El liderazgo femenino y masculino ante la incertidumbre

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por Perla Harriet Ernest 

Las mujeres son más emocionales que los hombres y tienden a ser más propensas a la ansiedad al liderar, dicen algunos. Este es uno de los estereotipos de género más antiguos, basado en la percepción de que las mujeres son más irracionales y emocionales al tomar decisiones en comparación con los hombres. Sin embargo, existe evidencia que señala lo contrario: ante la incertidumbre, las mujeres tienen menos probabilidades de actuar impulsivamente bajo emociones intensas cuando lideran. Esto se debe a que, las mujeres tienden a ver las necesidades de los demás por encima de las propias, especialmente mujeres con una inteligencia sensorial.

Una mujer con una mayor sensibilidad emocional se asegurará de coordinar al grupo y velar por el bienestar de todos sin sacrificarse, especialmente de aquellos bajo su responsabilidad. Por lo tanto, es menos probable que actúe desde sus emociones de manera impulsiva sino de manera compasiva e inclusiva y cuando se junta la racionalidad con las dos inteligencias mencionadas, la mujer es trascendental. La evidencia presentada por la International Society for Research on Emotion sostiene que la ansiedad y la esperanza son las dos emociones primarias frente a la incertidumbre, y representan respuestas opuestas en ambientes volátiles.

Por ejemplo, durante la pandemia de Covid-19, hubo niveles muy altos de incertidumbre. Aquellos que experimentaban ansiedad sentían tener poco control sobre su entorno, en comparación con quienes experimentaban esperanza, que creían mantener cierto grado de control. Las emociones están basadas en la interpretación de cada individuo. Por ejemplo, la ansiedad puede entenderse como “no saber qué hacer en el momento presente y no tener control del entorno”. En este contexto, líderes con personalidades más racionales pueden volverse más controladores e incluso abusivos con sus subordinados. En contraste, los líderes que eligen la esperanza tienden a ser más inclusivos y solidarios con su equipo.

Una investigación realizada por Shen, Hentschel y Hideg, publicada en el British Psychological Society, analizó a 137 líderes y subordinados en Europa durante la pandemia. Los resultados mostraron que, aunque las mujeres líderes reportaron mayores niveles de ansiedad que los hombres, sus emociones no afectaron negativamente su comportamiento de liderazgo. Las mujeres mantuvieron bajos niveles de supervisión abusiva y altos niveles de apoyo familiar, independientemente de sus emociones. En cambio, los hombres líderes mostraron comportamientos más abusivos cuando se sentían ansiosos y solo ofrecieron apoyo familiar cuando se sentían esperanzados.

El estudio tiene algunas limitaciones debido a que la muestra estuvo compuesta mayoritariamente por líderes cisgénero, heterosexuales y de raza blanca, lo que no permite incluir a personas con diferentes identidades de género u orientaciones sexuales. Además, el contexto en el que se realizó la investigación se centró en una economía desarrollada como la de los Países Bajos, lo que puede afectar la aplicabilidad de los resultados a otras culturas. Los roles de género y la autopercepción pueden manifestarse de manera distinta en otros países. Por ejemplo, investigaciones en Nigeria han mostrado que hombres y mujeres se perciben a sí mismos de manera diferente, en comparación con sociedades occidentales.

Este estudio desafía el estereotipo de que las mujeres son “demasiado emocionales” para liderar de manera efectiva. Al contrario, demuestra que en tiempos de incertidumbre, las mujeres gestionan mejor sus emociones que los hombres, destacando la importancia de un liderazgo basado en el cuidado y el apoyo, donde las mujeres tienden a sobresalir. Sin embargo, aunque el liderazgo transformacional favorece la promoción de los hombres, el impacto inmediato no siempre es igual para las mujeres, aunque existen notables excepciones.

Un claro ejemplo es Meg Whitman, quien transformó eBay cuando asumió el cargo de CEO. En ese momento, eBay aún no había alcanzado su potencial, pero el fundador, Pierre Omidyar, reconoció que necesitaba a alguien con habilidades administrativas más amplias que las suyas. Meg, compartiendo los valores de Pierre, dejó su puesto en una gran empresa para unirse a eBay, confiando en la visión del fundador.

El estilo de liderazgo democrático y no jerárquico de Whitman involucró a los empleados naturalmente, estableció nuevas estructuras, lo que fue aplaudido por los inversores. Sin embargo, para algunos usuarios de eBay y empleados, la transición no fue del todo favorable porque hubo “cambio”, ya que la pequeña comunidad que conocían se transformó en una “ciudad”, como ella misma lo describe. Su enfoque, primero basado en una sólida gestión, permitió entender el contexto actual de la empresa, involucrar a los empleados de manera auténtica y guiar la transición hacia la visión original de Pierre.

En 1998, eBay fue una de las empresas favoritas de Wall Street, con un valor de 700 millones de dólares tras su salida a bolsa. Bajo el liderazgo de Whitman, el valor de la empresa aumentó un 3,400%, alcanzando los 24 mil millones de dólares en menos de un año. Su clave fue la creación de comunidad, manteniendo los valores que la unían con el fundador, mientras implementaba nuevas estructuras sin desalinear la vision con el valor.

Meg Whitman es un ejemplo claro de cómo la inclusión, la visión, la preparación y la estrategia no solo incrementan el valor monetario de una empresa, sino también su cultura y bienestar laboral. A través de su liderazgo, transformó una pequeña comunidad en una gran ciudad corporativa, enfrentando y resolviendo fricciones y conflictos, pero siempre alineada a sus valores.

Ejemplos como el de Whitman desafían los estereotipos basados en la ignorancia y en narrativas transgeneracionales. Cada género aporta cualidades únicas, y cuando estas se combinan con visión, valor, habilidades y ejecución, el liderazgo trasciende fronteras. En el ámbito político, México está próximo a ser testigo de otro ejemplo de liderazgo femenino con Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta del país.