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Fue uno de los funcionarios más cercanos a Emilio Lozoya quien, prácticamente, rogó a los representantes de varias empresas extranjeras que, hoy demandan al gobierno mexicano por el incumplimiento de contratos, que no abandonaran su interés en los negocios con Pemex. Fue Froylán Gracia, jefe de la Oficina en la Dirección General de Pemex, quien alentó a empresarios extranjeros para que se mantuvieran firmes en sus negocios con la petrolera. Hoy, un tribunal de arbitraje internacional asegura que el Estado mexicano denegó la impartición de justicia a contratistas que ahora pretenden cobrar 200 millones de dólares por contratos fallidos en los campos de Chicontepec, Veracruz y para desarrollar fracking que, además, no estaba permitido en la ley.
Después de que las compañías Finley Resources, MWS Management y Prize Permanent Holdings, solicitaron en 2021 el inicio de un proceso de arbitraje internacional para reclamar una indemnización el Estado mexicano a través de Pemex, el Centro Internacional de Conciliación de Diferencias (CIADI) vinculado con el Banco Mundial, concluyó que el gobierno mexicano ha denegado la impartición de justicia a estos conglomerados que demanda una indemnización de al menos 200 millones de dólares.
Pemex, según las empresas proveedoras de servicios para el sector de exploración y producción petrolera, habría violado las protecciones que, en el marco del T-MEC, se ofrecen a inversionistas en el cumplimiento de contratos que se acordaron durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y durante la gestión de Emilio Lozoya, quien actualmente aún enfrenta un proceso judicial en prisión domiciliaria luego de enfrentar cargos por corrupción vinculada con la empresa Odebrecht.
El tribunal del CIADI, formado por el árbitro español Manuel Conthe (presidente), Franz X. Stirnimann Fuentes y Alain Pellet otorgó la razón a Finley Resources Inc., MWS Management Inc.y Prize Permanent Holdings LLC., luego de que argumentaron que la rescisión de un contrato con Pemex en Veracruz no se apegó a derecho violentando sus derechos corporativos y mercantiles.
Luego de que el conflicto se llevó a juzgados y tribunales administrativos para reclamar el pago de los contratos que se acordaron con Pemex, así como la recisión – a su juicio – injustificada del contrató, la controversia llegó a CIADI y después de cinco años el arbitraje favorece a los contratistas extranjeros, según el documento del CIADI que contiene los términos de la demanda.
El factor Froylán Gracia
De acuerdo con las pruebas que se exhibieron ante el tribunal de CIADI, la oficina de Lozoya, a través de Froylán Gracia, fue la que llevó directamente la relación con estos corporativos que firmaron tres contratos de servicios con Pemex pero que fueron cancelados por razones presupuestarias. En realidad, no contaban con el marco legal adecuado para concretarse. A pesar de ello, en Pemex firmaron los contratos y las empresas aceptaron las condiciones poco claras de la ejecución.
Ante el tribunal que decidió el arbitraje, los ejecutivos de Finley Resources, MWS Management y Prize Permanent Holdings, explicó que fue Froylán Gracia, el segundo al mando del director general de Pemex, Emilio Lozoya, desde finales de 2012, con quien los demandantes estuvieron en contacto regular
“El Sr. Gracia alentó a los demandantes a expandir sus inversiones en México con el Contrato 821. Por ejemplo, envió el siguiente correo electrónico a Jim Finley: Acabo de recibir la noticia sobre su decisión de dejar de realizar más inversiones en México. Entiendo y comparto sus preocupaciones sobre sus experiencias pasadas con respecto a las licitaciones y los pagos en [Chicontepec]. Es una situación muy inquietante que la nueva administración de Pemex está solucionando… Personalmente abordaré sus preocupaciones con mi director general, ya que no queremos [perder] más inversiones que llegan a México”.
