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Vocero: Andrés Maza, Chief Investment Officer
Decir que los tiempos cambian cada vez más rápido se queda corto. En un mundo hiperconectado, con mayor acceso a la información y en donde las innovaciones tecnológicas marcan la pauta a seguir en todos los ámbitos, hemos presenciado cambios importantes en el terreno de las inversiones, sobre todo, en el perfil de quienes invierten.
El inversionista moderno promedio no es igual a los inversionistas tradicionales del pasado. En primer lugar, su perfil es diferente a la imagen que normalmente se tenía de un inversionista; hoy cualquier persona puede invertir.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), GBM concentra el 93% de las cuentas de inversión en el país. En México, el 80% de quienes invierten son menores de 40 años. Además, cada vez son más jóvenes quienes manifiestan mayor intención de invertir, mientras que más de un millón de mujeres invierten, acumulando riqueza 1.5 veces más rápido que los hombres.
Además de tener un perfil más diverso, el inversionista moderno se apoya en herramientas y soluciones tecnológicas que le permiten tomar mejores decisiones. Por esta razón, a pesar de que cuenta con nociones financieras, sabe que no es necesario ser experto en el tema y se apoya en la tecnología y en la asesoría financiera especializada para seguir una estrategia de inversión enfocada en alcanzar sus objetivos.
Actualmente, los inversionistas pueden tener en su dispositivo móvil la información necesaria para conocer el estado de su inversión y elegir un modelo de asesoría híbrida que se adapte a su ritmo de vida.
En este sentido, confían en los asesores financieros como aliados estratégicos que se mantienen al lado de los inversionistas para perseguir la estrategia que permita potenciar las oportunidades de éxito. Saben que no se trata de “gurús” sino de especialistas que conocen a profundidad las diferentes alternativas de inversión e incluso saben cómo mantener la motivación de los inversionistas en inversiones a largo plazo.
Por otro lado, la definición de metas es primordial. Ya no se trata únicamente de ingresar al mercado bursátil buscando potenciar ganancias porque sí; para los nuevos inversionistas es relevante contar con objetivos de vida claros que, a su vez, ayudan a definir el perfil de riesgo, el plazo a seguir y, por ende, los instrumentos a utilizar.
¿Y cuáles son estos objetivos? Comprar una casa, comprar un auto, iniciar un negocio, financiar el costo de determinados estudios, tener recursos suficientes para enfrentar el retiro, entre otras razones que, por su relevancia, funcionan como motivadores poderosos para invertir.
Finalmente, quienes invierten hoy en día saben que la paciencia y constancia son los grandes aliados para obtener los rendimientos deseados. Un error común es querer ver resultados de la noche a la mañana o retirar el capital en poco tiempo. Actualmente, los inversionistas cuentan cada vez más con la información y asesoría necesarias para evitar esos errores.
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