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El aumento contrarrestará de manera “más efectiva” las importaciones de países que siguen introduciendo acero y aluminio excedente a precios bajos en el mercado estadounidense, afectando la competitividad de sus industrias nacionales, resaltó el primer mandatario
El presidente Donald Trump firmó el martes una orden ejecutiva que aumenta los aranceles al acero y al aluminio del 25 % al 50 % a partir del 4 de junio, cumpliendo así su promesa de aumentar los impuestos a las importaciones para ayudar a los fabricantes nacionales.
“El aumento de los aranceles contrarrestará de manera más efectiva a los países extranjeros que siguen introduciendo acero y aluminio excedente a precios bajos en el mercado estadounidense, afectando la competitividad de las industrias nacionales de acero y aluminio”, señaló el mandatario en la orden ejecutiva.
El viernes pasado, el mandatario dijo a trabajadores del acero en Pensilvania que duplicaría el arancel a las importaciones de acero que ingresen a la potencia a fin de proteger la industria estadounidense; después, a través de su cuenta en la red Truth Social publicó que la medida abarcaría también el aluminio y que entraría en vigor el 4 de junio.
El incremento de aranceles ocurre días después de que la Corte Federal de Comercio Internacional de EU (CFCI), con sede en Nueva York, determinó que el presidente estadounidense excedió su autoridad al invocar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) de 1977 para gravar las importaciones de varios bienes.
La orden iba a bloquear los aranceles que Trump impuso a una gran mayoría de países y que se anunciaron el “Día de la Liberación” del 2 de abril. Tras la sentencia, la Casa Blanca demandó, y un día después un tribunal de apelaciones federal suspendió temporalmente la orden del Tribunal de Comercio Internacional.
El argumento del tribunal de apelaciones federal a favor de la medida de la Administración Trump radicó en que la orden no afecta a las tarifas arancelarias del 25% sobre automóviles, y la tarifa para el acero y al aluminio debido a que tales están sujetas a la sección 223 de la Ley de Expansión Comercial, una legislación distinta a la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977, que es sobre la que se impusieron las demandas.