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En París 2024, Estados Unidos y China ya empataron en la cima del medallero. ¿Los asiáticos de impondrán en Los Ángeles 2028?
Durante el periodo de la guerra fría, los Juegos Olímpicos eran un escenario más en la disputa entre los Estados Unidos y la ya desaparecida Unión Soviética.
Era la pelea de dos modelos contrapuestos y era en las pistas donde cada una de esas naciones pretendía demostrar —al duro rival y al mundo entero— su fortaleza y supremacía.
Pero en una época post globalización, ahora los Estados Unidos tienen a un nuevo contrincante —al menos en el discurso oficial— también comunista: China.
Las actuales disputas entre estadounidenses y chinos tomaron fuerza por la pandemia de Covid-19.
Desde ese momento, —y con el argumento del incremento en los precios de los fletes de las mercancías— muchas empresas de Estados Unidos comenzaron a ver como una desventaja producir en China; la “fábrica del mundo”.
De hecho, empresas como Apple comenzaron a tener problemas en sus plantas en China —específicamente paros de labores— un lujo que no se podían permitir.
Incluso la industria automotriz de los Estados Unidos se vio limitada en la disponibilidad de chips —fundamentales para la fabricación de vehículos— que provocó paros en las plantas instaladas en territorio mexicano.
La respuesta de las empresas de Estados Unidos fue comenzar a sacar sus plantas de producción de China para relocalizarlas en el continente americano y conformar cadenas de suminisro en la región, proceso que hoy conocemos como nearsjoring.
El pasado 17 de julio, durante la Convención Republicana, Donald Trump advirtió de manera directa que no permitiría la instalación de plantas automotrices chinas en territorio mexicano.
Esto, porque no son pocas las automotrices chinas que han visto a México como un atractivo mercado y como la mejor plataforma de exportación hacia Estados Unidos.
No hay wue olvidar que China es aliada de Rusia e incluso está apoyando al gobierno de Vladimir Putin en la guerra contra Ucrania.
LA DISPUTA POR LAS MEDALLAS
La disputa entre los Estados Unidos y China ha encontrado ahora un nuevo escenario: los Juegos Olímpicos.
Y es que, en las últimas justas olímpicas, el poderío chino no ha hecho más que crecer y ahora amenaza la histórica hegemonía estadounidense.
En Río 2016, Estados Unidos se ubicó en la cima del medallero con 121 medallas, de las cuales 46 fueron de oro. China, en tanto, ocupó la tercera posición con 70 preseas, 26 de oro… 20 menos que las estadounidenses.
Para Tokyo 2020, Estados Unidos nuevamente se ubicó en la cima con 113 medallas, 39 de ellas de oro.
Sin embargo, China ya ocupó el segundo lugar don 89 preseas, 38 de ellas de oro; es decir, solamente una menos que las obtenidas por Estados Unidos.
Para París 2024, estadounidenses y chinos ya empataron en la cima del medallero on 40 medallas de oro cada uno. Estados Unidos ocupó el primer lugar, no obstante, ya que tuvo un total de 126 preseas por 91 de los asiáticos.
Lo paradójico es que, de continuar el ritmo ascendente de China, esa nación podría rebasar a los Estados Unidos cuando los Juegos Olímpicos sean en su propia casa: Los Ángeles 2028.
¿Estados Unidos se permitirá una derrota contra China, en sus propios Juegos Olímpicos?