En medio de tensión arancelaria, Fitch ratifica en grado de inversión a México

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La confirmación de una Perspectiva Estable significa que los grados “BBB-“ se mantendrán para los siguientes 12 a 24 meses, sustentados en un marco de política macroeconómica prudente, finanzas externas robustas y una economía grande y diversificada.

La agencia de riesgos crediticios Fitch Ratings ratificó el miércoles el grado de inversión “BBB-“ para México con una Perspectiva de Estable, en momentos que las políticas comerciales de la Administración Trump entran en un espiral de incertidumbre.

“La calificación de México se sustenta en un marco de política macroeconómica prudente, finanzas externas robustas, y una economía grande y diversificada.

“La calificación se ve limitada por un crecimiento moderado a largo plazo, indicadores de gobernanza deficientes, desafíos fiscales relacionados con una base de ingresos baja, y rigideces presupuestarias, (además de) pasivos contingentes de Pemex”.

Además, la agencia anticipó para este año una contracción del PIB mexicano de 0.4% frente a los aranceles, la incertidumbre inducida por política tarifaria de Trump, los esperados ajustes fiscales y la desaceleración en EU. “Los riesgos se inclinan a la baja y el alcance de la política anticíclica es limitado”, advirtió.

“El panorama económico es incierto y dependerá de la nueva relación comercial que surja con EE. UU. Por ahora, esperamos una modesta recuperación del 0.8% en 2026, ya que la economía continúa asimilando los aranceles y el crecimiento de EE. UU. se mantiene débil”, señaló.

La Perspectiva Estable, que significa mantener los grados para los siguientes 12 a 24 meses, refleja la opinión de Fitch de que la calificación de México tiene un margen para soportar el entorno económico más complejo, implícito en un nuevo escenario base.

Sin embargo, anotó, “Es probable que la desaceleración económica ya en curso se agrave ante un giro agresivo hacia el proteccionismo comercial en Estados Unidos bajo la administración Trump”.

México es especialmente vulnerable al proteccionismo comercial de EU ya que décadas de integración han convertido las exportaciones hacia la primera economía mundial en un pilar de su expansión, con una influencia de cerca del 27% del PIB nacional durante 2024.

Los aranceles ya impuestos podrían tener impactos significativos, especialmente en el Sector Automotriz, mientras que la incertidumbre ya representa un lastre y el nearshoring para la actividad de la economía mexicana.

El proceso alrededor de las políticas comerciales de la Administración Trump sigue siendo inestable, y es probable que el futuro de la relación comercial siga siendo incierto, al menos hasta la revisión del T-MEC, programada para mediados de 2026, anotó la agencia.

“Incluso si la política arancelaria estadounidense mantiene un trato preferencial para México en relación con sus competidores, vemos perspectivas menos prometedoras para la “nearshoring” mientras persista esta incertidumbre”, advirtió.

Esperanzas en meta fiscal

Fitch aseveró que espera que la Administración bajo la batuta de la presidenta Claudia Sheinbaum mantenga sus objetivos de consolidación fiscal, “en general, según lo previsto, a pesar de este difícil contexto”. El objetivo del gobierno es llevar el déficit del 4.9% sobre el PIB de 2024, no visto en décadas, hasta un 3.9% este año.

“Creemos que las autoridades pueden alcanzar la meta fiscal de este año a pesar del contexto adverso”. La recaudación tributaria del país aumentó 10% interanual en términos reales en el primer bimestre de 2025 pese al estancamiento de la actividad económica.

Para la agencia, esto refleja la resiliencia y las posibles mejoras derivadas de algunas medidas, entre ellas destaca el impuesto al comercio electrónico, mientras que los recortes del gasto público siguen su curso.

La debilidad económica, la menor producción petrolera y los precios del petróleo a la baja, así como los compromisos de gasto imprevistos, como por ejemplo aquellos relacionados con los tópicos de seguridad que negocie el país con el vecino del Norte, “plantean riesgos”.

Si bien las autoridades prevén una mayor reducción del déficit en 2026 gracias a la reducción de los costos de los intereses y a una mayor austeridad del gasto, Fitch anota que esto incluye la previsión de tasas de interés más altas que las de las autoridades, y que las prioridades sociales y las rigideces presupuestarias dificultarán cada vez más la austeridad proclamada por el Gobierno para la consolidación fiscal desde este año.

“Las autoridades siguen centradas en los esfuerzos de administración tributaria y han optado por no impulsar una reforma fiscal estructural, pero no han descartado esta opción para más adelante si otros esfuerzos de consolidación resultan insuficientes”.

Otra parte de la realidad, que es una ventaja relativa, es la sólida posición política del Gobierno, que podría respaldar las perspectivas de la reforma judicial, donde por voto popular se pretende elegir en junio próximo a jueces, magistrados y a los ministros de la Suprema Corte, sin parangón en el mundo, con excepción de Belice.

La popularidad de la que goza el Gobierno, en un contexto económico débil, podría dificultarla, alertó Fitch.

Factor Pemex

La agencia dijo en su reporte que la deuda soberana continúa apoyando a un Pemex en crisis, a medida que la disminución de la producción y las pérdidas en la refinación erosionan su posición operativa.

“En nuestra opinión, es improbable que los planes de Sheinbaum para Pemex, anunciados hasta ahora, resulten en una recuperación significativa, ya que no implican cambios significativos en la estrategia operativa”, advierte.

Según sus cálculos, bajo una nueva normativa, Pemex podrá requerir más allá de los montos anuales de aproximadamente 7 mil millones de dólares (mdd) incluidos en los presupuestos de 2024 y 2025, y que están contemplados en su escenario base de los próximos años.

“La deuda soberana está explorando maneras de apoyar a Pemex de manera más efectiva, sin mayores montos, para mejorar su perfil de liquidez y sus opciones de financiamiento”, expuso.

Al cierre del año pasado, la deuda bruta del Gobierno mexicano, que incluye obligaciones federales, estatales e IPAB, pero que excluye la carga de las empresas estatales, aumentó al 50.9% del PIB, desde el 45.5% de 2023.

“Proyectamos que seguirá aumentando hasta el 54.3% en 2025 y que convergerá con la mediana ‘BBB’ del 58% en los próximos años” señaló Fitch sobre las expectativas en torno a un rango por arriba de la calificación confirmada hoy para el Soberano.

“Esta métrica de deuda del gobierno general refleja una migración gradual de pasivos de Pemex al soberano y, por lo tanto, está aumentando a un ritmo mayor que la métrica oficial de deuda pública que incluye a las empresas estatales”, alertó.