UNAM inaugura PATIO Lab: ciencia verificable contra la posverdad y las violencias para ir juntos hacia la paz

Paz

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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inauguró el Laboratorio Universitario de Cartografía Social y Arquitectura Forense (PATIO Lab) en el Patio Chico del Antiguo Colegio de San Ildefonso. El acto fue encabezado por el rector Leonardo Lomelí Vanegas, acompañado por Tamara Martínez Ruíz, María Soledad Funes Argüello, María Teresa Sánchez Salazar, Manuel Suárez Lastra, Mónica Cejudo Collera y Julie-Anne Boudreau. La finalidad: contrarrestar la posverdad y la confusión informativa, fortalecer la impartición de justicia y la dignidad exigida por la sociedad, y transformar problemas sociales mediante conocimiento aplicado.

PATIO Lab
Es un espacio de construcción de un verdadero tejido colectivo, donde la academia y la experiencia vivida se encuentran en igualdad para transformar los problemas sociales, aseguró Soledad Funes Argüello

La posverdad y la proliferación de noticias falsas exigen claridad y veracidad”, subrayó el rector Leonardo Lomelí Vanegas. Agregó que PATIO Lab encarna la certeza de que el conocimiento verificable y las cartografías sociales participativas son herramientas útiles para contrarrestar la confusión informativa y fortalecer la justicia y la dignidad. En este marco, la UNAM reafirmó que su responsabilidad tambián implica caminar junto a la sociedad en la búsqueda de verdad y en la construcción de paz.

Tres retos prioritarios: género, socioambiental y derechos humanos

El laboratorio se enfocará en 3 frentes:

  1. Ámbito de género. Busca elaborar propuestas para saldar una deuda histórica con mujeres que han enfrentado violencia física, sexual, económica y psicológica.
  2. Scioambiental. Acompañará a sectores de la población que defienden la tierra, el agua y la vida.
  3. En materia de derechos humanos. Trabajará con casos de desaparición forzada, tortura y ejecuciones extrajudiciales, con la intención de convertir el rigor académico en memoria, legalidad y reparación.

Datos que muestran la urgencia

Las cifras compartidas durante la inauguración subrayan la magnitud del desafío: México acumula más de 128 mil personas desaparecidas, afectando principalmente a jóvenes y mujeres adolescentes. Desde 2006, la crisis forense ha dejado más de 72 mil cuerpos sin identificar en los servicios especializados del país.

Entre 2016 y 2021, casi una de cada tres mujeres sufrió algún tipo de violencia obstétrica. Además, 64 % de las mujeres privadas de la libertad experimentaron abuso psicológico al ser detenidas. En 2024, se documentaron 94 eventos de agresión contra defensoras y defensores ambientales, con 25 agresiones letales, la segunda cifra más alta en la última década. “Aunque todas estas problemáticas son enormes y se interrelacionan de manera compleja, cada aporte, por pequeño que parezca, suma a la creación de los cimientos para una transformación profunda y duradera”, indicó el rector.

Ciencia aplicada y diálogo de saberes

Para Tamara Martínez Ruíz, PATIO Lab es un espacio donde se generará ciencia para entendernos, vernos críticamente e incidir y construir en comunidad alternativas a las violencias. Se trata de un ejemplo institucional de colaboración que articula capacidades y utiliza herramientas como la investigación, la reflexión, la crítica y la creatividad para abordar los temas más complejos. “Propone una ciencia que dialoga con una multiplicidad de lenguajes como el de la arquitectura forense para hacer hablar a los espacios; la cartografía social para mapear resistencias; la poesía, el periodismo y la curaduría para construir nuevas narrativas”, señaló.

Tejido colectivo y compromiso ético

La coordinadora de la Investigación Científica, María Soledad Funes Argüello, destacó que la generación de conocimiento debe ser también un acto de acompañamiento y compromiso ético. Además subrayó que este laboratorio articula fortalezas de comunidades académicas para:

  • Desarrollar metodologías innovadoras.
  • Comunicar hallazgos con impacto
  • Formar a nuevas generaciones.
  • Incidir en la transformación de nuestras ciudades y territorios.

Detalló que una de sus definiciones más transparentes es ser un “laboratorio callejero”, un espacio donde se investiga, innova y se acompaña de manera colaborativa. En donde los aprendizajes son continuos y se persigue un diálogo horizontal y la construcción de un verdadero tejido colectivo. También la experiencia académica y la experiencia vivida se encuentran en igualdad para comprender y transformar los problemas sociales.

