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Las proyecciones que tenía Brasil eran menores. La presión cambiaria va en aumento y la economía diaria se convierte en un problema para los brasileños. Lo peor es que se espera que vaya creciendo en el 2025…
El 2024 ha sido un constante dolor de cabeza para Lula. La economía de Brasil tuvo uno de sus peores años, el real se devaluó fuertemente, el dólar se volvió incontrolable y no parece que vayan a tener soluciones en el corto plazo. A fines del último mes de febrero, un dólar equivalía a 4,50 reales brasileños: hoy toca 6.40. La proyección que se hace para 2025 es tremendamente negativa en este aspecto y ya estiman que la cifra superará los 7 reales en el próximo año.
Hace unos meses, en una entrevista con la agencia de noticias Reuters, Lula marcó: “Los que apuestan en derivados, en la fortaleza del dólar frente al real, perderán dinero. Aquel que irá con el dólar, sepa que va a perder. En estos días decían que el dólar subió por unas declaraciones de Lula y los cretinos no percibieron que ya había subido quince minutos antes”.
La cuestión es que el mal clima financiero en Brasil se expandió en muchos aspectos y la inflación es el que más golpea al trabajador brasileño. El precio incrementado del dólar y de las cotizaciones de las materias primas explican gran parte del incremento de la inflación en Brasil durante 2024.
“La meta inflacionaria para 2024, establecida por el Consejo Monetario Nacional (CMN), era del 3 por ciento, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales hacia arriba o hacia abajo: el número final de la inflación anual fue de 4.83 por ciento anual, superando el margen marcado.
Durante el 2024, la aceleración de la tasa de inflación hizo que el Banco Central comenzase a subir la tasa de interés. Y el mercado espera que lo siga haciendo llevándola del 12 por ciento actual al 15 por ciento durante este año. Una tasa de interés más alta tendrá un impacto negativo sobre el nivel de actividad, pero ayudaría a frenar la devaluación del real.
Hace unas semanas, en un profundo análisis presentado por un informe de GMA Capital que toma las estimaciones del Bank for International Settlements (BIS) se indicó que el real brasileño fue la moneda que más se debilitó en el mundo en el 2024, perdiendo un 13 por ciento, mientras que la segunda peor moneda fue el peso mexicano, con un 11.5 por ciento.
En Brasil entienden que la inflación se genera principalmente por la desconfianza en la política fiscal de Lula. En su momento, el Ministro de Finanzas, Fernando Haddad, expresó: “Estamos haciendo nuestra parte: enviando (al Congreso) las medidas, trabajando para asegurarnos de que no se diluyan y convenciendo a la gente de que estas medidas son necesarias para reforzar el marco fiscal…”.
Para Lula esto no termina. Las consultoras proyecta que el 2025, la inflación de Brasil podría superar el 5 por ciento anual, lo que se traduce en más debilidad para el real y peor clima social para los brasileños.