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Pagar a tiempo, controlar el endeudamiento y revisar el Buró son acciones clave para construir un historial crediticio empresarial favorable.
Para obtener crédito empresarial, uno de los aspectos fundamentales en los que se fijan las instituciones financieras es el historial crediticio, ya que actúa como una carta de presentación ante estas, lo que les permite determinar qué tan confiable sería una organización como cliente.
Por ello, fortalecer dicho historial es un elemento clave para cualquier negocio que busque financiamiento para crecer, con el fin de obtenerlo de forma rápida, fácil y con las mejores condiciones contractuales.
¿Qué es el historial crediticio de una empresa y cómo se construye?
Este elemento se define como el registro detallado que refleja el comportamiento financiero que ha tenido una empresa a lo largo del tiempo. Se construye a partir de la información que las instituciones financieras comparten con sociedades de información crediticia, como el Buró de Crédito.
En él se incluyen las solicitudes de crédito realizadas, aquellas que le han sido concedidas, el nivel de endeudamiento, la puntualidad en los pagos, entre otros factores relacionados.
Cada cumplimiento en tiempo y forma con los compromisos financieros, así como cada retraso, queda registrado y afecta positiva o negativamente a la imagen y calificación de la organización.
La importancia del historial crediticio empresarial
Desde su definición es posible apreciar su relevancia, pero vale la pena observar a detalle y profundizar en lo que hace a este aspecto tan importante, tanto para las empresas como para las instituciones financieras.
Pues bien, un historial crediticio bien manejado permite, en primer lugar, acceder a financiamiento sin enfrentar una alta probabilidad de rechazo.
El nivel de solidez de dicho historial determina, además, las condiciones del crédito empresarial aprobado: montos más altos, tasas de interés reducidas y mejores márgenes de negociación con los proveedores.
Aparte, es importante mencionar que también constituye un requisito indispensable en procesos de licitación, ya que brinda certeza a las entidades a cargo o las autoridades de que la empresa mantiene una posición sólida y una gestión financiera disciplinada.
Asimismo, resulta relevante en oportunidades de expansión, al proyectar una imagen sólida ante potenciales socios, y en la reestructuración de deudas, con el objetivo de reducir la carga financiera.
Estrategias para mejorarlo
El dinamismo de este registro hace que sea posible mejorarlo para que la empresa sea más atractiva ante las entidades financieras.
Estas son algunas de las recomendaciones para lograrlo:
- Pagar a tiempo las deudas adquiridas mediante cualquier otro producto financiero previo.
- Diversificar las fuentes de crédito (como tarjetas o esquemas de arrendamiento), de acuerdo con la capacidad financiera de la empresa, para demostrar una adecuada gestión del financiamiento.
- Mantener un endeudamiento moderado, es decir, que no se refleje en el historial un excesivo uso de capital para atender compromisos financieros.
- Revisar periódicamente el estatus del historial crediticio para identificar su suposición real y determinar si es necesario hacer ajustes o presentar aclaraciones.
- Renegociar aquellas deudas que estén generando una presión significativa sobre la economía de la organización, con el fin de evitar impactos negativos en su imagen o en su flujo de caja.
Al comprender qué es este tipo de historial, así como su propósito, funcionamiento y las formas de mejorarlo, la empresa puede estar lista para solicitar financiamiento. Vale la pena que la organización tenga claridad respecto a este elemento para que lo mantenga óptimo y así, cuando quiera, acceda a un crédito empresarial que le permita alcanzar un nuevo nivel de desarrollo.