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En su comunicado de política anticipó que los impuestos que entrarán en vigencia en enero del próximo año, los “ajustes fiscales”, tengan “un efecto transitorio y no necesariamente proporcional en los precios”, por lo que “valorará actualizar el pronóstico de inflación”. Sin embargo, juzgó apropiado continuar con el ciclo de disminuciones sobre el referencial.
La Junta de Gobierno del banco central mexicano determinó el jueves en su última reunión de política monetaria del año recortar en 25 puntos base (pb) la tasa de interés interbancaria a niveles de 7.0%, con el voto disidente del subgobernador Jonathan Heath.
El máximo organismo de decisión de política advirtió en su comunicado que anticipa que los impuestos que entrarán en vigencia en enero del próximo año, los “ajustes fiscales”, tengan “un efecto transitorio y no necesariamente proporcional en los precios”.
“En este sentido, la Junta de Gobierno valorará actualizar el pronóstico de inflación para reflejar de manera más precisa los efectos asociados a dichas medidas”, anotó. La evaluación integral de su impacto, agregó, “requerirá incorporar información adicional conforme esta se encuentre disponible”.
La Junta consideró que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico mantiene un sesgo al alza, al tiempo que elevó marginalmente sus pronósticos de inflación para el cuarto trimestre de este año, así como para el primero y segundo del 2026.
De esta forma, el estimado de inflación general pasó de 3.5 a 3.7% en lo que corresponde al último trimestre de este año, así como para el primero del 2026, y subió de 3.2 a 3.3% el del segundo trimestre de ese año.
Los funcionarios responsables de la política monetaria señalaron que dicho ajuste es resultado principalmente de una reducción más gradual a lo previsto de la inflación de los servicios, mientras que el aumento registrado en la inflación de las mercancías tuvo un impacto menor sobre la revisión.
Votaron a favor de la decisión de política, la gobernadora Victoria Rodríguez, así como los subgobernadores Galia Borja, José Gabriel Cuadra, y Omar Mejía. Heath votó a favor de mantener el objetivo de la tasa en un nivel de 7.25%.
Menor crecimiento y más inflación
La Junta de Gobierno dijo que juzgó apropiado continuar con el ciclo de disminuciones de la tasa de referencia, y de alcanzar la meta de inflación objetivo en el tercer trimestre del 2026.
“Las acciones que se implementen serán tales que la tasa de referencia sea congruente, en todo momento, con la trayectoria requerida para propiciar la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3% en el plazo previsto”, sostuvieron los responsables de la política monetaria.
En su comunicado, la Junta resaltó que se anticipa que en el cuarto trimestre de este año, la actividad económica en México se haya mantenido débil, en momentos de incertidumbre y tensiones comerciales que continúan implicando “importantes riesgos a la baja”.
Mencionó el más reciente resultado de la inflación al consumidor, que comprende, de la primera quincena de octubre al mes de noviembre, cuando aumentó de 3.63 a 3.80%, con el índice subyacente incrementándose desde un 4.24 hasta un 4.43%, “principalmente por un aumento en la inflación de las mercancías no alimenticias”.
Los precios subyacentes son conocidos como medulares al excluir precios volátiles relacionados con la Energía y la Agricultura, y encargarse de medir la trayectoria de la inflación a más largo plazo. En sus pronósticos, la Junta pasó su pronóstico de inflación clave o medular del 4.1 al 4.3% para el cuarto trimestre; de 3.8 a 4.0% para el primer trimestre del 2026, y del 3.3 a 3.4 para el segundo.
La Junta dijo que los pronósticos están sujetos a los siguientes riesgos al alza, donde mencionó, en primer término, a la depreciación del peso mexicano y, en segundo a la persistencia de la inflación subyacente. En tercero, las presiones de costos, seguidos por las disrupciones por conflictos geopolíticos o políticas comerciales, y en último lugar, las afectaciones climáticas.
Los riesgos a la baja para la inflación, son una actividad económica menor a la anticipada; un menor traspaso de aumentos en los costos; y menores presiones por la apreciación de la moneda nacional.
Entre los riesgos globales la Junta mencionó el escalamiento de las tensiones comerciales, y el agravamiento de los conflictos geopolíticos, con posibles impactos en la inflación, la actividad económica y la volatilidad de los mercados financieros.









