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Un ejercicio hecho por la entidad arroja que desde octubre del 2024 se han visto señales de una nueva tendencia, donde la inflación que enfrentan los hogares de menores ingresos está por debajo del promedio, y de los demás rangos de gasto
Un análisis del Banco Nacional de México (Banamex) arrojó que desde octubre del año pasado ha habido señales de una nueva tendencia en el desempeño de la inflación del país con relación a los hogares con menores ingresos, los más lacerados por el incremento de precios considerados un impuesto regresivo, que afecta principalmente a estos grupos, y que ahora se ubica por debajo del promedio “y de los demás rangos de gasto”.
El ejercicio revela que desde la primera quincena de octubre a la fecha, mientras que la inflación general acumulada total ha sido de 2.4%, para el rango más bajo del gasto esta ha sido inferior, de 2.0%.
El análisis incluye el cambio en los precios relativos de los bienes que consume la población en los diferentes estratos de ingreso. Asimismo, da un enfoque a diversos rubros de la inflación: la de alimentos y bebidas, la de bebidas alcohólicas y tabaco, la de educación, recreación, transporte, y la de salud. Estos renglones justo son los que han observado mayores divergencias entre los grupos de ingreso, además de contar con los mayores ponderadores en la inflación total.
El caso de la inflación de alimentos y bebidas, por ejemplo, ha registrado una brecha promedio de aproximadamente 0.5 puntos porcentuales (pp) entre el grupo de menores gastos, con una inflación promedio de 8.03%, y el de mayores gastos, con una inflación promedio de 7.51% en un lapso que abarca desde el 2019 hasta mayo pasado.
Beneficios en el margen
En el cuarto trimestre del 2024, sin embargo, la tendencia empezó a cambiar, y el grupo de hogares que gana menos de 1 SM (salario mínimo) ha mostrado una inflación en alimentos y bebidas “significativamente menor” que los que ganan 6 salarios mínimos, se sostiene en el documento.
Paulina Anciola, encargada del estudio, señala que la inflación promedio del grupo con un ingreso de 1 salario mínimo se ha ubicado en 2.26% de octubre del 2024 a mayo del 2025, mientras que la de la población que percibe 6 salarios mínimos ha sido de 5.20%, lo que significa una brecha de 2.9 pp.
El mismo comportamiento, aunque en menor medida, se registra
en el rubro de bebidas alcohólicas y tabaco, que alcanzó la máxima brecha de 2.9 pp en julio del 2020, en los momentos álgidos de la pandemia. La excepción, no obstante, son las inflaciones reportadas en el transporte y la salud donde los hogares de menores ingresos han enfrentado niveles de inflación más altos en promedio
Anciola refirió que dentro del proceso desinflacionario por el que atraviesa México, la inflación general ya ha ubicado niveles en línea con el promedio histórico de los últimos 15 años, de 4.5%, alcanzando una tasa de 3.9% en abril pasado.
A pesar de las mejorías en el margen, sin embargo, la experta expone que queda claro que los hogares de la parte baja de la distribución del ingreso “apenas se acercaron al nivel de precios para el siguiente grupo”, que abarca el rango de entre 1 a 3 salarios mínimos.
La nota destaca que un factor que debe tomarse en cuenta en el periodo cubierto es que aunque los ingresos nominales laborales en promedio (Encuesta Nacional y Ocupación y Empleo, ENOE), subieron más que la inflación, esto no necesariamente benefició a todos los hogares de los diferentes estratos de gasto.
La analista refirió que, en este proceso, los ingresos no laborales vía transferencias se volvieron una parte muy relevante, especialmente para los hogares de la parte baja de la distribución de ingreso/gasto, el 60% del total, según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) del 2022.
Se considera que, en años anteriores, la inflación actuó en mayor perjuicio de los que tienen menores ingresos. La inflación ha sido señalada como determinante de la pobreza en México, por lo que los hallazgos son buenas noticias, apuntó Anciola.
“Con la información se puede concluir que, a diferencia de periodos anteriores, en meses recientes la inflación ha sido menor para quienes tienen ingresos más bajos, lo que contradice la idea tradicional de la inflación como un impuesto regresivo, que afecta más a los sectores de menores ingresos al erosionar su poder adquisitivo y agravar la desigualdad”.