A Trump solo le faltaba esto: pidió cambiar la fórmula de la Coca Cola y armó un escándalo

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En medio del caos geopolítico que atraviesa el mundo y la inmensa cantidad de conflictos del que es protagonista, Trump se toma un tiempo para cambiar la fórmula tradicional de la Coca Cola en Estados Unidos…

 

“He estado hablando con Coca Cola sobre el uso de azúcar de caña real en la Coca Cola en Estados Unidos y han aceptado hacerlo. Este será un muy buen movimiento por su parte.Ya verán. Simplemente es mejor”, fue el mensaje de Trump que sorprendió a todos en las redes sociales.

En una negociación impensada, Trump quiere convencer a la multinacional estadounidense para que utilice azúcar de caña real en sus brebajes producidos en Estados Unidos. De acuerdo a Trump, el sabor de la bebida cambia drásticamente y mejora cuando se utiliza azúcar de caña en lugar de jarabe de maíz. Coca Cola tiene distintas variantes en su fórmula dependiendo los países, aunque el objetivo de tener el mismo saber no varía. En la versión estadounidense se utiliza jarabe de maíz con alto contenido en fructosa y este detalle no es menor porque en su momento, el Secretario de Salud y Servicios Humanos de Trump, Robert Kennedy Jr. ha luchado para que se deje de tener en cuenta ya que no sería lo más saludable.

Por su parte, un portavoz de The Coca-Cola Company no oficializó el cambio de la fórmula pero dialogó internamente con CNN y confesó: “Agradecemos el entusiasmo del presidente Trump por nuestra icónica marca Coca Cola. Próximamente compartiremos más detalles sobre las nuevas e innovadoras ofertas de nuestra gama de productos Coca Cola”.

El punto es que la postura de Trump provocó una tensión interna que no estaba en los planes. El pedido de Trump elevó al máximo la influencia y el trabajo de los fabricantes de azúcar de caña, mientras que los productores de jarabe de maíz explotaron de bronca.

John Bode, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Refinadores de Maíz, rompió el silencio y dejó una fuerte opinión contra Trump: “Reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña no tiene sentido. El presidente Trump defiende los empleos en la industria manufacturera estadounidense, a los agricultores estadounidenses y la reducción del déficit comercial. Reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña costaría miles de empleos en la industria alimentaria estadounidense, reduciría los ingresos agrícolas y aumentaría las importaciones de azúcar extranjera, todo ello sin ningún beneficio nutricional”.

Vale recordar que Trump tiene un fanatismo extremo por la Coca Cola, al punto de tener un botón rojo en su escritorio de la Casa Blanca y lo aprieta cada vez que tiene la necesidad de beber una.