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En un entorno donde el turismo mexicano rompió récords con más de 77 millones de visitantes internacionales y una derrama de 32 mil 956 millones de dólares en 2024, la seguridad se consolida como un factor estratégico para garantizar el desarrollo sostenido del sector.
El dinamismo de la industria, que además generó 4.9 millones de empleos, exige ahora esquemas de protección más sofisticados, capaces de responder a los retos logísticos, sociales y reputacionales que enfrentan los principales destinos del país.
Organismos como el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) y la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM) coinciden en que la seguridad se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para operadores turísticos, especialmente en zonas que buscan atraer eventos internacionales o visitantes de alto poder adquisitivo. Más allá de la vigilancia tradicional, se requiere una estrategia integral que combine discreción, capacidad de respuesta y una atención especializada a las características del entorno turístico.
Seguridad silenciosa para experiencias memorables

La Organización Mundial del Turismo ha señalado que la percepción de seguridad influye más en la decisión de viaje que el propio costo del destino. Ante este panorama, algunos destinos en México han comenzado a implementar modelos de seguridad turística profesionalizados, que incluyen personal capacitado no solo en protección, sino también en atención al cliente, respeto a normas culturales y actuación ante situaciones de emergencia, sin comprometer la privacidad o experiencia del visitante.
Para espacios como hoteles, complejos vacacionales, centros de convenciones, zonas arqueológicas y terminales turísticas, la seguridad debe percibirse como una garantía silenciosa. Así lo explica Ynbal Adda, gerente General de la firma especializada en seguridad privada ELIM, quien destaca que la presencia del personal debe ser visible pero no invasiva, orientada al servicio y con protocolos claros de coordinación con autoridades locales y cuerpos de emergencia.
Factor humano y corresponsabilidad: claves para el futuro
“Los esquemas de seguridad turística no solo demandan tecnología y planificación, sino también inversión en el factor humano. Personal bien capacitado y con condiciones laborales dignas fortalece la estabilidad operativa de los destinos, genera confianza entre operadores internacionales y refuerza la imagen del país como un lugar confiable para el turismo global”, apuntó en conferencia de prensa, Ynbal Adda.
Finalmente, indicó que, los expertos coinciden en que garantizar entornos seguros es una responsabilidad compartida entre autoridades, empresas, comunidades y prestadores de servicios. La seguridad, como eje transversal del turismo, debe integrarse desde la planeación hasta la operación diaria para asegurar que México no solo reciba más visitantes, sino que también les ofrezca experiencias memorables y libres de riesgos.