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Los integrantes de la Junta de Gobierno indicaron que en los últimos tres trimestres el crecimiento de México ubicó por debajo de lo esperado, mientras uno de ellos consideró que el balance de riesgos para la actividad económica del país se encuentra sesgado a la baja. El principal factor de riesgo en esa dirección es que se materialice un crecimiento menor al esperado de la economía de Estados Unidos.
Las minutas del Banco de México (Banxico) de la reunión de política del 8 de agosto revelaron que uno de los funcionarios de la Junta de Gobierno anticipó que prevalecerá un ritmo de crecimiento inferior a su promedio histórico a lo largo del horizonte de pronóstico, esto es, hacia el segundo trimestre de 2025.
El mismo funcionario dijo que en este sentido, la economía mexicana parece estar transitando hacia una senda de bajo crecimiento.
El jueves se dieron a conocer las cifras definitivas de crecimiento económico del país relativas al segundo trimestre, de un 0.2% a tasa trimestral, con lo que se confirma la información oportuna del INEGI. A tasa anual, el PIB creció 1.1% si compara frente a igual lapso de hace un año.
Con base en datos oportunos del PIB hacia la fecha de la reunión de política, la mayoría de los integrantes de la junta reafirmó que la actividad productiva registró un bajo crecimiento, con lo que se extendió la debilidad exhibida desde finales del año pasado.
Uno de ellos mencionó que durante los últimos tres trimestres el crecimiento de México se ha ubicado por debajo de lo esperado.
Otro consideró que el balance de riesgos para la actividad económica del país se encuentra sesgado a la baja. Opinó que el principal factor de riesgo en esa dirección es que se materialice un crecimiento menor al esperado de la economía de Estados Unidos.
Este mismo integrante de la Junta enfatizó que sobresalen los riesgos asociados con conflictos geopolíticos y tensiones comerciales, así como los relacionados “con diversos procesos electorales” y sus posibles resultados, principalmente en Estados Unidos.
También indicó que todos estos factores “contribuyen a que haya aumentado el riesgo de que la inversión privada en el país presente un crecimiento menor al esperado”.
Uno añadió, además, una mayor incertidumbre con respecto al desempeño de la economía global y la volatilidad en los mercados financieros, derivada de factores idiosincráticos y globales.
Tendencia descendente
En materia de inflación, la mayoría resaltó que hacia delante se espera que la desinflación en México continúe. Algunos comentaron que los pronósticos en torno a este proceso consideran la disipación de los efectos de los choques globales, la debilidad de la actividad económica nacional y los efectos de la postura de política monetaria.
Todos reconocieron que los incrementos inflacionarios han obedecido exclusivamente al comportamiento creciente del componente no subyacente, esto es, aquel que mide precios volátiles relacionados con la Energía y la Agricultura, “ya que la inflación subyacente ha mantenido una tendencia descendente”.
La mayoría resaltó que la inflación subyacente o medular, al definir la trayectoria de la inflación a más largo plazo, continuó disminuyendo y que en julio se ubicó en 4.05%. Algunos señalaron que el nivel es el más bajo desde marzo de 2021, antes de que el Banco de México comenzara su ciclo alcista.
Uno destacó que en julio, la variación mensual desestacionalizada anualizada de la inflación medular fue de 3.53%.
La mayoría resaltó que algunos indicadores del mercado laboral muestran señales de moderación, mientras que algunos mencionaron que, a pesar de ello, este continúa mostrando fortaleza. La mayoría destacó la desaceleración en la creación de empleos formales.
En línea con el comunicado de política de principios de este mes, las actas indican que la mayoría de los responsables de política señalaron que aunque el panorama inflacionario aún amerita una postura restrictiva, “la evolución que ha presentado implica que es adecuado reducir el grado de apretamiento monetario”.