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La agencia estima que el PIB real del país sea cercano a cero para el próximo año ante un ajuste fiscal “considerable”; también que la inflación anual promedio ronde el 20% en 2025, un 15% en 2026 y que regrese a un dígito, a un 9%, durante 2027. En enero pasado, rebajó la calificación del Soberano a “CCC-“.
Fitch Ratings dijo el lunes que Rodrigo Paz, ganador de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Bolivia realizadas el domingo, enfrentará “importantes desafíos” para reactivar el crecimiento, reducir la inflación y obtener financiamiento externo.
“La composición del nuevo Congreso debería ser más favorable para forjar alianzas políticas, pero la magnitud del ajuste necesario podría generar tensiones sociales”, advirtió la agencia evaluadora de riesgos crediticios en un informe fechado desde sus oficinas de Londres y Nueva York.
Paz, del centrista Partido Demócrata Cristiano, ganó la segunda vuelta ayer con más del 54% de los votos, derrotando al expresidente Jorge Quiroga, que obtuvo el 45%. El actual presidente, Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS), no se presentó a la reelección y el candidato del MAS obtuvo solo el 3.2% en la primera vuelta en agosto.
Fitch destacó que el contexto político para la formulación y aplicación de medidas de ajustes en Bolivia “parece estar mejorando tras las elecciones legislativas de agosto, que alteraron significativamente la composición del Congreso”. En la contienda, el oficialista MAS perdió casi todos sus escaños de la Cámara de Diputados y logró solamente dos.
La agencia anotó que a pesar que ni el partido de Paz ni el de Quiroga consiguieron mayorías en el Congreso, el margen para alcanzar acuerdos políticos debería ser mayor en comparación con el Congreso anterior, “donde las divisiones entre las principales facciones del MAS obstaculizaron la formulación de políticas e impidieron la aprobación de financiamiento externo”.
Fitch admitió que, no obstante, la solidez de las posibles alianzas ha sido relativamente incierta, dado el dominio del MAS durante las últimas dos décadas.
La creciente presión sobre el servicio de la deuda externa antes de la amortización de bonos de 333 millones de dólares (mdd) programada para marzo se convirtió en un factor fundamental para rebajar la calificación del Soberano a “CCC-“ en enero pasado.
Panorama de crisis
Fitch aseveró en su informe que el desplome del apoyo al MAS tras dos décadas en el poder probablemente presagia un cambio en su modelo económico intervencionista.
“Sin embargo, Paz heredará una crisis de balanza de pagos que ha reducido las reservas internacionales líquidas a casi cero, y ha provocado un declive económico y un aumento de la inflación”.
Los datos del PIB de Bolivia publicados con un nuevo año base en fechas recientes, mostraron una contracción de la economía del 1.1% durante el 2024; previo al ajuste, no obstante, los datos arrojaron un crecimiento de la economía de 0.7% y una contracción interanual de 2.4% para los primeros 6 meses del 2025.
Fitch refirió que los déficits fiscales de dos dígitos de Bolivia, de un 11.2% sobre el PIB el año pasado, fueron impulsados “??en parte por cuantiosos subsidios gubernamentales”, que han sido financiados en gran medida por el banco central del país, mientras que el tipo de cambio paralelo “se ha debilitado notablemente con respecto al tipo de cambio fijo oficial”.
Si bien Bolivia se ha mantenido al día con el servicio de su deuda externa mediante la compra y venta de oro local para obtener divisas, generando más de 2,000 mdd desde 2023, “los términos de las transacciones realizadas este año con ventas a plazo de oro no están claros y esta fuente de divisas podría no ser sostenible”, acusó.
Sin embargo, agregó Fitch, “no está garantizado un importante apoyo financiero externo para Bolivia y podría depender de la aprobación de un programa del FMI para catalizar un apoyo multilateral significativo”.
Herencia en apuros
Las reformas que se emprendan en Bolivia, refrendó la agencia, probablemente requerirán de ajustes en los subsidios gubernamentales y la reducción del déficit fiscal.
El saldo actual de préstamos multilaterales no desembolsados, en el caso de Bolivia, ??refleja en gran medida préstamos para proyectos que se desembolsan en horizontes de inversión plurianuales, en vez del modelo clásico de apoyos presupuestarios iniciales.
Fitch indicó en el informe que las proyecciones macroeconómicas actualizadas de las naciones que monitorea basadas en su más reciente Comparador de Datos Soberanos “reflejan la magnitud de la crisis económica actual y cualquier recuperación derivada de ella”.
En el caso de Bolivia “pronosticamos un crecimiento real del PIB cero en 2026, en previsión de un ajuste fiscal considerable, aunque con riesgos a la baja dadas las cifras del PIB publicadas recientemente”.
El país alcanzaría una inflación de 20% este año y del 15% en 2026, antes de volver a un solo dígito, en 9%, durante 2027. “Esperamos que el déficit en cuenta corriente se reduzca a mediano plazo, ya que los desafíos económicos y la escasez de dólares estadounidenses limitan aún más las importaciones”, mencionó.