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Italia atraviesa un extremismo climático inesperado y pocas veces visto: el norte del país tiene tormentas feroces, con granizadas impresionantes, mientras el sur atraviesa una ola de calor demoledora y una sequía que parece arrasar con el campo…
Las cifras son aplastantes: durante el primer trimestre de 2024 se esfumaron cuatro mil millones de euros en las regiones meridionales de Italia y se perdieron casi 33 mil puestos de trabajo. Legacoop Agroalimentare (LA), la asociación nacional de cooperativas agrícolas ha presentado un duro y crudo informe de lo que está atravesando el sur de Italia y la cosecha que se está perdiendo por la falta de lluvias.
“Pedimos una intervención de emergencia para salvar la producción de 2024 y planificar el futuro. Se necesita una mesa que coordine las diferentes competencias de las autoridades locales, se necesita un nuevo enfoque político y cultural para curar las causas que determinan este estado de sequía ahora crónico”, subrayó Cristian Maretti, presidente de Legacoop Agroalimentare (LA).
Sin ir más lejos, la situación que mejor explica este fenómeno natural es la ciudad de Agrigento, en Sicilia, donde los pequeños hoteles y empresas de turismo se vieron obligadas a rechazar turistas porque no tienen la suficiente agua como para el uso de inodoros o el simple hecho de darse un baño en las habitaciones. “Tenemos miedo por los ancianos y los niños”, alertó Silvia Romana, alcaldesa de Tuglie, pueblo del Salento, en la región de Puglia, que también se ve afectada por la sequía y los cortes de agua constantes.
En Basilicata proyectan pérdidas del 90 por ciento de la producción de trigo y del 40 por ciento de la producción de vino. En otra ciudad como Apulia, la producción de aceituna está por debajo del 50 por ciento y el sector hortofrutícola tiene caídas del 40 por ciento. Los agricultores de Sicilia están al límite y se proyecta un colapso en las próximas semanas, si la situación continúa de esta forma. En principio, se estiman pérdidas del 70 por ciento de cereales y 45 por ciento en cultivos arbóreos.
“La crisis debida a la sequía puso relieve la fragilidad, la debilidad de las infraestructuras del sur y la ausencia de una visión política y económica global. Por eso, se necesitan recursos e identificar debilidades infraestructurales y puntos críticos”, sentenció Maretti.
La sequía y el calor llegó a puntos insospechados, como la posible postergación del comienzo de clases escolares. “Con este calor es absurdo comenzar las clases a mediados de septiembre, mejor octubre. Se necesita sentido común y previsión. Los ciclos productivos también deben cambiar y la administración pública debe iniciar estos cambios según el clima”, aseguró el presidente del asociación de profesores ANIEF, Marcello Pacifico.
De esta forma, el calor aprieta la cosecha de Italia. La peor noticia es que las próximas semanas tendrán temperaturas superiores a los 37 grados y no se pronostican lluvias que puedan calmar el infierno en el campo italiano.
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