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Con motivo del bicentenario de la llegada del paste a México, la fundación Pasteko prepara un libro que será presentado en marzo de 2025.
Este volumen, que explorará su historia, evolución y futuro, celebra cómo un alimento traído de Inglaterra se ha transformado en un ícono de la gastronomía mexicana.
En entrevista para Revista Fortuna, Luis Nahum Samperio, director general de Pasteko, destacó las iniciativas que la compañía está llevando a cabo en el marco de esta celebración:
“Para conmemorar los 200 años de los pastes en México, Pasteko está impulsando un proyecto de investigación y un libro sobre la historia de este alimento, dirigido al público en general. Está previsto que salga al mercado en marzo”.
Samperio también subrayó el papel del paste como un producto cada vez más relevante en la vida cotidiana de los mexicanos:
“Estamos seguros de que está listo para llegar a todo el país, como un compañero de las necesidades actuales de los mexicanos, un producto de calidad, delicioso y que lleve los sabores tradicionales de la gastronomía mexicana. Los pastes están creciendo en el enorme mercado de los alimentos y esperamos que en la próxima década tengan una mayor relevancia”.
Respecto al impacto económico de la compañía, Samperio compartió que Pasteko tiene más de 300 colaboradores directos e indirectos, produce diariamente más de 60 mil pastes y, gracias a sus franquicias, genera más de 1500 empleos indirectos.
En cuanto a costos, en un contexto de inflación elevada, Samperio detalló que actualmente el precio promedio de un paste ronda entre 20 y 23 pesos, dependiendo de la región, lo que implica un ingreso considerable para las franquicias.
Además, mencionó la expansión de la marca con dos sucursales en Houston, Estados Unidos, donde la respuesta del público ha sido muy positiva: “Hay clientes de todo tipo”.
Sobre las preferencias de los consumidores, señaló que los sabores favoritos siguen siendo el clásico de papa con carne y el hawaiano entre los más pequeños, pero también destacó las propuestas como frijol, tinga, mole verde, esquites y las opciones dulces como arroz con leche, queso con zarzamora, guayaba con queso y choco nuez.
“Siempre estamos proponiendo nuevos sabores”, puntualizó.
Del tradicional al innovador
“El paste llegó de Inglaterra, se reencontró a sí mismo en Hidalgo, se expandió por todo México y parece ahora tener vocación de alimento global”, reflexionó en un evento conmemorativo el historiador José Vergara. Del mismo modo, a través de los años, en Pasteko, el paste original con relleno de papa y carne de res, ha evolucionado gracias a la creatividad mexicana.
Carlos Padilla, editor del libro conmemorativo, subraya que la diversidad de sabores ha sido clave en el éxito de Pasteko.
“Cada día vemos más pastes en aeropuertos, centrales y plazas comerciales. Su consumo entre los jóvenes nos hace pensar que este boom será exponencial en las próximas décadas”.
Y es que el paste no solo destaca por su sabor y practicidad, sino también por su valor nutricional. Según el nutriólogo Luis Miguel Antón, es una excelente opción para personas activas.
“Es un alimento práctico que ofrece energía de disponibilidad inmediata, ideal para jornadas intensas o largas caminatas. Sin embargo, debe adaptarse al contexto de salud y actividad de cada individuo”, recomendó el especialista.
De Inglaterra a México: el origen del paste
El paste llegó a México en 1824, traído por los mineros británicos que se establecieron en la región de Pachuca, Hidalgo. Originalmente pensado como un alimento práctico para las largas jornadas en las minas, este platillo encontró en México una nueva vida gracias a la riqueza culinaria del país.
Desde sus modestos comienzos en la comarca minera, el paste ha evolucionado hasta convertirse en un símbolo de identidad y orgullo nacional.
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