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El 4 de julio entró en vigor uno de los paquetes fiscales más costosos de la historia de Estados Unidos, promovido y promulgado por el presidente Donald Trump. También es un proyecto que dejaría a cerca de 12 millones de personas sin acceso a determinados servicios de salud (Medicaid). Y de alimentación
*Por Ricardo Aguilar Abe, economista en jefe de INVEX.
El 4 de julio de 2025 entró en vigor uno de los paquetes fiscales más costosos en la historia de Estados Unidos.
Aprobado por una escasa mayoría de legisladores después de intensas discusiones en el Congreso y firmado por el presidente Donald Trump en el marco de las celebraciones del Dia de la Independencia, el paquete One Big Beautiful Bill resulta costoso en varios aspectos.
De acuerdo con estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (Congressional Budget Office o CBO), el paquete fiscal generaría un gasto de alrededor de $3 billones de dólares en los siguientes diez años contra un ahorro de aproximadamente una tercera parte durante el mismo periodo. Y el costo no es solamente económico.
El proyecto también dejaría a cerca de doce millones de personas sin acceso a determinados servicios de salud (Medicaid) y de alimentación (SNAP, programa de asistencia para la alimentación suplementaria dirigido a personas de bajos ingresos).
También representaría un paso atrás en la guerra contra el cambio climático al incentivar el uso de energías fósiles en lugar de limpias, así como un obstáculo para la educación al aplicar impuestos al patrimonio de las universidades, una importante presión contra los inmigrantes al sumar 10 mil agentes al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), así como otra serie de medidas polémicas que llaman la atención dentro y fuera de Estados Unidos.
Riesgos económicos
Desde un enfoque estrictamente económico, el paquete fiscal generaría una importante presión sobre las finanzas públicas y pone en riesgo la sostenibilidad de la deuda de Estados Unidos en el largo plazo, con evidentes repercusiones a nivel global.
Dentro de los $3 billones (o $3,000 miles de millones) de dólares que podría costar el paquete en la siguiente década destaca la extensión permanente de los recortes a los impuestos personales aplicados durante el primer mandato del presidente Trump.
Asimismo, se mantiene la reducción de 35% a 21% en el impuesto corporativo, se amplía la deducción de ingresos estatales y locales de $10,000 a $40,000 dólares durante los siguientes 5 años y, en general, beneficia más a los contribuyentes de mayores ingresos.
Contra eso, un ahorro de $1 billón de dólares sería insuficiente para lograr una disminución del déficit público de Estados Unidos. De hecho, se estima que éste podría pasar de un 6% hasta un 12% del PIB, con un incremento de la deuda de 124% hasta 130% del PIB hacia 2030.
Y claro, la One Big Beautiful Bill aumentó el techo de la deuda en $4-5 billones de dólares para financiar los beneficios fiscales y el gasto. Sí. Este famoso techo de la deuda que ha aumentado al menos ¡100 veces! desde que comenzó a emplearse este mecanismo para gastar más.
Repercusiones
¿Qué implica todo lo anterior para el crecimiento, la inflación, las tasas de interés y el valor del dólar?
El impacto sobre el crecimiento podría ser significativo. Principalmente por la reducción de impuestos, misma que incrementa el ingreso personal disponible de las personas y les permite aumentar su nivel de consumo o ahorro.
Asimismo, una carga tributaria menor, principalmente para las empresas, aumentaría sus decisiones de inversión y gasto, por lo que también se registrarían beneficios para la economía. No en balde, el presidente Trump insistía tanto en atraer o incluso reactivar la inversión en su propio país.
Finalmente consiguió la aprobación de beneficios fiscales que le permitirían alcanzar esta meta.
El principal costo sería la inflación. Y aún falta conocer cuál será la tasa efectiva de aranceles que establecerá el gobierno de Estados Unidos para los distintos países y productos después de tantos anuncios, con cambios de último minuto a veces.
Una inflación elevada presionaría las tasas de interés, principalmente las de largo plazo, que si bien ya no aumentarían mucho más allá de los niveles actuales (tal vez con un máximo de 5.0%), difícilmente regresarían por debajo de 4.0% en los siguientes años, a menos que se anticipe una recesión.
Ojo con esto: Los ingresos del Gobierno podrían verse reforzados por alrededor de $500 mil millones de dólares de aranceles al año, considerando una tasa efectiva del 13.0% sobre el total de importaciones que adquiere Estados Unidos en un año.
Si bien la cifra luce atractiva, la permanencia de los aranceles aún es una incógnita. Mas en una economía tan abierta como aún lo es la economía global.
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Ricardo Aguilar Abe es Economista en jefe de INVEX. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo: analisis@invex.com. Twitter: @raguilar_abe