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La presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo una reunión este miércoles en Palacio Nacional con líderes de BlackRock y Global Infrastructure Partners (GIP), dos de los actores más importantes en inversión global. Los directivos de ambas compañías discutieron con ka mandataria sobre las oportunidades de inversión en México entre otras cosas.
Durante el encuentro, Larry Fink, presidente de BlackRock, y Adebayo Ogunlesi, director ejecutivo de GIP, también abordaron los beneficios que el T-MEC ofrece para fortalecer el comercio en la región de América del Norte.
En este sentido, Sheinbaum destacó la importancia de las reformas implementadas para favorecer la inversión extranjera, así como el impulso a la relocalización de empresas .
De acuerdo con el gobierno federal, el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Edgar Amador Zamora, participó también en la reunión, destacando los esfuerzos del Gobierno de México por consolidar una economía robusta y estable.
Por su parte, Altagracia Gómez Sierra, quien recientemente fue nombrada de forma honorífica por la presidenta Sheinbaum como Coordinadora del Consejo Empresarial, enfatizó la importancia de integrar al empresariado en iniciativas que promuevan la relocalización y el crecimiento de las economías locales.
Por el otro lado, la comitiva de BlackRock incluyó a Armando Senra, responsable de Negocios Institucionales en las Américas; Aitor Jáuregui, director para América Latina; y Sergio Méndez, director general de BlackRock México.
Tanto los representantes de BlackRock como los de GIP expresaron su interés en explorar oportunidades de inversión en infraestructura y energía, sectores clave para el desarrollo económico en el país.
La reunión fue vista como un paso relevante para el fortalecimiento de la economía mexicana en un contexto global desafiante, resaltando la importancia de las relaciones comerciales y la atracción de inversión extranjera como pilares para el crecimiento sostenido de México.
Cabe señalar que esta reunión se realizó un día después de que el país se enfrentará a una gran incertidumbre por dos grandes eventos que, se pensaba, pondrían en riesgo las inversiones extranjeras: la votación de la Suprema Corte de Justicia sobre la acción de inconstitucionalidad de la Reforma Judicial y el triunfo del candidato republicano, Donald Trump, en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
En primer lugar, la reforma judicial generó preocupaciones sobre el impacto en las inversiones extranjeras por varios factores:
- Incertidumbre jurídica: Se temía que cambios en el sistema judicial pudieran generar incertidumbre en la protección legal de las inversiones, especialmente si las reformas afectaban la independencia de los jueces o modificaban los criterios de resolución en casos comerciales o de propiedad. Esto, se decía, podía desincentivar a los inversionistas, que buscan un entorno jurídico estable y predecible.
- Centralización del poder: Algunas reformas propuestas sugerían otorgar mayor control al poder ejecutivo sobre el sistema judicial. Esto generó preocupaciones de que las decisiones judiciales pudieran volverse vulnerables a influencias políticas, afectando la percepción de imparcialidad, especialmente en disputas de contratos entre empresas extranjeras y el Estado.
- Protección a derechos de propiedad e inversión: En algunos casos, se mencionó que la reforma podría influir en el respeto a los derechos de propiedad o en la resolución de disputas en sectores estratégicos, como la energía. Dado que muchos inversionistas extranjeros están presentes en estos sectores, había preocupaciones sobre posibles expropiaciones o cambios en contratos.
Para las empresas extranjeras, estas reformas generaban dudas sobre si el sistema judicial seguiría siendo un mecanismo seguro para resolver disputas en términos justos y con garantías, sin embargo, tras la reunión que sostuvo la presidenta Sheinbaum con más de 120 CEO’s estadounidenses las dudas quedaron resueltas, e incluso los propios directivos expresaron, en conferencia de prensa, que se encontraban satisfechos y tranquilos con lo expuesto por la presidenta respecto a este tema.
En segundo lugar, tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, se mantiene el temor de que esto podría afectar las inversiones extranjeras en México, un sentimiento basado en su enfoque de política exterior y económica durante su administración anterior:
- Política comercial proteccionista:
Trump ha sido conocido por su postura de “America First”, que se traduce en medidas proteccionistas para reducir la dependencia de productos extranjeros. Esto podría derivar en mayores aranceles o nuevas restricciones comerciales, como en varias ocasiones ha amenazado, afectando las exportaciones mexicanas y desincentivando la inversión de empresas que dependen del comercio con Estados Unidos. - Renegociación del T-MEC:
Aunque el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ya está en vigor, una nueva administración de Trump podría buscar modificar ciertos términos o imponer nuevas revisiones. Esto generaría incertidumbre para los inversionistas extranjeros, que necesitan estabilidad en las reglas comerciales para planificar sus inversiones. - Restricciones a la relocalización de empresas:
Trump ha presionado a empresas estadounidenses, como Stellantis, para que mantengan o regresen sus operaciones a Estados Unidos, ofreciendo incentivos fiscales y amenazando con aranceles a las que fabriquen en el extranjero. Esta política desincentivaríq a las empresas estadounidenses a invertir en plantas de manufactura en México, que ha sido un destino clave para empresas que buscan reducir costos de producción.
- Incertidumbre general:
Durante su primera administración, Trump generó episodios de incertidumbre para México en áreas como migración, seguridad y economía. Su regreso podría reavivar tensiones diplomáticas y políticas, lo que podría afectar la percepción de estabilidad en México y, en consecuencia, reducir el atractivo de invertir en el país. - Impacto en sectores estratégicos:
Algunos sectores en México, como el automotriz y el de manufactura, dependen fuertemente de inversión extranjera y exportaciones a Estados Unidos. Un gobierno de Trump que busque reducir esta interdependencia podría llevar a que empresas reconsideren sus operaciones en México, buscando otros destinos con menor riesgo político.
Estos factores aun podrían generar incertidumbre para inversionistas extranjeros, que priorizan entornos estables y previsibles para sus decisiones de inversión, sin embargo, durante la conferencia de prensa de este miércoles, la presidenta Sheinbaum aseguró que ni los migrantes mexicanos, ni sus familias y mucho menos los empresarios tienen de qué preocuparse.
“No hay ningún motivo de preocupación a nuestros paisanos y paisanas, a sus familiares que están aquí, a las empresarias y los empresarios mexicanos, no hay motivo alguno de preocupación, México siempre sale adelante”, señaló Sheinbaum.
La presidenta Sheinbaum enfatizó que, independientemente del desenlace que tengan las elecciones estadounidenses, México es un país libre y soberano. Bajo esta premisa, se mostró convencida de que la relación con Estados Unidos seguirá siendo positiva.
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