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A tasa mensual revirtió la contracción de 0.9% de marzo, y avanzó un modesto 0.1%. Analistas destacaron la expansión mensual del 1.3% de la minería, con su mejor resultado desde agosto del 2023. Las amenazas hacia adelante son la incertidumbre y la desaceleración del consumo privado
La actividad industrial en México luce desencajada. En abril mostró una caída de 0.7% a tasa anual, o si se mide contra igual mes de hace un año, donde, a su interior, y con excepción de las Industrias Manufactureras que mostraron vitalidad, el resto de sus cuatro componentes exhibieron resultados negativos.
Según cifras desestacionalizadas dadas a conocer el miércoles por el Instituto Nacional de Estadística, INEGI, mientras que las actividades Manufactureras progresaron a una tasa anual de 1.4%, la Minería, los Servicios Públicos y la Construcción retrocedieron 6.8%, 0.1% y 2.7%, respectivamente.
Si se toma en cuenta la medición a tasa mensual, la actividad industrial mesuró el retroceso de 0.9% registrado en marzo, al subir un modesto 0.1%. A su interior, excluyendo la Construcción que se contrajo un 2.0% de marzo al mes siguiente, todos los componentes mostraron alzas: la Minería se expandió a un ritmo de 1.3%, en tanto que los Servicios Públicos y las Industrias Manufactureras crecieron en 0.1% y 0.7%, en cada caso.
Bajo cifras originales, esto es, aquellas expresadas sin el efecto calendario y las que incorporan los analistas en sus proyecciones, la actividad industrial de abril registró un descenso de 4.0% anual, por debajo de lo previsto por el consenso del mercado, que si bien apuntaba a una cifra negativa, esta era menor, de 3.5%.
Tomando en cuenta esta expresión y a tasa anual, todos los componentes de la actividad arrojaron cifras negativas: la Minería se contrajo 7.7%, la Construcción 6.8%, las Industrias Manufactureras 2.6% y los Servicios Públicos 1.7%.
Analistas advirtieron que el escenario para lo que resta del año está amenazado por la incertidumbre derivada de la política comercial y arancelaria de EU, la desaceleración en el consumo privado y el enfriamiento de las exportaciones.
La industria manufacturera de exportación favoreció las cifras de la actividad en los primeros tres meses del año, ante las compras anticipadas que realizaron las empresas estadounidenses para reforzar sus inventarios antes de la aplicación de los aranceles.
Nubarrones en el horizonte
Alejandro Saldaña, del banco BX+ alertó que algunos de los elementos que proporcionaron cierta estabilidad en el arranque del año, podrían revertirse tan pronto como el segundo trimestre.
“El panorama para todo 2025 es amenazado por un entorno de incertidumbre, tensiones comerciales y menor crecimiento económico en los EE. UU”, refirió Saldaña sobre la primera economía mundial, también el principal socio comercial de México. Entre los riesgos internos, mencionó la desaceleración en el consumo privado.
Juan Carlos Alderete, de Grupo Financiero Banorte, anotó que los riesgos principales siguen asociados con la posibilidad “de nuevas disrupciones” por los aranceles; “nos mantenemos atentos a la evolución del aumento al impuesto a las importaciones de acero y aluminio en EE. UU. al 50%, con un posible acuerdo con México por anunciarse esta semana”, agregó, en alusión a las versiones sobre una negociación cercana.
Citando estimaciones de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) sobre el conflicto en materia de acero y aluminio, Banorte señaló que todo apunta a que habría un incremento de la producción de acero en México, tomando en cuenta que el país importa más acero de EU de lo que exporta hacia la potencia.
En el inter, sin embargo, esto significaría un incremento de hasta 10% en el costo de las obras en México.
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