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En las últimas décadas, el auge de los opioides sintéticos ha puesto en alerta a las autoridades de salud pública en diversas partes del mundo. Uno de los más recientes y preocupantes de estos compuestos son los nitazenos, un grupo de drogas sintéticas cuya potencia está desbordando los límites de las capacidades de los sistemas de salud. Aunque no son nuevos, los nitazenos han resurgido como una amenaza emergente, particularmente en los mercados ilícitos de drogas.
¿Qué son los Nitazenos?
Los nitazenos son una clase de opioides sintéticos desarrollados en la década de 1950 por la compañía farmacéutica suiza CIBA. La intención inicial de estos compuestos era explorar su potencial como analgésicos para el tratamiento del dolor, especialmente en procedimientos quirúrgicos y condiciones médicas graves. Sin embargo, nunca recibieron aprobación para su uso en humanos debido a la falta de seguridad y los efectos secundarios preocupantes.
Entre los compuestos más conocidos dentro de esta clase se encuentran el isotonitazeno, el protonitazeno, el metonitazeno y el etonitazeno. Estos opioides son derivados de una estructura química que se asemeja a la de otros opioides potentes como el fentanilo, lo que explica su alta capacidad de generar dependencia y sus efectos letales en pequeñas cantidades.
Potencia y riesgos de consumo
Una de las principales características de los nitazenos es su extrema potencia. De acuerdo con estudios científicos y reportes de expertos en salud pública, algunos de estos compuestos pueden ser hasta 500 veces más potentes que la heroína y hasta 40 veces más potentes que el fentanilo. Esta alta potencia incrementa el riesgo de sobredosis de manera significativa, especialmente cuando son ingeridos sin conocimiento de la persona, ya que los usuarios pueden no estar al tanto de la presencia de estas sustancias en las mezclas que consumen.
La sobredosis de opioides puede llevar a fallos respiratorios y, finalmente, a la muerte, una consecuencia que se ha vuelto alarmantemente frecuente en los casos reportados de consumo de nitazenos. Además, el hecho de que estas sustancias no sean fácilmente detectables con los métodos estándar de análisis toxicológicos hace aún más difícil el tratamiento y la prevención de sobredosis.
La propagación del Nitazeno en el mercado ilegal
Aunque los nitazenos fueron originalmente desarrollados para fines médicos, nunca llegaron al mercado legal en forma de medicamentos. Sin embargo, a partir de 2019, los nitazenos comenzaron a aparecer en el mercado ilegal de drogas en diversas formas: como polvo blanco, tabletas y en mezclas con otras drogas como el fentanilo, la heroína y analgésicos opioides comunes. Este fenómeno ha sido particularmente visible en los Estados Unidos y Europa, donde las muertes por sobredosis asociadas con estos compuestos se han incrementado de manera alarmante.
En algunos casos, los usuarios de drogas no saben que están consumiendo nitazenos. Esto ocurre debido a que los nitazenos pueden ser mezclados con otras sustancias, lo que incrementa el riesgo de sobredosis accidental. Se estima que más de 200 muertes en Europa y América del Norte han sido asociadas con el consumo de nitazenos desde 2019, aunque la cifra podría ser mayor debido a la falta de pruebas específicas en muchas investigaciones forenses.
Implicaciones de su consumo
El consumo de nitazenos conlleva serios riesgos para la salud. Este tipo de opioides afectan el sistema nervioso central y pueden causar efectos como la sedación extrema, la disminución de la capacidad respiratoria y el colapso circulatorio. Los usuarios pueden experimentar una sensación de euforia intensa, pero el riesgo de adición es altísimo debido a su potente acción sobre los receptores opioides en el cerebro.
La sobredosis es otra consecuencia directa del consumo de nitazenos. Al ser opioides de alta potencia, la dosis letal de estos compuestos es muy pequeña, lo que incrementa el riesgo de que incluso una pequeña cantidad pueda ser fatal. Las autoridades sanitarias han advertido que, debido a la falta de pruebas específicas para detectar nitazenos, muchos casos de sobredosis de fentanilo y heroína pueden estar siendo atribuídos erróneamente a otras sustancias, sin considerar la posibilidad de que los nitazenos estén involucrados.
Situación en México
Aunque no existen estudios específicos sobre la presencia de nitazenos en México, las autoridades sanitarias y antidrogas están incrementando sus esfuerzos para monitorear y regular la circulación de estas sustancias. En el futuro cercano, el país podría enfrentar un aumento en las muertes por sobredosis relacionadas con estos opioides sintéticos si no se toman medidas preventivas efectivas.
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