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México dejó clara su postura este viernes 11 de julio ante el anuncio de nuevos aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos: “no estamos de acuerdo y consideramos que es un trato injusto”.
La respuesta se dio durante la instalación de una mesa de trabajo permanente binacional, celebrada en Washington, con la participación de altos funcionarios de ambos países.
En el encuentro, convocado por el Departamento de Estado, participaron representantes de las secretarías mexicanas de Economía, Relaciones Exteriores, Hacienda, Seguridad Pública y Energía, así como de los departamentos estadounidenses de Estado, Comercio y Energía, el Consejo de Seguridad Nacional y la oficina del Representante Comercial.
Durante la reunión, el gobierno estadounidense notificó que todos los países, incluido México, recibirán una carta firmada por el presidente de Estados Unidos, en la que se establece la entrada en vigor de nuevas tarifas a partir del 1° de agosto como parte de un viraje en su política comercial.
Ante esta medida, ambas delegaciones acordaron que la primera tarea de la mesa será encontrar una alternativa viable antes de esa fecha, para proteger los empleos y las cadenas productivas en ambos lados de la frontera.
Además de los temas económicos, en la reunión se abordaron otros puntos prioritarios de la agenda bilateral, como seguridad, migración, frontera y gestión del agua. Sin embargo, el anuncio arancelario concentró la atención.
El gobierno mexicano subrayó la relevancia de haber establecido desde ahora un canal institucional de diálogo, para desactivar cualquier posible impacto comercial antes del 1° de agosto. “México ya está en negociaciones”, se afirmó.
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