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Horas antes de que Estados Unidos lanzara ataques aéreos contra instalaciones nucleares iraníes, el gobierno de Irán ordenó el retiro de su uranio altamente enriquecido de la planta de Fordow, en un movimiento que expertos interpretan como anticipación a una ofensiva militar. Frente a este hecho, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) convocó una reunión de emergencia para evaluar las implicaciones del ataque.
Además del traslado de materiales nucleares a una ubicación no revelada, agencias internacionales consignan que se redujo al mínimo el personal dentro de Fordow, en lo que observadores internacionales describen como un “protocolo preventivo”.
Sobre esta estrategia, el diario Washington Post difundió imágenes satelitales del 19 de junio que muestran un inusual movimiento logístico en torno a la instalación subterránea. En ellas se observan al menos 16 camiones desplazándose hacia un complejo militar cercano, así como vehículos apostados cerca de la entrada principal del sitio nuclear. Las imágenes fueron captadas dos días antes del ataque estadounidense ocurrido en la madrugada del domingo.
Analistas creen que este traslado de materiales y personal evitó una potencial catástrofe radiológica. Según Abbas Aslani, especialista en estrategia y política exterior, estas medidas reflejan que Irán “esperaba una acción hostil” y se preparó para minimizar el daño y complicar cualquier intento de incautación o destrucción del material nuclear.
Ante el ataque, el OIEA convocó una reunión urgente en Viena. En paralelo, la Organización de Energía Atómica de Irán exigió una investigación independiente sobre el bombardeo a las instalaciones nucleares, en una carta dirigida al director del organismo, Rafael Grossi.
La tensión diplomática escaló aún más cuando el presidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento iraní, Abbas Golroo, advirtió que Irán podría abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), argumentando que el artículo 10 del tratado le permite retirarse si considera amenazada su seguridad nacional.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, se responsabilizó a Estados Unidos de las posibles consecuencias de su agresión. Un vocero señaló que Teherán podría replantearse todos sus compromisos nucleares si la escalada continúa.
Hasta el momento, Estados Unidos no ha comentado sobre la anticipación iraní al ataque ni sobre la evacuación del uranio.
La comunidad internacional espera ahora los resultados de la reunión convocada por el OIEA, que podría marcar un punto de inflexión en las ya deterioradas relaciones entre Irán, Occidente y los organismos de control nuclear.
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