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Un grupo de investigadores apoyados por funcionarios del propio Banco de México (Banxico) difundió que las condiciones climáticas extremas vinculadas a El Niño y La Niña ejercen una influencia considerable sobre los precios. Excluyendo la energía, la inflación general aumenta en 90 puntos base en torno a niveles de 4.8% contra el 3.9% reportado bajo condiciones neutrales.
Un grupo de investigadores publicó que países con notables sectores agrícolas como México son susceptibles de registrar condiciones climáticas extremas vinculadas a El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), con una influencia altamente significativa entre la inflación general -excluyendo la Energía- y la actividad económica.
El estudio, fechado el mes pasado, examinó las afectaciones del fenómeno dentro de dos escenarios climáticos, uno agudo y otro neutral, descubriendo “una disparidad notable” en la dinámica inflacionaria.
En particular, en condiciones climáticas agudas, un shock del 1% en la brecha de producción desencadena un efecto inflacionario acumulativo en un horizonte de 12 meses de 90 puntos base mayor que en estados ambientales neutrales, concluyeron Daniel Ventosa-Santaulària, Edwin Tapia y Anna Karina Pérez-Peña en un paper difundido a través de la publicación especializada Elsevier.
“En condiciones climáticas adversas, la inflación general, excluyendo energía, aumenta 90 puntos base y se ubica en torno al 4.8%, en comparación con el 3.9% en condiciones neutrales.
“Además, las condiciones climáticas adversas aceleran y prolongan los efectos de un shock de demanda”, advirtieron los expertos.
Los hallazgos revelan una relación no lineal entre los precios y la actividad económica de México determinada por condiciones climáticas. En particular, el impacto de un shock de la demanda sobre los precios bajo las condiciones de El Niño/La Niña, y otro bajo condiciones neutrales.
El estudio se centra en desentrañar la transmisión vertical entre los precios al productor y al consumidor, y donde el ajuste de los precios por parte de todas las empresas no es instantáneo.
Para discernir las disparidades de un régimen frente al otro, los investigadores indicaron que utilizaron un modelo de proyección local no lineal (NLLP) como respaldo estadístico (Auerbach y Gorodnichenko, 2012). “Nuestros hallazgos revelan variaciones significativas en la dinámica de la inflación en respuesta a un shock de demanda, dependiendo de las condiciones climáticas predominantes”.
Aseveraron que los resultados de su estudio “enfatizan la urgencia de incorporar factores ambientales en la evaluación del riesgo de inflación para tomar decisiones de política monetaria más informadas”. El enfoque sobre el problema, además, “ayuda a aislar las influencias ambientales de otros factores que impulsan la inflación”.
Un evento climático atípico en el contexto de los fenómenos de El Niño fue el huracán Otis, con impactos de amplio alcance en la economía de México, refirieron.
Susceptible
La investigación consigna que por su ubicación geográfica y su importante dependencia de la agricultura (Statista, 2022), México enfrenta una vulnerabilidad pronunciada, particularmente por ser una nación costera (Mcgranahan et al., 2007).
Su sector agrícola contribuye con entre el 3% y el 4% del PIB y es fundamental para el suministro de bienes, ya que representa casi el 40% de la canasta de consumo promedio. Además, aproximadamente el 20% de la población del país depende directa o indirectamente de actividades primarias (Estrada et al., 2022). También el sector contribuye hasta en dos tercios de los ingresos de los hogares rurales.
De acuerdo con Ventosa-Santaulària, Tapia, y Pérez-Peña, su investigación resalta la necesidad “de crear conciencia” sobre la importancia de las variables climáticas en la dinámica económica, “dados sus graves costos sociales”.
“Las disparidades de la inflación agrícola bajo ambos regímenes son más significativas (1.75% en el régimen neutral frente a 8.81% en condiciones climáticas severas), lo que enfatiza el impacto social en los hogares de menores ingresos que dependen en gran medida de alimentos no procesados”.
Agregan que comprender estos patrones de inflación distintivos puede orientar las políticas, ayudando a mitigar los impactos adversos asociados con patrones climáticos agudos.
“El impacto de las condiciones climáticas en la capacidad del Banco Central para cumplir con su objetivo de inflación es significativo, lo que potencialmente erosiona su credibilidad, que es un componente crucial en un régimen de metas de pronóstico de inflación.
“Es esencial priorizar la incorporación de factores climáticos en el proceso de toma de decisiones de política monetaria”, enfatizaron.