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El bono del tesoro a 10 años de EU alcanzó niveles de 4.24%, originando un aumento en su precio y presión bajista en su rendimiento, con una caída que se da por el motivo incorrecto: el revés de las expectativas de crecimiento económico. El mercado que mejor ha capturado las amenazas arancelarias ha sido el de bonos, acentuando su volatilidad notablemente
*Por Alejandra Marcos Iza, directora de análisis y estrategia de Intercam Grupo Financiero.
En muy pocas semanas, el mercado de bonos ha comenzado a reflejar una realidad distinta sobre la economía de Estados Unidos.
El pasado 14 de enero, la tasa del bono del tesoro a 10 años alcanzó un máximo del año y de 15 meses, en 4.79%. A inicios del año, se estimaba que la economía americana se mantenía firme, y los pronósticos de los analistas rondaban un crecimiento del año 2025 del 2.3 por ciento, lo que ligaría cinco años consecutivos creciendo por arriba del potencial.
En ese tenor, los mercados de futuros anticipaban que el campo de acción de la Reserva Federal (Fed) era sumamente acotado, y que derivado de la fortaleza de la economía y del magro progreso desinflacionario, la Fed no podría continuar con su ciclo de recortes, sino al final del año.
Inclusive, existía la expectativa de que las tasas podrían encaminarse al 5 por ciento en algún momento.
Pocas semanas después, el bono del tesoro a 10 años alcanzó un nivel de 4.24%, originando un aumento en el precio de los bonos ocasionado por la caída de las tasas. Pero la reducción en las tasas de interés se da por el motivo incorrecto: un revés en las expectativas de crecimiento económico.
Los indicadores adelantados apuntan a una fuerte moderación en la economía norteamericana y donde es posible argüir que parte del menor dinamismo pudo haber sido originado por las heladas. La realidad, empero, es que tenemos datos menos positivos y que abonan a una narrativa de menor crecimiento.
Malos datos
Hace unos días se publicó junto con el dato de inflación PCE- lectura de los precios preferida por la Reserva Federal- el dato de gasto personal y de consumo, que retrocedió marginalmente en términos mensuales, haciendo que varios inversionistas levantaran la ceja pues es un freno en uno de los componentes más importantes del producto interno bruto (PIB).
Además, las cifras de la balanza comercial del mes de enero en Estados Unidos señalaron un fuerte déficit, de más de 153 mil millones de dólares, muy por encima de lo que tradicionalmente se registra en el primer mes del año.
El incremento en el déficit pudo haber sido como respuesta del adelanto de las importaciones en la víspera de la imposición de los aranceles, como el del sector automotriz.
Aun así, los datos acumulados a la fecha, señalan una economía que ha perdido cierto vuelo, inclusive sin la imposición de tarifas con las que Donald Trump tiene amenazado al mundo, y a sus principales socios comerciales.
Con la acumulación de datos a la fecha, el indicador preliminar de la Fed de Altanta, el GDPNow estima que la economía americana puede estar esbozando una contracción del 2.4 por ciento del PIB del primer trimestre del año. Situación contradictoria a lo que se esperaba al inicio del año.
Incertidumbre creciente por aranceles
En respuesta, las tasas implícitas han incorporado que derivado de la debilidad en la economía americana, la Reserva Federal recortará en tres ocasiones la tasa de referencia.
Sin duda alguna estamos viviendo un mundo particularmente incierto. Las amenazas e imposición de tarifas pueden acabar por afectar de manera puntual el crecimiento económico y el aumento en los precios.
Me parece que, en estos momentos, el mercado que mejor ha capturado las amenazas arancelarias ha sido el de los bonos, y muestra una volatilidad considerable.
Sin embargo, aun con el fuerte rally de las tasas de interés observado en estas pocas semanas, no han incorporado por completo el posible efecto de permanencia de los aranceles, y el desplome de la economía.
No podemos descartar que nuevamente veamos al bono del tesoro en niveles superiores al 4.5 por ciento por el efecto posterior en la inflación.
En un entorno particularmente complejo e incierto, las tasas pueden tener resultados particularmente diferentes que las expectativas. Veremos.
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*Alejandra es Licenciada en Administración de Empresas por la Universidad Anáhuac. Complementó su preparación en la Universidad de Harvard, con cursos especializados en mercados financieros.
Actualmente se desempeña como directora de Análisis y Estrategia en Intercam Grupo Financiero, donde tiene bajo su encomienda el análisis económico y bursátil.
La ejecutiva ha participado en diversos foros de opinión a través de medios de comunicación, además de haber impartido conferencias en diversas plataformas sobre perspectivas económicas del mundo y de México. Forma parte del Top 10 Ranked Anaylst de Reuters.
Ha sido catedrática en la Universidad Anáhuac y es Embajadora de Mujeres en Finanzas, una asociación civil sin fines de lucro cuyo objetivo es cerrar la brecha de género en el Sector Financiero.
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