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En la curva de los mejores rendimientos, los bonos a tasa fija con protección inflacionaria con plazos más largo han sido excepcionales; la referencia a 30 años mostró una ganancia de 24.40% a septiembre, similar a algunos de los rendimientos de las 7 Magníficas de EU.
*Por Yazmín Matus, subdirectora de mercados de deuda de Valmex
El 2025 se presagiaba como “el año de la renta fija”. Al menos en términos locales, dicha predicción no ha fallado: De manera enunciativa, la curva de Bonos M tuvo un rendimiento al cierre de septiembre de 15.64%** y la curva de Udibonos uno de 16.39%**, lo cual podría resultar contraintuitivo.
Esto, pues la teoría dice que los activos en tasa fija nominal brindan mejores rendimientos en un ciclo de baja por parte del Banco Central; sin embargo, dicha teoría no considera otros factores fuera de lo fundamental, por ejemplo: oferta/demanda, posicionamiento, momentum, valuaciones, entre otros.
Adicionalmente, en un entorno donde la inflación va a la baja de forma ordenada hacia el objetivo de Banco de México (Banxico), pareciera que comprar bonos con protección inflacionaria refleja falta de confianza en esta convergencia o bien, necesidades particulares de los portafolios de inversión.
No obstante, en sus estimados, los analistas confirman que la inflación se encuentra en un proceso de convergencia hacia el objetivo del Banco Central, mientras que el mecanismo de transmisión hacia los precios de los bonos locales ha sido congruente con este fenómeno.
Es decir, a lo largo de 2025, las inflaciones implícitas medidas a través del diferencial entre los bonos en tasa fija nominal y los bonos con protección inflacionaria, han ido a la baja y asimilándose más a niveles que rondan el objetivo de Banxico.
Entonces, es fácil concluir que no se trata de falta de confianza, sino todo lo contrario: existe confianza en que se alcanzará el objetivo, pues en este proceso de reacomodo de los portafolios, las valuaciones de los bonos con protección inflacionaria ya eran congruentes con ese nivel objetivo.
Lo anterior, aunado a una menor oferta de dichos bonos, dio como resultado los rendimientos que hemos observado en 2025.
Alcanzando a las 7 Magníficas
Con respecto a las particularidades de la curva gubernamental, el desempeño no ha sido homogéneo. Dentro de la curva con mejores rendimientos –los bonos a tasa fija con protección inflacionaria–, los Udibonos de largo plazo han sido excepcionales.
La referencia de 30 años ha tenido un rendimiento cercano a 24.40% al cierre de septiembre en términos efectivos, similar a algunos de los rendimientos de las 7 Magníficas.
¿Cuál es la razón de este comportamiento? Por un lado, el ciclo de baja en tasas por parte del Banco Central.
Aunque en términos de puntos base esta política beneficia más a la parte corta de la curva –es decir, genera un empinamiento de la curva al disminuir los rendimientos de corto plazo (“bull steepener”)–, también tiene implicaciones importantes si se considera la duración de un bono como medida de sensibilidad a los movimientos en las tasas de interés.
Bajo esta perspectiva, el bono con protección inflacionaria de 30 años representa el instrumento con la mayor duración en el mercado mexicano en moneda local.
Por otro lado, dentro de las subastas trimestrales, el monto ofertado en estos instrumentos no ha incrementado desde el primer trimestre de 2024. La demanda por estos activos es incremental por definición.
En tal sentido, los planes de pensiones de beneficio definido no fondeados tienen la oportunidad de mejorar su situación de activos contra pasivos, al adquirir estos instrumentos con tasas reales todavía altas.
En cambio, los planes de pensiones de contribución definida irán creciendo de forma importante en el tiempo, de tal forma que, aún cuando converjan hacia una trayectoria de inversión con mayores necesidades de exposición a activos de renta variable, incluso un incremento menor en estos instrumentos impactaría de forma significativa en la demanda de bonos en tasa real.
En conclusión, asumir el abordaje de la estrategia de inversión de un portafolio sólo con consideraciones fundamentales, puede resultar en menores rendimientos que al incluir factores de posicionamiento y valuación. Esto fue evidente para los inversionistas que se han beneficiado del mejor activo de renta fija local a lo largo de 2025.
** Curva de bonos/udibonos ponderada por valor de mercado
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*Yazmín es Chartered Financial Analyst (Analista Financiara Certificada) desde 2019. Estudió Actuaria en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Ciudad Universitaria.
Su desempeño profesional comenzó en 2007 en Qualitas Compañía de Seguros, colaborando en los equipos de Inversiones, Riesgos y Relación con Inversionistas. Desde entonces, ha formado parte de los equipos en materia de inversiones en diferentes instituciones financieras nacionales y extranjeras.
Su aportación como estratega en instrumentos de renta fija, destacó principalmente en mandatos institucionales y fondos mutuos dentro de Scotiabank, entidad en donde estuvo a cargo de cerca de 8,000 millones de pesos (mdp) por cerca de 6 años.
Yazmín incursionó en la estrategia de portafolios multiactivos desempeñando el rol de Head Portfolio Manager para Principal Afore donde se convirtió en pieza estratégica en la toma de decisiones de inversión manejando aproximadamente una cartera de 16,000 mdp.
Paralelamente, decidió compartir su experiencia de forma altruista colaborando con fundaciones de apoyo a mujeres como MEF (Mujeres en Finanzas); La Cana (Fundación que ayuda a Mujeres Privadas de la Libertad), lo que sigue haciendo actualmente en Youth Build México.
La ejecutiva se incorporó a Valmex recientemente cómo pieza fundamental en la estrategia de mandatos institucionales, aportando valor con su experiencia en el desarrollo de estrategias de inversión y optimizando el proceso de inversión con ideas innovadoras.








