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Netflix acaba de dar un paso importante para incursionar en el terreno de la programación en directo al adquirir los derechos de transmisión de “Raw”, el icónico programa semanal de lucha libre de la World Wrestling Entertainment (WWE), que debutará en la plataforma este lunes. Este movimiento incluye otros eventos emblemáticos como “Smackdown” y “Wrestlemania”, con un contrato de 10 años valorado en más de 5,000 millones de dólares.
De acuerdo con diversos medios, la decisión de trasladar “Raw” de USA Network, propiedad de Comcast, al streaming es una estrategia de la WWE para expandir su alcance global y atraer a nuevas generaciones de fanáticos. El acuerdo también es parte de la apuesta de Netflix por eventos en vivo, un formato atractivo para los anunciantes y una forma de diversificar su oferta de contenidos.
Con más de 1,000 millones de seguidores en redes sociales, la WWE busca aprovechar la infraestructura global de Netflix para conectar con sus audiencias en Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica y otros mercados internacionales.
Según Nick Khan, presidente de la WWE, la asociación con Netflix representa una unión natural entre dos marcas con una fuerte presencia internacional.
“Cuando nos fijamos en Netflix y su alcance global y el poder de su marca, ya era hora de que la nuestra se encontrará con la suya”, afirmó Khan.
Un nuevo hogar para “Raw”
El debut de “Raw” en Netflix marca un momento histórico para la WWE, que por más de tres décadas ha sido un referente en la televisión estadounidense. Ahora, al ser transmitido exclusivamente en Netflix, el programa tendrá la oportunidad de llegar a una audiencia más diversa y global.
La colaboración promete fusionar la intensidad de los seguidores de la WWE con la comunidad global de Netflix, consolidando un modelo que podría redefinir el futuro del entretenimiento en vivo.
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