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En las últimas horas del último sábado, un ataque histórico de Irán a Israel tomó el protagonismo absoluto del mundo. El ejército de Israel dijo que el 99 por ciento de los más de 300 proyectiles fueron interceptados por Israel y sus aliados. Los daños colaterales fueron inmediatos: las criptomonedas se hundieron…
La tensión geopolítica en Medio Oriente vuelve a dividir el mundo. Durante horas y horas, “Tercera Guerra Mundial” fue tendencia en las redes sociales y fue todo un indicio de la perspectiva que tiene el ciudadano común. El conflicto bélico en esa zona del planeta tuvo una escalada impresionante tras el histórico ataque de Irán a Israel. Por primera vez en toda la historia, el ejercito iraní lideró un ataque contundente a Israel. Si bien el ataque fue controlado por los métodos de defensa de Israel, la actitud de ataque iraní desató una ola de consecuencias y tensiones que no estaban en los planes.
Tras el ataque con drones y misiles, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán dejó un fuerte aviso a través de la agencia de noticias ISNA: “Si el régimen sionista quiere continuar con sus malas acciones contra Irán por cualquier medio y en cualquier nivel, recibirá al menos una respuesta diez veces mayor del mismo tipo”. La respuesta de Israel no tardó en llegar.
Daniel Hagari, portavoz del Ejército de Israel, dialogó con el medio The Times of Israel y anunció: “Seguimos en alerta máxima y evaluando la situación. En las últimas horas aprobamos planes operativos de acciones tanto ofensivas como defensivas”. El equipo militar de Israel no descarta un ataque como respuesta y no se descarta que sea en el corto plazo. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se reunió con su gabinete de guerra y comunicaron que “la respuesta será en el momento adecuado”.
Este contexto tuvo su onda expansiva en las criptomonedas. Los conflictos bélicos suelen sufrir un impacto inmediato en la percepción de riesgo por parte de los inversionistas. Quienes suelen invertir su dinero son los primeros en sentir la incertidumbre, la preocupación y el temor por la estabilidad de la economía global y por ende, el efecto es inmediato en la depreciación de valor. Los movimientos tienden a ser más cautelosos, mesurados ya que su miedo al riesgo crece y, en consecuencia, se alejan de los activos considerados riesgosos.
Con el panorama actual, antes del sábado y del ataque iraní, Bitcoin cotizaba 70 mil dólares, pero tras la escalada, el precio de la criptomoneda pasó a 62 mil dólares, llegando a una caída del 8 por ciento. De acuerdo a Bloomberg, ese 8 por ciento marcado fue la venta masiva de Bitcoin fue la más pronunciada en más de un año. Esta caída de Bitcoin provocó un efecto cascada en otras criptomonedas y el efecto por la tensión bélica fue más que evidente. Etheruem, la otra cripto más conocida, también perdió más de un 7 por ciento.
No obstante, dentro del caos, Bitcoin y Etherum fueron las que menos se cayeron porque hubo otras criptos (Ripple y Dogecoin) que se derrumbaron un 10 a 12 por ciento. Las monedas digitales fueron uno de los pocos activos de riesgo que se comercializaron durante el fin de semana y por ende, se entiende que la caída se debió a la escalada de las tensiones en Oriente Medio. Lo peor para este ámbito es que el conflicto recién comienza y no tiene proyección de que vaya a detenerse.
Gilad Erdan, embajador de Israel ante la ONU, hizo un pedido directo: “Pretendemos todas las sanciones posibles a Irán antes de que sea demasiado tarde. Es necesario detener a Irán y sus ambiciones hegemónicas de dominación global antes de que lleve al mundo a un punto sin retorno, a una guerra regional que puede escalar a una guerra mundial. El mundo fue testigo de una escalada sin precedentes que sirve como la prueba más clara de lo que sucede cuando no se prestan atención a las advertencias”.
El punto es que estos conflictos demuestran que Bitcoin sigue teniendo una alta popularidad pero en el mercado financiero sigue siendo visto como un activo joven, de poca experiencia y un tanto inestable ante situaciones límites. El mejor ejemplo de ello es el golpe inmediato que sufrió tras el ataque de Irán a Israel.