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Las tres calificadoras de más peso a nivel mundial han emitido sendos mensajes sobre la responsabilidad que debe asumir el nuevo Gobierno tras la aplastante victoria en las elecciones del 2 de junio del partido en el poder, Morena, donde Claudia Sheinbaum se convertirá en la primera mujer en asumir el cargo de presidenta de la República en octubre próximo. El lunes, S&P Global aseveró que el enfoque en finanzas públicas y el manejo de Pemex podrían afectar al Soberano.
La agencia internacional de riesgos crediticios S&P Global aseveró el lunes que un posible debilitamiento de las finanzas públicas de México que conlleve a una mayor carga de deuda podría perjudicar la calificación Soberana, en momentos en que los resultados electorales del 2 de junio dieron al partido en el poder, Morena, con Claudia Sheinbaum al frente para ocupar la Presidencia de la República, un triunfo avasallador.
Durante este año el país afrontará un déficit fiscal del 5% del PIB, el más grande en cuatro décadas.
Si bien la administración saliente del presidente Andrés Manuel López Obrador presentó proyecciones para llevar a cabo una corrección fiscal “sustancial” el próximo año, con un ajuste del requerimiento total de financiamiento al Sector Público de casi la mitad, esto es, de cerca del 2.5% del PIB, la agencia mostró dudas; “aún está por verse si la nueva administración de Sheinbaum se adherirá o no a la trayectoria fiscal prevista por la administración actual cuando presente su propio presupuesto para 2025”.
Después de despejar la incógnita sobre los resultados electorales del 2 de junio, el país deberá ahora afrontar un crecimiento económico rezagado y debilidad en sus finanzas públicas, que con una mayor carga de deuda “podría perjudicar la calificación soberana” refrendó S&P en un formato sobre dudas frecuentes de inversionistas sobre el suceso electoral y su repercusión en la marcha del perfil de la deuda de la segunda mayor economía de América Latina, hoy también el principal socio comercial de la primera economía mundial, EUA.
“El enfoque de la próxima administración hacia las finanzas generales del sector público de México, incluyendo la forma en que elija apoyar a Pemex, abordar la política en el sector energético y organizar las operaciones y administración de la petrolera estatal, probablemente afecte nuestras calificaciones, tanto de México como de Pemex”, resaltó.
Según las proyecciones de S&P, la deuda neta del Gobierno Federal podría aumentar a 48% del PIB este año, desde el 45% de 2023. Bajo los mismos supuestos, otra de las grandes agencias internacionales de riesgos crediticios, Fitch Ratings dijo también el lunes que el país terminará este año con una deuda equivalente al 48.8%, desde los niveles de 45.6% alcanzados durante 2023.
Moody´s Ratings alertó la semana pasada, previo a los resultados del proceso electoral, que el nuevo Gobierno encontrará un panorama fiscal difícil, mientras que la trayectoria del crédito Soberano de México, hoy a dos peldaños arriba del grado de inversión, en “Baa2” con Perspectiva Estable, según su metodología, “dependerá de los planes de consolidación fiscal del próximo gobierno”.
Seguir con la transformación
S&P considera que el presidente López Obrador pudo incorporar una política fiscal “cautelosa” y al mismo tiempo mantener la estabilidad social y gestionar “diversas corrientes políticas dentro de Morena, partido político que él creó”.
Sin embargo, la presidenta electa Sheinbaum podría afrontar “presiones políticas” para relajar el gasto público si se produce una desaceleración económica significativa, destacó.
La evaluación de la agencia toma en cuenta la probabilidad “casi cierta” de que el Soberano de México será fundamental para Pemex en su análisis sobre la calidad crediticia de la petrolera. Pemex califica hoy con un grado de inversión similar al Soberano, de “BBB”, bajo su metodología, con un perfil crediticio individual de grado de especulativo “ccc+”, que sostiene desde el 2020.
La administración de López Obrador ha proporcionado alrededor de 869,000 millones de pesos (mdp) a lo largo de su sexenio a Pemex, unos 51,000 millones de dólares (mdd) a través de diferentes mecanismos, que incluyen inyecciones de capital dirigidas al pago de la deuda, gestión de pasivos, e inversiones en la cadena de fertilizantes de la empresa estatal, así como para el Sistema Nacional de Refinación y la refinería “Olmeca”, dentro de los proyectos prioritarios trazados durante la Administración de Obrador a punto de concluir.
También ha disminuido la pesada carga tributaria de Pemex al recortar el derecho de participación en las utilidades, o Derecho por la Utilidad Compartida, del 65% que era su peso en 2019 hasta niveles del 30% con los que cerrará este año.
En 2024, el Soberano País incluyó por primera vez una partida presupuestaria para cubrir casi todos los pagos de amortización que tiene Pemex por alrededor de 6,300 mdd, tan solo en el primer trimestre del año, de un total de 6,800 mdd. Para 2025 los vencimientos de deuda de la petrolera ascienden a 10,500 mdd.
Fitch Ratings dijo hoy que la Administración de Obrador habrá destinado cerca de 70,000 mdd en apoyos a la petrolera estatal, elevando su influencia del 4% sobre el PIB al cierre del año pasado, hasta el 6% al término de 2024.
“La nueva administración podría brindar apoyo financiero a Pemex, incluyendo recortes de impuestos o transferencias presupuestarias, probablemente aunado con reformas para fortalecer las operaciones de la empresa y abordar las debilidades internas”, destacó por su parte S&P.
Dijo también que entre sus considerandos, Pemex podría ser visto como “un pasivo contingente moderado” en caso de que la deuda combinada del Gobierno Federal y de la petrolera “aumente pronunciadamente”.
“Esto debilitaría nuestra evaluación del perfil fiscal de México y podría tener un impacto en la calificación soberana”, lanzó.