La banca mexicana, firme ante señalamientos del Tesoro de EE.UU: ABM. Son acusaciones limitadas y sin implicaciones sistémicas.

Sin implicaciones sistémicas alertas y bloqueos del FinCEN, dice presidente de los banqueros.
Sin implicaciones sistémicas alertas y bloqueos del FinCEN, dice presidente de los banqueros.

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En medio de los señalamientos y bloqueos a dos bancos mexicanos por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el nuevo Comité de Dirección de la Asociación de Bancos de México (ABM), encabezado por su presidente Emilio Romano, defendió la solidez del sistema bancario nacional ante las recientes acusaciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra dos instituciones financieras mexicanas por presunto lavado de dinero.

Romano recalcó que las medidas impuestas por el gobierno estadounidense —que prohíben operar a bancos norteamericanos con dos bancos mexicanos y una casa de bolsa a partir del 4 de septiembre— no afectan la solvencia ni liquidez de estas instituciones. Subrayó que se trata de una intervención precautoria sin implicaciones para otros actores del sistema financiero mexicano.

“Nuestro sistema bancario es robusto. Estas medidas sólo aplican a dos bancos y una casa de bolsa. No hay ninguna afectación sistémica ni restricciones para personas físicas o morales en México”, aseguró Romano.

El presidente de la ABM destacó que México cuenta con una de las regulaciones más estrictas a nivel global en materia de prevención del lavado de dinero, reforzada recientemente por una reforma legislativa. Añadió que los bancos operan con sofisticados sistemas de detección de operaciones inusuales y cuentan con equipos especializados en cumplimiento normativo.

“Seguimos adoptando estrategias de máximo cumplimiento. Esta industria no duerme, porque la vigilancia de patrones inusuales es continua y dinámica”, afirmó.

Por su parte, Tomás Ehrenberg, vicepresidente de la ABM, consideró positiva la extensión del plazo de aplicación de las medidas estadounidenses:

“Estos 45 días permitirán una transición ordenada del negocio fiduciario, lo cual es clave para preservar la estabilidad”, dijo.

A preguntas de la prensa, Romano negó que exista riesgo de una corrida bancaria o pérdida generalizada de confianza, como algunas calificadoras han advertido.

“No hay tal corrida. Se trata de dos instituciones que representan menos del 2% del sistema bancario. No ha habido disrupciones importantes ni afectaciones a los ahorradores”, afirmó.

Sobre las implicaciones comerciales, explicó que las empresas mexicanas podrán continuar operando vía otras entidades financieras habilitadas. También informó que la Secretaría de Hacienda trasladará temporalmente el negocio fiduciario afectado a la banca de desarrollo.

Medida administrativa, no sanción definitiva

Consultado sobre el fondo legal del caso, Romano aclaró que las acusaciones del FinCEN estadounidense aún no han sido probadas y que la orden actual es de carácter administrativo.

“No ha habido un proceso judicial. Las instituciones señaladas aún pueden defenderse conforme a la legislación de Estados Unidos”, puntualizó.

Frente a cuestionamientos sobre la salida de clientes y capitales, Romano afirmó que la ABM confía en que los dos bancos implicados puedan reorganizar su operación y adaptarse a las nuevas circunstancias.

Romano anunció que Felipe García-Moreno, vicepresidente de la ABM, será el enlace de la ABM con autoridades internacionales, incluyendo las estadounidenses, para fortalecer los canales de comunicación y prevención.

“Este diálogo con Estados Unidos es histórico. La prórroga demuestra voluntad para evitar disrupciones y preservar la estabilidad del sistema financiero mexicano”, sostuvo.

En ese marco, el Comité de Dirección también presentó los ejes del “Plan México”, que incluye mesas de trabajo para impulsar la digitalización, bancarización, mejora del estado de derecho y fortalecimiento del sistema fiduciario.

La ABM aseguró que los ahorros de los clientes están plenamente protegidos y que se está trabajando con autoridades mexicanas para actualizar la legislación sobre fideicomisos y reducir litigios que han llevado a varios bancos a abandonar ese negocio.

Romano, respaldado por los vicepresidentes Manuel Romo y Tomás Ehrenberg, insistió en que la banca mexicana está preparada para enfrentar este tipo de desafíos y que el episodio servirá para reforzar aún más sus mecanismos de cumplimiento.

“La mejor defensa es la prevención. El sistema está blindado, pero no bajaremos la guardia. La banca mexicana es parte de la solución, no del problema”, concluyó Romano.

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