Observatorio Nearshoring|| La transición de México de líder en vehículos de combustión interna a potencia en vehículos eléctricos

Mexico’s Transition from ICE Leader to EV Powerhouse
Mexico’s Transition from ICE Leader to EV Powerhouse

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En 2023, México reafirmó su posición como gigante automotriz global al recibir 7 mil millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector de manufactura automotriz. Esta cifra refleja la posición histórica del país como líder en la producción de vehículos de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, un desarrollo aún más significativo ese mismo año fue el anuncio de inversiones adicionales por 16.3 mil millones de dólares, principalmente enfocadas en el creciente mercado de vehículos eléctricos (EV). Con inversiones de grandes jugadores como GM, Ford, Stellantis, BMW, Kia y Audi, México no solo está adaptándose al cambio global hacia los EV, sino que se está posicionando como un líder del futuro en este sector.

La transición de México de ICE a la producción de EV es emblemática de su estrategia más amplia para mantener su ventaja competitiva en la industria automotriz global. Aunque ha sido durante mucho tiempo líder en la producción de vehículos de combustión interna, particularmente como el mayor exportador de automóviles a EE. UU., el país está ahora adoptando rápidamente la siguiente ola de innovación automotriz: la electrificación. Este impulso ha sido aún más evidente con las importantes inversiones extranjeras recibidas en 2023 y 2024, consolidando el papel de México como un actor clave en la producción de EV.

Construyendo un ecosistema de EV

El cambio en el sector automotriz de México hacia la electrificación no se debe únicamente a su proximidad a EE. UU. o a acuerdos comerciales como el T-MEC. México cuenta con un ecosistema automotriz bien establecido, con una mano de obra capacitada y una sólida red de proveedores. A lo largo de los años, este ecosistema ha permitido que los fabricantes de automóviles escalen sus operaciones de manera eficiente, y ahora se está aprovechando para apoyar la rápida expansión de la producción de vehículos eléctricos.

La decisión de Tesla de construir una Gigafábrica en Nuevo León es un testimonio de la confianza que las empresas globales tienen en la capacidad de México para apoyar la revolución de los EV. Aunque el proyecto ha enfrentado retrasos, la Gigafábrica ya ha atraído a más de 100 proveedores clave, reforzando la capacidad de México para convertirse en un centro crucial de producción de EV. Sin embargo, el proyecto de Tesla es solo uno de los muchos que están impulsando la transición del país hacia la electrificación.

Inversiones en EV en todo el sector

Otros fabricantes de automóviles también han intensificado su producción de EV en México. General Motors está transformando su planta en Ramos Arizpe, Coahuila, para enfocarse en la producción de EV, señalando un cambio importante en sus operaciones en América del Norte. De manera similar, Ford ha estado produciendo el Mustang Mach-E completamente eléctrico en su planta de Cuautitlán desde 2020, demostrando su compromiso con la electrificación en la región. Stellantis también está avanzando en el espacio de los EV, mientras que BMW ha anunciado planes para expandir su planta en San Luis Potosí para producir vehículos eléctricos, lo que subraya aún más el papel clave del país en la cadena de suministro global de EV.

Kia recientemente anunció una inversión de 1 mil millones de dólares para expandir su planta en Nuevo León y producir modelos eléctricos, incluido el EV3 asequible, que desempeñará un papel clave en el mercado de América del Norte al aprovechar los créditos fiscales de EE. UU. Audi también está preparando la transición de su planta en Puebla hacia la producción de EV como parte de sus metas más amplias de electrificación.

Estas inversiones destacan el creciente atractivo de México como destino para la producción de EV. La capacidad del país para atraer inversiones importantes no solo se basa en su proximidad a los mercados clave, sino también en su experiencia, infraestructura y políticas gubernamentales de apoyo que fomentan la innovación y la sostenibilidad en el sector automotriz.

Impacto de las regulaciones entre EE. UU. y China

Un factor adicional que impulsa las inversiones en México es la creciente presión regulatoria en EE. UU. sobre el hardware y el software procedentes de China, especialmente en el sector automotriz. En respuesta a estas restricciones, los fabricantes de automóviles están reevaluando sus cadenas de suministro, y muchos están considerando a México como una alternativa más segura y estable para la producción de EV. Las regulaciones más estrictas del Departamento de Comercio de EE. UU. sobre el software y hardware automotriz fabricados en China han acelerado esta tendencia, haciendo de México un destino aún más atractivo para la producción de EV destinados al mercado estadounidense.

Este cambio presenta una oportunidad significativa para que México capture una mayor parte del mercado de EV al ofrecer a los fabricantes una solución para evitar los riesgos de la cadena de suministro asociados con China. Como resultado, fabricantes como Kia, Ford y GM están invirtiendo cada vez más en plantas mexicanas para asegurar el cumplimiento de las regulaciones de EE. UU. mientras mantienen la proximidad a uno de los mercados de EV más grandes del mundo.

Retos y el camino a seguir

México está adoptando el cambio de ICE a la producción de EV de manera decidida. Se está construyendo rápidamente la infraestructura necesaria para apoyar la fabricación de EV a gran escala, desde la mejora de las redes eléctricas hasta la expansión de la capacidad de México para producir baterías de EV y otros componentes críticos. La llegada de proveedores alrededor de la Gigafábrica de Tesla, a pesar de algunos retrasos en su finalización, destaca el dinamismo de las capacidades industriales de México y su disposición para apoyar las demandas de la revolución de los EV.

El mercado interno de ICE en México sigue siendo robusto, con ofertas competitivas de marcas chinas como BYD y Changan que están ganando terreno debido a su asequibilidad. Sin embargo, el enfoque del país está claramente orientado a convertirse en un actor clave en el panorama global de los EV. Los principales fabricantes de automóviles están reconvirtiendo fábricas, y los trabajadores están adquiriendo nuevas habilidades para satisfacer la creciente demanda de vehículos eléctricos, lo que refuerza aún más el liderazgo de México en la producción automotriz.

Conclusión

La transición de México de ser un líder en ICE a convertirse en una potencia en la fabricación de EV es un testimonio de la capacidad del país para adaptarse a los cambios globales en la industria automotriz. Con miles de millones de dólares en inversiones y una estrategia clara para el futuro, México está bien encaminado para convertirse en un actor clave en el mercado de EV. Aunque la Gigafábrica de Tesla ha llamado la atención y ha atraído a más de 100 proveedores a México, la historia más amplia es la de una diversidad de fabricantes que impulsan la revolución de los EV en el país. General Motors, Ford, Stellantis, BMW, Kia y Audi están invirtiendo fuertemente en el futuro de México como un centro global de EV. Además, el impacto de las regulaciones entre EE. UU. y China sobre el hardware y software automotriz ha posicionado a México como una alternativa clave para los fabricantes que buscan estabilidad en sus cadenas de suministro. Con un ecosistema de manufactura sólido, una mano de obra calificada y un fuerte apoyo político, México está preparado para redefinir su papel en el mundo automotriz hacia un futuro eléctrico.

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