Colaboración interinstitucional que suma capacidades

La directora del Instituto de Geografía, María Teresa Sánchez Salazar, detalló que PATIO Lab es resultado de la colaboración de:

  • Instituto de Geografía.
  • Facultad de Arquitectura.
  • Escuela Nacional de Trabajo Social.
  • Escuela Nacional de Ciencias Forenses.
  • Instituto de Investigaciones Sociales.
  • Centro de Investigaciones y Estudios de Género.
  • Facultad de Estudios Superiores Aragón.
  • Facultad de Filosofía y Letras.

El proyecto contó con un fondo “semilla” -inversión inicial- aportado por:

  • Secretarías General, de Desarrollo Institucional y Administrativa.
  • Coordinaciones de la Investigación Científica y de Humanidades.
  • Dirección General de Divulgación de la Ciencia.

Para Manuel Suárez Lastra, este laboratorio muestra cómo la Universidad puede ayudar a recomponer el tejido social y, al mismo tiempo, contribuir a la construcción de una cultura de paz. “Estoy seguro de que este espacio será un punto de encuentro para pensar juntos, imaginar futuros posibles, fortalecer los vínculos entre la Universidad y la ciudad, haciendo de la ciencia y la cultura un bien común para toda la sociedad”, puntualizó.

Arquitectura forense y urbanismo con foco en la vida cotidiana

La directora de la Facultad de Arquitectura, Mónica Cejudo Collera, aseveró que desde su disciplina se contribuirá con la arquitectura forense y la cartografía social para analizar, visualizar y comprender los espacios y territorios afectados, así como proponer soluciones orientadas a mejorar la vida de los habitantes de las ciudades. “La riqueza de este laboratorio radica en su enfoque transdisciplinario que involucra la curaduría, la literatura, la poesía, el activismo, la historia, el periodismo, la cartografía y, por supuesto, la arquitectura y el urbanismo”, comentó.

Mirar el territorio para entender la violencia

La responsable técnica de PATIO Lab, Julie-Anne Boudreau, explicó que se busca cambiar miradas reduccionistas en el estudio de las violencias, centradas en las tasas de delitos, en perpetradores y víctimas, muchas veces ignorando los entornos. “Más allá de las personas directamente involucradas, la violencia nace de condiciones socio-territoriales complejas. Necesitamos entrar en esos territorios. Hablar con su gente, pisar sus calles, entrar en sus casas”, sostuvo.

Recomendaciones

  • Fomentar la cartografía social participativa para identificar resistencias y zonas afectadas, fortaleciendo la toma de decisiones comunitarias.
  • Integrar lenguajes diversos: arquitectura forense, cartografía, poesía, periodismo y curaduría para construir nuevas narrativas que visibilicen problemas y soluciones.
  • Mantener diálogo horizontal entre academia y comunidades, asegurando acompañamiento ético y compromiso en procesos de memoria, legalidad y reparación.
  • Poner en primer lugar acciones en tres frentes: género, socioambiental y derechos humanos, orientando esfuerzos hacia la transformación de ciudades y territorios.
  • Utilizar datos disponibles (desapariciones, crisis forense, violencia obstétrica, agresiones socioambientales) para definir prioridades y articular capacidades interinstitucionales.

En conclusion

UNAM inaugura PATIO Lab para enfrentar la posverdad y las violencias con ciencia verificable; caminar juntos hacia una sociedad en la búsqueda de verdad y en la construcción de paz. Pero, además de documentar y apoyar la sanción de responsables, PATIO Lab puede:

  • Incorporar protocolos y recursos para la reparación integral (indemnización, atención médica y psicosocial, restitución de derechos y medidas simbólicas).
  • Mapear y exigir corresponsabilidades institucionales y administrativas (auditorías, sanciones y reformas) a quienes facilitaron las violencias.
  • Garantizar la participación vinculante de víctimas y comunidades en el diseño, ejecución y seguimiento de las reparaciones.
  • Acompañar las reparaciones con medidas preventivas (reformas institucionales, transparencia y fortalecimiento de servicios) para evitar la repetición.

Con protocolos claros, financiamiento y alianzas institucionales, PATIO Lab puede convertir la evidencia científica en reparación real, prevención efectiva y transformaciones que sostengan la paz.

Referencias