Comunidad Fortuna | T-MEC 2.0

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Con el monto que exporta México a Estados Unidos cada mes, en promedio unos 40,000 mdd, es un hecho que la revisión del T-MEC es probablemente el evento económico más importante de esta década para nuestro país.

 

*Por Ricardo Aguilar Abe, economista en jefe de INVEX.

 

Cada vez resalta más el tema de la revisión o incluso posible renegociación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC). A pesar de que la revisión comienza formalmente este año, es un hecho que el tema lleva varios meses en el foco de los tres países involucrados.

 En particular, se comenta que México y Estados Unidos discuten puntos importantes del acuerdo comercial desde que Donald Trump asumió la presidencia de su país el pasado 20 de enero. Incluso se mencionó sobre reuniones de alto nivel antes de esa fecha con el equipo del entonces presidente electo.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha sido vocal en cuanto a los beneficios económicos del T-MEC, aun cuando México enfrenta hoy día un arancel de 50% al acero y al aluminio.

México se encuentra relativamente bien posicionado en la actual guerra comercial. Se habla sobre posibles excepciones de aranceles a los productos que se encuentren dentro del T-MEC, cuyo porcentaje va de 50% a 80% de las exportaciones totales dependiendo de la fuente consultada.

México fue excluido de aranceles generalizados en febrero, marzo e incluso en el “Día de la Liberación” del 2 de abril cuando se anunciaron tarifas recíprocas a prácticamente todas las economías del mundo.

También no cabe duda de que el acuerdo comercial genera grandes beneficios para Estados Unidos en términos económicos y operativos, principalmente en lo que respecta a la oferta de artículos más baratos debido al menor costo de la mano de obra en México.

 

Tratado alterado

Sin embargo, por más beneficios que pueda obtener la economía norteamericana, es poco probable que el tratado permanezca intacto.

De hecho, el T-MEC 2.0 podría incluir nuevas condiciones en el ámbito laboral, sobre contenido regional, sobre triangulación de insumos provenientes de otras economías (por ejemplo, China) e incluso sobre cambios en el contenido nacional (principalmente un mayor porcentaje de productos de Estados Unidos a costa de Canadá y México).

En particular, llama la atención cómo el presidente norteamericano ha iniciado una serie de negociaciones en otras regiones. Acuerdos comerciales con Reino Unido, Arabia Saudita, Catar más lo que se acumulen podrían dotar a Estados Unidos de nuevos proveedores.

De hecho, el director del Consejo Económico Nacional designado por Trump, Kevin Hassett, destacó a mediados de mayo que el gobierno de Donald Trump cuenta con alrededor de “25 propuestas de acuerdos comerciales con distintos países”.

Si bien Estados Unidos no podría reemplazar fácilmente los $40 mil mdd que en promedio importa desde México al mes, acuerdos comerciales con más países reducirían la dependencia de los productos mexicanos.

 

En la recta final

Al reducir esta dependencia, Estados Unidos podría exigir más condiciones a México, podría disminuir la compra de insumos con alta participación en la producción manufacturera nacional y, sobre todo, podría contar con una mayor ventaja frente a nosotros en la revisión del T-MEC que probablemente ya inició.

Lo que más le conviene a México ahora es que Estados Unidos no cierre acuerdos con otros países que, en su conjunto, representarían una competencia importante y podrían influir sobre la renegociación de nuestro principal tratado comercial.

Con el monto que exporta México a Estados Unidos cada mes, es un hecho que la revisión del T-MEC es probablemente el evento económico más importante de esta década para nuestro país.

Además de este riesgo, vale la pena recordar que la posición privilegiada de la que goza México en la actual guerra comercial se ha obtenido (desde el punto de vista de este autor) gracias a ciertas concesiones que brindó a Estados Unidos, y no sólo en cuestiones migratorias y de seguridad en la frontera.

También se relaciona con personas que serán procesadas judicialmente en suelo norteamericano con el consentimiento de las autoridades mexicanas. No se descarta que, en algún momento, México pueda perder esta posición preferente si incumple con alguna solicitud del Gobierno de Donald Trump. Y más si esta solicitud surge en plena revisión del T-MEC.

 

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Ricardo Aguilar Abe es Economista en jefe de INVEX. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo: analisis@invex.com. Twitter: @raguilar_abe