Y continua el correo electrónico al representante de las empresas que demandaron al Estado mexicano: “Como usted sabe, hemos estado buscando una solución favorable al contrato que se le adjudicó a sus socios y a usted, y a la finalización de algunos pagos que están vencidos. Espero que su decisión no sea definitiva, ya que realmente nos beneficiaríamos de la experiencia de su empresa. Si lo es, le solicitaría que sigamos discutiendo sobre cómo impulsar el desarrollo de las actividades de exploración y producción de esquisto en México”.
Así el tono en el que Gracia pedía a los proveedores extranjeros que no abandonaran sus contratos.
De acuerdo con el sitio especializado en arbitrajes internacionales Ciar Global, entre 2011 y 2014, las demandantes obtuvieron tres contratos de servicios petroleros con Pemex. Sin embargo, la compañía estatal suspendió la ejecución de los tres contratos debido a restricciones presupuestarias. Pero Pemex solicitó trabajos que obligaron a las estadounidenses a contratar a terceros y no pagó, lo que expuso a las demandantes a litigios en Estados Unidos interpuestos por los proveedores. Finley, MWS y Prize iniciaron tres juicios en el sistema judicial mexicano, que después fueron abandonadas para reclamar a través de arbitraje de inversiones.
Gracia, según las pruebas presentadas ante el Tribunal que se ocupó del arbitraje, alentó a los “demandantes” a realizar inversiones como parte del plan de México para revertir su producción decreciente de petróleo con el desarrollo de Pemex de la cuenca de Chicontepec en donde ya se habían impulsado proyectos vía endeudamiento bajo el esquema de Pidiregas, Proyecto de Inversión de Infraestructura Productiva con Registro Diferido en el Gasto Público, una de las principales fuentes de pasivos para Pemex.
Debido a los dichos y comunicaciones de Gracia, los demandantes creyeron que tendrían la oportunidad de obtener ganancias de su inversión y que México trataría sus inversiones de manera justa.
Según el Contrato 803, Pemex acordó solicitar, y MWS y Bisell acordaron realizar, trabajo denominado “trabajos de restitución de la producción” en Chicontepec, también conocidos como “trabajo sobre pozos”. Pemex, según la demanda, había perforado pozos, pero
ciertos pozos necesitaban reparaciones o reparaciones para restaurar o mejorar la producción.
“Trabajar en un pozo suele ser una operación importante. Implica reparar o estimular
un pozo productor para restaurar, prolongar o mejorar su producción. Requiere un equipo de reparación para estar en el sitio, y el trabajo a menudo implica quitar y reemplazar la sarta de tubería llamada tubería de producción (la tubería es la tubería de pequeño diámetro dentro de un pozo que permite que el petróleo pase a la superficie)”, de acuerdo con el documento.
Pemex también exigió a MWS y Bisell que proporcionaran una fianza como garantía de cumplimiento. El monto de la fianza se fijó en el 10% del monto del contrato (48 millones de dólares). MWS y Bisell proporcionaron dicha fianza. MWS y Prize necesitaban un lugar para almacenar y ensamblar el equipo que debían comprar, así como un lugar para alojar a sus empleados. Arrendaron y luego compraron terrenos en el pueblo de Poza Rica, que está cerca de Chicontepec.
“En 2012, Jim Finley, representante de MWS y Bisell, se reunió con el entonces director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, y otros funcionarios de Pemex. Pemex estaba buscando ayuda adicional para realizar el trabajo necesario para desarrollar Chicontepec, lo que requeriría que MWS y Bisell invirtieran más en México. Poco después, en septiembre de 2012, Pemex preguntó si MWS y Bisell podían importar equipo adicional a México. Poco después, el recién electo presidente de México, Enrique Peña Nieto, asumió el cargo y
nombró a su viejo amigo y asesor de campaña, Emilio Lozoya, como el nuevo director general de Pemex. Como resultado, el Sr. Lozoya instalaría su propio equipo en Pemex. Esto incluía a Froylán Gracia, quien era muy conocido en los círculos políticos y sociales de México”, relata el documento.
