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A las reformas que requiere el país hay que entrarles sin tabúes, advirtió Jesús Zambrano, porque el viejo pacto social no existe más y no volverá y es preciso recuperar la vigencia del Estado, para impedir que sean los poderes fácticos quienes tomen las grandes decisiones.
El PRD presentó las líneas generales de su visión de reforma fiscal, en la cual plantea la necesidad de eliminar los hoyos que tiene el Impuesto sobre la Renta (ISR), descarta la posibilidad de generalizar el IVA, redistribuye la responsabilidad recaudatorias para hacerlas descansar no solo en la federación, sino también en los estados y municipios, así como la aplicación clara de impuestos ambientales y una mejor calidad del gasto.
El documento elaborado por Vidal Llerenas Morales, reconoce que la izquierda debe cambiar su posición en torno a los subsidios a la gasolina, así como reducir los gastos del gobierno en áreas que no son fundamentales, para reorientarlo a donde tienen mayor impacto redistributivo.
Si hay quienes dicen que en México tenemos finanzas públicas sanas, es porque no se atienden las necesidades sociales, porque no se invierte en infraestructura; porque no hay para financiar el desarrollo, de ahí nuestras tasas tan bajas en crecimiento, sostuvo Llerenas, al presentar lo que denominó las perspectivas progresistas para una reforma fiscal.
Sin embargo, de inmediato al diputado local por el PRD le fue refutada la tesis de las finanzas públicas sanas, tanto por parte del presidente del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada, como por parte del investigador de la UNAM, Ciro Murayama.
Si decir que tenemos finanzas públicas sanas es porque descansan sobre los ingresos petroleros, que es como si cada día a nuestra vivienda le quitamos un ladrillo y lo vendemos para comer. Eso es lo que se está haciendo, afirmó Foncerrada.
Por su parte Murayama, sustentar las finanzas públicas como ahora en la renta petrolera lo comparó con un cáncer que crece internamente y que cuando se manifiesta suele ser demasiado tarde, porque ya se ha extendido por el organismo.
Pero Murayama fue más lejos, reprochó a la izquierda mexicana no tener un discurso fiscal, incluso de no ser un promotor de una cultura tributaria. En ese sentido, dijo, no hay izquierda en el país.
Si la perspectiva progresista e materia fiscal que presentó Llerenas, descansaba en eliminar la discusión sobre la generalización del Impuesto al Valor Agregado (IVA), tanto Murayama como Foncerrada, lanzaron advertencias en sobre el carácter regresivo que presenta el actual esquema de dicho tributo. Incluso, Verónica Baz, directora general del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), hizo ver la importancia de tener en cuenta lo que se quiere priorizar, si la recaudación o avanzar en la disminución de la desigualdad.
Más allá de traspiés, el lanzamiento de la perspectiva fiscal progresista también concitó acuerdos fundamentales, basados en verdades indiscutibles como es la insuficiente recaudación, en la necesidad de eliminar las excesivas exenciones en relación con el ISR, tributo que eligió el PRD para hacer descansar su modelo impositivo.
Para Foncerrada la alternativa al respecto es eliminar dicho impuesto y sustituirlo por uno nuevo y más moderno. En cambio Murayama, no sólo consideró al ISR como un tributo demasiado poroso, por donde se evade y elude la tributación, sino que es demasiado reducido; al respecto recordó que en Estados Unidos los ricos de ese país aceptaron tasarlo en 39%, pero en México, con niveles de desigualdad muy por encima del país vecino, es 10 puntos porcentuales menor.
Además, agregó el investigador de la UNAM, para aplicar el gravamen sobre la renta, se debe distinguir a las personas ricas de los productores de riqueza, por una parte y, por otra, las ganancias de capital, que en México no son materia de ningún impuesto, mientras que España y Estados Unidos, por ejemplo sí lo hacen.
Jesús Zambrano, avala
La perspectiva fiscal recibió el respaldo del presidente nacional del PRD, pese a la ausencia en el evento de las corrientes partidarias que suelen contradecirlo, ya que insistió en que al país, con Pacto o son él, le hacen falta reformas como la tributaria, la educativa, de las telecomunicaciones, la energética, así como la regulatoria de los mercados, pues se han permitido demasiados monopolios.
A esas reformas hay que entrarles sin tabúes, expuso Zambrano, quien además advirtió sobre los riesgos de regresión que se manifiestan en el país, promovidos por el poder presidencial que están buscando dar marcha atrás a reformas que desde 1996 dieron independencia al Instituto Federal Electoral (IFE).