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La presidenta de México calificó como “injusta, sin sustento legal e insostenible” la decisión del gobierno de Estados Unidos de elevar del 25% al 50% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, una medida que afecta a todos los países del mundo, excepto a Reino Unido.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, la mandataria subrayó que, si bien la medida es global, en el caso de México resulta particularmente ilógica, ya que el país importa más acero y aluminio del que exporta.
“Normalmente se impone un arancel cuando hay un superávit en exportaciones, pero en nuestro caso es al revés. No tiene sentido económico ni comercial”, afirmó.
Además, cuestionó el fundamento legal del aumento arancelario, recordando que existe un tratado comercial vigente entre ambos países, en referencia al T-MEC, que debería proteger a México de este tipo de medidas unilaterales.
“Se está justificando por razones de seguridad nacional, pero justo ayer la vocera de la Casa Blanca habló de la buena colaboración en temas de seguridad entre ambos países. Entonces, no creemos que esta decisión tenga sustento legal”, dijo.
La presidenta también alertó sobre el impacto que el nuevo arancel podría tener en la industria automotriz, que depende del flujo constante de acero y autopartes entre ambos lados de la frontera.
“Muchos autos y auto partes cruzan de Estados Unidos a México. Este arancel del 50% representa un gran problema. Si el del 25% ya lo era, este es aún más grave”.
Informó que este martes a las 11:30 de la mañana sostendría una reunión con las cámaras de la industria del acero y del aluminio en Palacio Nacional, y que su gobierno ya está en contacto con autoridades estadounidenses.
En este sentido, la mandataria anunció que el secretario Ebrard tendrá una reunión con altos funcionarios en materia de comercio de Estados Unidos. Si no se llega a un acuerdo, México anunciará medidas la próxima semana, advirtió.
No obstante, la Dra. Shrinbaum aclaró que cualquier acción será para proteger a los empleos y la industria nacional, y no como una represalia.
“No se trata de venganza ni de un ‘ojo por ojo’, pero sí de proteger a nuestra gente, a los empleos y a las industrias que generan desarrollo para el país”.
La jefa del Ejecutivo concluyó su mensaje reiterando que México no está de acuerdo con la medida y que el país también tiene que fortalecerse y defenderse frente a decisiones que afectan directamente a su planta productiva.
“Para eso es el Plan México”.
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