciones.

 

 

 

También te puede interesar: Alcanza Alsea acuerdo en desarrollo con estadounidense Chipotle Grill