Los autos extranjeros pagarán caro: Trump pone a Norteamérica en la pole position (con EE.UU. al volante)

Los autos extranjeros pagarán caro: Trump pone a Norteamérica en la pole position (con EE.UU. al volante)- Tiempos de los aranceles
Los autos extranjeros pagarán caro: Trump pone a Norteamérica en la pole position (con EE.UU. al volante)

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 52 segundos

Los autos extranjeros pagarán caro: Trump pone a Norteamérica en la pole position (con EE.UU. al volante)
Los autos extranjeros pagarán caro: Trump pone a Norteamérica en la pole position (con EE.UU. al volante)

Trump grava con 25% los autos importados no hechos en EE.UU., favoreciendo a las fábricas en suelo estadounidense. México y Canadá, vía T-MEC, deben usar más piezas de EE.UU. para competir. Los importados suben de precio, y EE.UU. toma el mando en Norteamérica. ¿Un anticipo del 2 de abril y de los anuncios sobre aranceles?

Un decreto firmado hoy por el presidente Donald Trump acaba de revolucionar la pista automotriz: desde el 3 de abril, todo automóvil importado que no se fabrique en Estados Unidos cargará un arancel del 25%. Es un golpe certero a Japón, Alemania y China, y un rugido para salvar la industria estadounidense, amenazada —según la Casa Blanca— por “subsidios injustos” y cadenas de suministro que colapsaron en la pandemia. México y Canadá tienen una salida bajo el T-MEC, pero con una condición: demostrar cuánto de sus autos lleva el sello “Made in USA”, porque en esta carrera, EE.UU. exige el asiento del conductor.
La chispa saltó con un informe de 2019 que alertó sobre el peligro de las importaciones masivas de autos y partes para la seguridad nacional. Hoy, con solo la mitad de los autos vendidos en EE.UU. hechos en casa y los empleos del sector sin arrancar, Trump pisó el acelerador. “La pandemia nos dio una lección”, sentencia el decreto. Y esa lección viene con un precio alto para los de afuera.

Ganadores y perdedores en la pista

Un BMW o un Toyota importado enfrentará un 25% extra en el mercado estadounidense. Las fábricas instaladas en suelo estadounidense, en cambio, ya celebran en la meta. México y Canadá pueden esquivar parte del golpe reportando el “contenido estadounidense” de sus autos —piezas hechas o transformadas en EE.UU.— y pagando aranceles solo sobre el resto. Pero si los cálculos fallan, el castigo será feroz y retroactivo. El mensaje es claro: Estados Unidos no solo quiere ganar, sino liderar el convoy norteamericano.

Norteamérica acelera, pero EE.UU. manda

El decreto traza la ruta: Norteamérica se adelanta al mundo como bloque. Los autos de fuera enfrentan el muro del arancel, mientras los del T-MEC tienen un carril preferencial. Sin embargo, dentro de la región, EE.UU. reclama el volante, exigiendo que México y Canadá llenen sus motores con más piezas estadounidenses. Es una victoria para el trío, pero con un líder que no comparte el podio.

¿Qué significa esto para todos?

Los consumidores estadounidenses podrían notar precios más altos en los autos importados. Las fábricas instaladas en suelo estadounidense aceleran con ventaja. México enfrenta un desafío: adaptarse rápido o quedar rezagado bajo la sombra de su vecino del norte. Algunos temen tensiones en el T-MEC; otros ven a EE.UU. consolidando su dominio en una región más fuerte.
Trump no deja dudas: primero Estados Unidos, y luego —si siguen sus reglas— México y Canadá. ¿Funcionará? Los próximos meses traerán el veredicto. Mientras tanto, el eco de esta decisión retumba en la carretera global. Y aquí va la gran pregunta: ¿es este arancel solo el calentamiento para el 2 de abril, cuando Norteamérica podría pisar el acelerador de su ventaja relativa, con EE.UU. firmemente al mando?