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El paquete arancelario impulsado por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum no está dirigido contra ningún país en particular y únicamente se aplicará a importaciones provenientes de naciones con las que México no tiene tratado comercial, aclaró el secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon, durante la conferencia de prensa matutina.
El funcionario explicó que la medida tiene un diseño estrictamente comercial y económico, enfocado en proteger a la industria nacional y evitar prácticas de competencia desleal que ponen en riesgo el empleo en México.
¿Con quién sí y con quién no hay tratado comercial?
Ebrard detalló que México mantiene acuerdos comerciales con nueve socios, por lo que los productos provenientes de esos países no están sujetos al paquete arancelario:
- Estados Unidos
- Canadá
- Unión Europea
- Reino Unido
- Japón
- Colombia
- Chile
- Australia
- Vietnam
En contraste, el paquete sí contempla importaciones de países con los que México no tiene tratado comercial, entre ellos:
- Rusia
- Corea del Sur
- China
- India
- Indonesia
- Brasil
- Tailandia
- Ucrania
- Turquía
“No establecemos aranceles por país, sino por producto. El objetivo no es castigar a nadie, sino proteger sectores industriales estratégicos en México”, subrayó el secretario.
Proteger 350 mil empleos, el objetivo central
Ebrard explicó que el propósito final del paquete arancelario es proteger alrededor de 350 mil empleos, principalmente en industrias que han registrado un fuerte aumento de importaciones a precios por debajo de los valores de referencia internacional.
Los sectores más afectados son textil, vestido, calzado, acero y automotriz, este último de especial relevancia al representar cerca de un tercio del empleo manufacturero del país.
En los últimos dos años, las importaciones crecieron 12.4% en acero, 20.8% en vestido, 22.3% en calzado y 34% en la industria automotriz, una tendencia que, de mantenerse, podría provocar una pérdida masiva de empleos hacia 2026.
Medida por producto, no por geopolítica
El secretario insistió en que el paquete no responde a una lógica geopolítica, sino a una necesidad de corregir condiciones desiguales de competencia, particularmente cuando productos ingresan al país a precios por debajo de costos o inventarios.
El esquema contempla mil 466 fracciones arancelarias distribuidas en 17 sectores industriales, entre ellos autopartes, autos ligeros, textiles, siderurgia, electrodomésticos, muebles, calzado, aluminio, vidrio, motocicletas, papel, cartón y cosméticos.
Durante el proceso legislativo se realizaron ajustes en sectores como autopartes, siderurgia, textil, vestido y aluminio, luego de que empresas señalaran dificultades para sustituir insumos de manera inmediata o riesgos de encarecimiento.
Sin presiones inflacionarias relevantes
Ebrard aseguró que se hizo un análisis detallado fracción por fracción para evitar impactos negativos al consumidor. El efecto inflacionario estimado del paquete sería de alrededor de 0.2%, un costo bajo frente al beneficio de preservar cientos de miles de empleos.
“México es uno de los principales exportadores de América Latina, pero competir no significa aceptar precios artificialmente bajos que destruyen empleo”, sostuvo.
Estados y sectores donde están los empleos
Los 350 mil empleos que se busca proteger se concentran principalmente en Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Puebla y Querétaro.
Diversas cámaras empresariales, entre ellas Concamin, Canacero, la Cámara Nacional de la Industria Textil y el Instituto Mexicano del Aluminio, han expresado su respaldo al paquete arancelario aprobado por el Congreso.
Polos de Desarrollo, complemento de la estrategia
Como parte de la estrategia económica integral, Ebrard informó sobre el avance de los 15 Polos de Desarrollo impulsados por el gobierno federal para atraer inversión, fortalecer capacidades locales y generar empleo.
Las inversiones confirmadas se concentran en sectores como automotriz, logística, energía, siderurgia, manufactura, economía digital y agroindustria, con proyectos relevantes en estados como Durango, Puebla, Tlaxcala, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato y Campeche.
Se prevé que seis polos inicien o concluyan obras entre enero y marzo de 2026, y que el resto avance durante el segundo trimestre del año, con financiamiento del Gobierno federal, la banca de desarrollo, gobiernos estatales y la iniciativa privada.
“Actuar ahora es clave. Si no lo hacemos, dentro de un año estaríamos preguntándonos cómo recuperar empleos que ya se habrían perdido”, concluyó el secretario de Economía.
