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El próximo domingo 28 de julio, Venezuela tendrá las elecciones más importantes de su historia. Millones de venezolanos decidirán el futuro del país y las encuestas proyectan una derrota aplastante de Maduro…
“El 28 de julio, si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo. Proyecto de patria o colonia, democracia o fascismo. ¿Están preparados? ¿Están preparadas? Yo estoy preparado, tengo el amor por Venezuela, tengo la experiencia, no le tengo miedo ni al demonio, Dios viene conmigo, Dios con nosotros, el pueblo con nosotros”, fueron las palabras de Nicolás Maduro, en busca de una reacción de la gente.
Los números que tiene Maduro en las encuestas no son los mejores y el triunfo de Edmundo González parece inevitable. El punto es que ya hay algo establecido: la economía que deja Maduro. Miles de venezolanos huyeron de una terrible crisis económica marcada por una inflación galopante y la realidad indica que con Maduro al poder, sufrió una caída de los precios del petróleo, algo fundamental en la economía del país.
Hace unas semanas, el Banco Central de Venezuela confirmó que entre 2013 y 2018 el producto interno bruto (PIB) del país se contrajo 52 por ciento. “Venezuela sufrió una caída que no tiene precedentes para un país latinoamericano o incluso a nivel global para un país que no tuvo una guerra. La contracción económica entre 2014 y 2021 fue de más de 70%, tocó fondo”, detalló Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, en diálogo con CNN.
Un punto no menor es que se estima que 7 millones de personas se fueron de Venezuela en los últimos 10 años, de los cuales el 90% está en edad laboral. En ese contexto, también se da el fenómeno de que Venezuela se quedó con personas en mayoría de edad no productiva, es decir, tiene gente muy menor o muy mayor. Y los que se marcharon fueron los que más consumen también.
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) presentó un informe y fue contundente: la pobreza atraviesa condiciones de vivienda, servicios públicos, protección social, trabajo y educación. El dato fue del 52 por ciento en 2023, siendo de 15 puntos menos que en 2021, pero 12 puntos más que en 2014.
En uno de sus últimos actos, Maduro le explicó a empresarios los planes económicos que tiene de cara a un triunfo electoral: “Hay que aumentar la eficiencia en la recaudación de los impuestos que existen adaptados a la necesidad de producir más. Necesitamos elevar los tributos internos, elevar la eficiencia en el cobro de los tributos que existen. Se asoma una economía muy poderosa en Venezuela. En junio fue la inflación más baja en 39 años, un crecimiento económico del 8%. Sí se puede crecer e invertir, conseguir un circuito virtuoso de producción de riqueza, distribución e inversión social”.
“Tengo las riendas de la nueva economía productiva. Ahora es momento de democratizar el crédito para que el dinero circule y llegue a quien lo necesita para trabajar, para producir”, sentenció Maduro.
Lo cierto es que la economía de Venezuela llega a estas elecciones con un leve crecimiento, pero con el detalle de que sucede luego de 10 años de estancamiento, inflación desbordada y venezolanos hundidos en la pobreza. Puede que ahí esté la clave de las proyecciones de las encuestas…