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Algunos indicaron que el menor ritmo de la actividad previsto para este año contribuirá a reducir las presiones. En línea con el comunicado del 6 de febrero, consideraron hacia adelante una decisión similar al recorte de 50 pb en la tasa de interés referencial
La mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno del banco central mexicano, el máximo órgano de decisión de la política monetaria del país, anticipó que la inflación en México continúe descendiendo conforme a lo previamente anticipado, lo que dio pie, con un voto dividido, a determinar un recorte a la tasa de interés referencial de 50 puntos base (pb), a niveles de 9.50%.
Las actas de la reunión del 6 de febrero abarcaron el resultado de la inflación de la primera quincena de enero, cuando el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) colocó en 3.69%, la tasa más baja desde febrero del 2021.
En el evento de política de este mes, la mayoría de los miembros de la Junta destacó que la inflación general regresó al intervalo de variabilidad de entre 2 y 4% por primera vez desde dicha fecha.
Respecto a la inflación subyacente, que excluye precios volátiles que distorsionan las condiciones de mercado, y que, por lo tanto, mide la trayectoria de la inflación de más largo plazo, la mayoría de los funcionarios destacó que esta acumula cuatro meses y medio en niveles por debajo del 4%.
Uno de los miembros consideró que ello indica que la reducción de la inflación ha sido sostenible, mientras que algunos describieron que la inflación subyacente se encuentra alrededor de su promedio histórico previo a la pandemia.
En la primera quincena de enero la inflación medular ubicó en 3.72%. La Junta puntualizó que entre 2003, cuando se adoptó la meta permanente de 3%, y 2019, justo antes de los choques de la pandemia, la inflación subyacente promedió 3.65%. Uno de los funcionarios mencionó que se sigue previendo que los precios medulares converjan a la meta del 3% en el segundo trimestre del próximo año.
Otro de sus integrantes expresó que, si bien no pueden descartarse altibajos, es de esperar que la inflación subyacente continúe descendiendo. Algunos agregaron que el menor ritmo de actividad económica pronosticado para 2025 contribuirá a reducir las presiones sobre la inflación.
En su informe trimestral del periodo octubre a diciembre dado a conocer ayer, el banco central mexicano redujo su expectativa de crecimiento del PIB para este año desde 1.2% a 0.6%.
La Junta de Gobierno juzgó que el combate a la inflación se encuentra en una etapa en la cual se buscará llevarla de los niveles actuales, esto es, alrededor de sus promedios históricos previo a la pandemia, a la meta del 3%. Por tanto, la mayoría de sus integrantes consideró apropiado en su decisión reducir en 50 pb la tasa de referencia.
En línea con el comunicado de política divulgado a principios del mes, las actas señalaron que la Junta estima que hacia delante podría continuar con la calibración de la postura monetaria y considerar ajustarla en una magnitud similar. Agregó que el entorno inflacionario permita seguir con el ciclo de recortes a la tasa, si bien manteniendo una postura restrictiva.
Votaron a favor de la decisión la gobernadora Victoria Rodríguez y los subgobernadores Galia Borja y Omar Mejía. El recién integrante de la Junta de Gobierno, José Gabriel Cuadra García, votó en ese mismo sentido.
El subgobernador Jonathan Heath votó en contra, puesto que estuvo a favor de reducir la tasa de interés interbancaria a un día en 25 pb, a niveles de 9.75%.
Factor Trump
La mayoría de los responsables de la política monetaria destacó el riesgo asociado con los posibles efectos de las políticas que pudiera implementar la nueva administración de Estados Unidos.
Los funcionarios anotaron en particular la incertidumbre relacionada con los anuncios de cambios en las políticas comercial y migratoria. La mayoría resaltó que su materialización podría implicar presiones sobre la inflación en ambos lados del balance.
Algunos apuntaron que, por un lado, podrían observarse presiones al alza en la inflación derivadas de una depreciación del peso mexicano, mientras que por el otro lado, habría presiones a la baja por condiciones de holgura mayores a las previstas.
Un funcionario afirmó que los escenarios de riesgo no sugieren un proceso de aceleración de la inflación. En todo caso, agregó, podrían sugerir un proceso de convergencia más gradual.
Algunos coincidieron que persiste un entorno complejo e incierto respecto a la Administración estadounidense. Uno mencionó que ahora los riesgos son de naturaleza distinta a los que dieron lugar al último episodio inflacionario.
Persistencia
Las actas informaron que la mayoría de los miembros de la Junta especificó que, con relación a los dos componentes de la inflación medular, la inflación de mercancías exhiba hacia adelante “cierto incremento desde niveles bajos”, mientras que se espera que la inflación de los servicios siga disminuyendo.
No obstante, de acuerdo con las actas, la mayoría mencionó la posibilidad de que la disminución en la inflación de los servicios sea más lenta de lo anticipado, “y que no contrarreste el incremento anticipado en la de mercancías”, el cual “podría ser incluso mayor al previsto”.
El grueso de los funcionarios también destacó que el panorama anterior representa “un riesgo para que se observe la tendencia a la baja esperada para la inflación subyacente”.
En compensación, un funcionario observó que aun en un escenario adverso, donde los servicios se redujeran a un menor ritmo al previsto y en el que las mercancías se incrementen a un ritmo mayor, en el que alcanzarán su promedio histórico hacia finales de año, la inflación subyacente se mantendría en niveles similares a los actuales.
Lo anterior, anotó el funcionario, es “consistente con la nueva etapa en la que se encuentra la inflación” tras las distorsiones causadas por la pandemia y los conflictos geopolíticos.