Miran, el elegido de Trump para la Fed, podría romper la protección de la Reserva frente a la injerencia política

Miran

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El funcionario, cuyo nombramiento como gobernador de la Fed es solo un trámite, ha sostenido que la famosa independencia del banco central lo ha convertido en una institución irresponsable e ineficaz, mientras que “un nuevo sistema” en el que los presidentes van a poder despedir a voluntad a los siete miembros de la Junta de Gobernadores sería lo mejor. Miran fue el ideólogo del acuerdo conocido como Mar-a-Lago para devaluar el dólar, que no prosperó

Tras denunciar la “puerta giratoria” entre el poder ejecutivo y la Reserva Federal, el presidente del Consejo de Asesores Económicos, Stephen Miran, podría atravesarla ahora, después de que el presidente Donald Trump le nombró como gobernador de una institución que Miran querría revisar de forma radical, consignó la agencia Reuters en una nota firmada por el reportero especializado en la cobertura del banco central estadounidense, Howard Schneider

En un informe del que Miran fue coautor el año pasado para el Manhattan Institute, el economista propuso una dura medicina para una serie de males que, en su opinión, habían infectado al banco central, desde el “pensamiento de grupo” en política monetaria hasta la extralimitación regulatoria, pasando por la escasa rendición de cuentas y la pérdida de foco en su misión principal de luchar contra la inflación.

Fue una de las dos grandes ideas que Miran propuso el año pasado, junto con el llamado acuerdo de Mar-a-Lago para devaluar el dólar y reestructurar la deuda estadounidense, una propuesta que cayó rápidamente en desgracia y fue criticada por poner en peligro el estatus de reserva mundial del billete verde.

Sus opiniones sobre la Fed también pueden ser difíciles de vender: Ha sostenido que la famosa independencia de la entidad la ha convertido en una institución irresponsable e ineficaz, y que sería mejor un nuevo sistema en el que los presidentes pudieran despedir a voluntad a los siete miembros de la Junta de Gobernadores, con sede en Washington.

Desaparecer la Junta

Para contrarrestar ese poder presidencial, la autoridad sobre la política monetaria pasaría a los 12 bancos regionales de la Fed, cuyos dirigentes votarían sobre la política monetaria y, por tanto, hacerlo más que la Junta, y cuya supervisión quedaría bajo el control de los gobernadores estatales.

En lugar de un sistema aislado de la política monetaria, sería un sistema totalmente impregnado de ella, pero en una forma de “federalismo monetario” que, según Miran, aumentaría la responsabilidad.

Es una pregunta abierta si eso convencerá a los senadores que deben confirmarle, que ya están en vilo por los ataques de Trump a la Fed, al igual que el veredicto de los mercados mundiales de bonos, preocupados por la capacidad de un banco central políticamente cautivo para controlar la inflación.

Para Miran, la actual configuración de la Fed no ha hecho más que excusar lo que él considera una actuación deficiente: “La rendición de cuentas ha estado ausente (…) Las malas decisiones de política monetaria no necesariamente acarrean consecuencias para los dirigentes de la Fed”, escribió junto a Dan Katz, actual jefe de gabinete del secretario del Tesoro Scott Bessent.