Y continúa: “En 2013, Pemex siguió emitiendo órdenes de trabajo para que MWS y Bisell reacondicionaran pozos. MWS y Bisell continuaron sus conversaciones previas sobre invertir más en México con Froylán Gracia y otros funcionarios de Pemex. Por ejemplo, Pemex recibió con agrado las noticias de Jim Finley en marzo de 2013 sobre su posibilidad de adquirir una plataforma auto elevable que podría usarse en las oportunidades offshore de México. El Sr. Finley vio potencial de crecimiento en el sector de petróleo y gas de México
y quería hacer una contribución significativa. En esa época, Pemex comenzó a retrasarse en los pagos. Jim Finley planteó este problema a Froylan Gracia. Debido a que MWS y Bisell son empresas de servicios, recibir los pagos a tiempo es crucial para coordinar y mantener las cuadrillas y el equipo para este tipo de trabajo. De lo contrario, la empresa de servicios podría encontrarse rápidamente “en problemas”. El señor Gracia aseguró al señor Finley que Pemex se pondrá al día y lo alentó a invertir más en México”.
Es en este punto, en donde Finley comparte una de las comunicaciones con Gracia en la que, no sólo le ruega que no abandone los contratos, sino que le promete nuevas adjudicaciones directas en el marco de cambios legales que, ni siquiera se habían aprobado en el Congreso:
“…Como usted sabe, hemos estado buscando una solución favorable al contrato que se le adjudicó a sus socios y a usted, y a la finalización de algunos pagos que están vencidos.
Además, hemos explorado formas de adjudicar uno de los bloques que se están
licitando actualmente. Estoy comprometido a traer inversiones adicionales a mi país y
entiendo que Pemex tiene que experimentar varios cambios, estructuralmente y en la
gestión, para que se produzcan los cambios. Estos cambios ocurrirán una vez que se empiece a discutir la Reforma Energética. Como usted sabe, habrá muchas oportunidades en México para nuestras actividades en tierra, donde usted tiene una gran cantidad de experiencia y conocimiento. Estaré encantado de explicarle más sobre este asunto.
Espero que su decisión no sea definitiva, ya que realmente nos beneficiaríamos de la experiencia de su empresa. Si lo es, me gustaría solicitarle que continuemos nuestra discusión sobre cómo hacerlo, cómo detonar el desarrollo de actividades de exploración y producción de esquisto en México.“, escribió Gracia en uno de los correos electrónicos que se exhibieron ante el tribunal del arbitraje promovido por los contratistas.
Unos meses después del correo electrónico de Froylán Gracia, en julio de 2013, Pemex solicitó formalmente que MWS y Bisell añadieran cuatro equipos de reacondicionamiento a los tres existentes.181 Según Pemex, este refuerzo en los equipos ayudaría a lograr sus “metas de producción” para Chicontepec. Así, MWS y Bisell adquirieron estas plataformas, equipos relacionados, que fueron importados a México. Para operar y mantener las plataformas y el equipo, MWS y Bisell contrataron y capacitaron a personal adicional. A finales de 2013, Pemex había solicitado aproximadamente 26 millones de dólares en obras
de MWS y Bisell. El Contrato 803 iba a terminar el 31 de diciembre de 2013 pero Pemex todavía tenía aproximadamente US$ 22 millones en obras por solicitar.
declarado a MWS y Bisell en el Contrato 803: “[Pemex] ha asignado los recursos para
llevar a cabo las Obras bajo este Contrato”.
El hecho de que Pemex no emitiera órdenes de trabajo fue particularmente preocupante para MWS y Bisell. Tenían su equipo y empleados listos para trabajar para cumplir con las órdenes de trabajo emitidas por Pemex. Esto se hizo a su costa. Se enfrentaron a pérdidas económicas significativas si Pemex no solicitaba y pagaba el trabajo.189 Además, incurrieron en costos de oportunidad porque este equipo y ciertos empleados podrían haber estado realizando el trabajo en otro lugar, es decir, en Estados Unidos.