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El Procurador General de Estados Unidos, Merrick B. Garland, informó ayer al filo de las 18:15 horas que dos integrantes del Cartel de Sinaloa, Ismael Zambada y Joaquín Guzmán López, fueron arrestados por agentes de su país. A-rres-ta-dos.
16 horas después, la respuesta de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana respondió a las preguntas de la prensa en la mañanera de Palacio Nacional que “no sabemos si fue una entrega o fue una captura”.
O nadie leyó lo que declaró el procurador de Biden o no creen en lo que publicó el Departamento de Justicia estadounidense. Lo que fue claro es que Rosa Icela Rodríguez brindó esta mañana un informe bastante limitado sobre lo ocurrido el jueves 25 de julio.
“Vamos a esperar a que nos manden la información oficial”. “Vamos a ver qué sigue en el proceso”. “Vamos a esperar si Gertz da información de su intercambio con el procurador de EEUU”. “Les hemos dado la información que se tiene hasta el momento”. “Todavía no podemos adelantar más. No vamos a hacer especulaciones”. Fueron algunas de sus respuestas durante los 28 minutos que habló del tema, con todo y preguntas de los periodistas.
No se sabe dónde lo detuvieron. No se sabe exactamente en qué avión se trasladaron. Quién autorizó el despegue de la avioneta, ni cómo es que dos capos del Cártel de Sinaloa abordaron y, en todo caso, salieron del territorio nacional. No se especificó si “el Mayo” o “el Güero Moreno” se entregaron voluntariamente o si fueron detenidos.
El presidente, mientras tanto, se fue por el lado político: “el Gobierno de Estados Unidos tiene que dar un informe completo, no es nada más así de declaraciones generales, hay que informar, tiene que haber transparencia. Es un avance, sin duda, pero eso no lo es todo. Sin restar méritos a la acción que se llevó a cabo, ya sea por acuerdo o por inteligencia y actuación de las agencias de EEUU. Pero hay pensar también en dos cosas: primero, en resolver el problema del consumo de drogas atendiendo las causas…”.
Ni Rosa Icela ni Andrés Manuel, ni la Sedena, ni la Marina, ni su nuevo Cisen, supieron de los movimientos de dos de los capos más buscados por Estados Unidos. Ni supieron explicar si tienen órdenes de aprehensión en México y, si las hay, si pedirán la extradición al gobierno de Joe Biden. “Ni siquiera se sabe si fue la DEA o fue otra agencia”, contestó AMLO. A pesar de que se supo desde anoche que fueron la DEA y el FBI en conjunto.
La estrategia de comunicación diaria del Gobierno de México, vía la conferencia matutina encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se puso en jaque. Resulta difícil posicionar una respuesta clara, precisa y contundente con este esquema en el que, al calor de las rolas de Chico Ché, se pregunta muy a bote pronto sobre cualquier tema y sobre temas de alta relevancia como el de hoy.
Tema de alta trascendencia. Tema binacional y transexenal. Tema para Biden y AMLO. Para Trump y Kamala. Para Sheinbaum y con quien tenga que negociar en la Casa Blanca. Para Harfuch y Gertz. Pera todos.
Ya me lo decía ayer en W Radio el periodista Jesús Esquivel, corresponsal de la revista Proceso en Washington. La captura del ‘Mayo’ pone a temblar a funcionarios de la política de ayer y hoy en México. A generales de ayer y hoy. A narcos de ayer y hoy.
Tras declararse como ‘no culpable’ ante la justicia estadounidense, Ismael Mario Zambada García está en una nueva realidad. ‘El Mayo’ nunca había sido detenido. Nunca le habían echado el guante. La había librado en su trayectoria de medio siglo como agricultor converso a delincuente y traficante de drogas. Nadie lo había logrado. Aún y cuando el periodista Julio Scherer pudo encontrarse frente a frente con este capo en 2010, en pleno sexenio de Felipe Calderón y su guerra contra el narcotráfico, porque Zambada lo quería conocer. Aún y cuando -presuntamente- pudo entrar a un foro en Televisa en los años 90 para darle un presente y un mensaje a Paco Stanley que, por error el comunicador, asesinado en 1999, leyó en vivo y en cadena nacional.
Hoy, el gobierno de Joe Biden lo hizo. Y no se lo informó a nadie en el gobierno de AMLO. Según lo que ha publicado The Wall Street Journal se trata de un operativo casi secreto de largo aliento en el que se utilizó a uno de los ‘Chapitos’ para engañar o traicionar al ‘Mayo’ y que pudiera ser capturado en el punto exacto en el que la DEA y el FBI lo pudieran capturar.
Lo que estamos viendo es un entramado de traiciones, entregas pactadas y arrestos institucionales. De todos contra todos. Al estilo de la mañanera, pronto sabremos qué pasó exactamente. O no. Quizá solo sabremos qué quieren que sepamos unos y otros. Todo dependerá del lado de la frontera desde el que se informe.
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