UNAM alerta por impacto del sargazo: limpiar un km cuesta un millón de dólares; habrá planta de biogás, anuncia el gobierno

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La Secretaría de Marina coordina esfuerzos para investigar las causas científicas, recolectar el sargazo vivo en altamar y construir una planta de tratamiento, mientras expertos de la UNAM alertan sobre graves daños ecológicos y costos elevados en la limpieza de playas.

Ante el pronóstico de un aumento del 40% en la llegada de sargazo a las costas de Quintana Roo durante 2025, el gobierno federal anunció en la conferencia matutina del 5 de junio un plan integral que combina la investigación científica, la recolección en altamar y la construcción de una planta de tratamiento para transformar este recurso. Por su parte, la académica de la UNAM Leticia Durand Smith advirtió en el Seminario Entramados Naturaleza, Cultura y Sociedad que el fenómeno del sargazo representa una amenaza ecológica profunda, afecta la economía local y la calidad de vida de las comunidades costeras.

La presidenta Claudia Sheinbaum explicó que, aunque existen hipótesis sobre el cambio climático y la deforestación en la Amazonia como posibles causas del aumento de nutrientes que favorecen la proliferación del sargazo, se requiere una investigación más exhaustiva.

En este sentido, se dio a conocer que la Secretaría de Marina cuenta con un buque sargacero oceánico y embarcaciones costeras para recolectar el sargazo vivo antes de que llegue a las playas. Además, se trabaja con el gobierno de Quintana Roo para instalar una Planta de Tratamiento de Sargazo que genere biogás, impulsando un modelo de economía circular.

La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena Ibarra, destacó que en los años más críticos se reciben hasta 60 mil toneladas de sargazo, por lo que esta planta, actualmente en proceso de diseño y búsqueda de terreno, será clave para su aprovechamiento sostenible. El secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales Ángeles, informó que el trabajo conjunto con autoridades estatales y hoteleros busca impedir que grandes volúmenes lleguen a la playa, realizando limpieza constante con maquinaria y mano de obra especializada.

Mientras tanto, la académica Leticia Durand Smith explicó que la llegada masiva del sargazo ha dejado de ser un fenómeno temporal para convertirse en un problema persistente en el Caribe mexicano; según explicó, cuando las macroalgas llegan en grandes cantidades y mueren en las playas, forman la llamada “marea marrón”, que reduce la penetración de luz solar y oxígeno en el agua, dañando ecosistemas marinos esenciales como los pastos marinos y arrecifes coralinos.

En Puerto Morelos, por ejemplo, se ha detectado que durante picos de acumulación el aumento de materia orgánica disuelta llega a ser hasta 35 veces mayor, la luminosidad disminuye en un 30% y el oxígeno disuelto en un 50%, lo que causó una mortalidad del 27% en los arrecifes en 2016, agravando su deterioro causado por desarrollo urbano y turismo.

El impacto no es solo ecológico: la presencia de sargazo dificulta la anidación de tortugas marinas y ha incrementado la prevalencia de fibropapilomatosis, una enfermedad que provoca tumores en la piel, con un aumento de casos en Akumal del 1.6% en 2008 a 54% en 2018.

Para las comunidades humanas, la descomposición del sargazo libera gases tóxicos como sulfuro de hidrógeno y amoniaco, que provocan irritación en mucosas, dolor de cabeza y náuseas, además de afectar la actividad turística al hacer las playas poco atractivas.

En cuanto al manejo del sargazo, Durand Smith advirtió que la limpieza manual y con maquinaria pesada, práctica común para retirar el alga de las playas, es muy costosa: se estima que limpiar un kilómetro de playa puede superar un millón de dólares anuales. Además, aproximadamente un 30% del volumen retirado corresponde a arena, cuya extracción incrementa la erosión costera.

Por otra parte, el depósito inadecuado del sargazo retirado puede generar lixiviados que contaminan los acuíferos a través de los suelos cársticos de la Península de Yucatán, un riesgo ambiental adicional.

Las barreras flotantes instaladas para contener el sargazo requieren ser complementadas con barcos que retiren el material orgánico antes de que se hunda o avance, dado que por sí solas no evitan completamente el arribo a las costas, advirtió la académica.

Durand Smith también subrayó que la presencia masiva y persistente del sargazo es un reflejo de la interacción humana con el medio ambiente marino. El aumento de nutrientes, especialmente nitrógeno, se ha multiplicado por 15 en las últimas décadas debido al uso de fertilizantes y la deforestación, creando condiciones ideales para la proliferación de estas macroalgas.

En su tránsito hacia las costas, el sargazo también acumula contaminantes como metales pesados, plásticos y microplásticos, evidenciando las profundas transformaciones oceánicas y ecológicas causadas por la actividad humana y el cambio climático en la región.

 

 

 

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