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En contraste, el indicador, avanzó 0.1% en diciembre a tasa mensual, apoyado por el dinamismo de las ventas en artículos de esparcimiento, tiendas departamentales y ferretería. En el arranque del 2025, la perspectiva languidece
Diciembre no fue un buen mes para la venta de los comercios al por menor en los últimos 12 meses. Si compara contra el mismo mes del 2023, decrecieron 0.6% con cifras ajustadas por estacionalidad, mientras que la perspectiva para los primeros meses del año en curso se achica.
Con cifras ajustadas por estacionalidad, a lo largo del año pasado, el comercio al por menor del país reportó un retroceso acumulado de enero a febrero de 0.84% frente al 2023, un nivel no visto desde el 2009, en momentos en que la economía mexicana atravesaba la debacle de la crisis financiera global del año anterior.
A tasa mensual, las ventas de las tiendas minoristas crecieron en solo 0.1%, aunque revirtieron la caída de igual magnitud presentada en noviembre, según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) difundida el jueves.
El desempeño mensual se vio favorecido por el avance de 1.7% en los ingresos del renglón de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco, seguidos por los de autoservicios y departamentales, de 1.6%, en tanto que las ventas a través de internet, catálogos y televisión lo hicieron en 1.5%. En sentido contrario, las ventas de vehículos y refacciones se ajustaron en 3.2%.
Con cifras originales, esto es, sin el efecto calendario y las que incorporan los analistas en sus proyecciones, el comercio al por menor mostró retrocesos de 0.2% a tasa anual, lo que contrastó con los crecimientos estimados en el periodo, de una tasa positiva de hasta 0.6%.
Bajo esta expresión, los renglones con las bajas más severas en sus ventas resultaron ser las de artículos de papelería, para el esparcimiento y otros artículos de uso personal, de 3% anual.
Le sucedieron los artículos de ferretería, tlapalería y vidrios, con bajas de 2.9% y los de las tiendas de autoservicio y departamentales, de 1.9%, en tanto que las ventas de vehículos de motor, refacciones, combustibles y lubricantes cayeron 1.8%.
En el polo opuesto, los ingresos reportados en abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco repuntaron 9.3% en diciembre a tasa anual, en tanto que los provenientes del renglón exclusivamente a través de internet, catálogos impresos, televisión y similares lo hicieron en 6.6%.
Mientras que las ventas de productos textiles, bisutería, accesorios de vestir y calzado crecieron 2.4% a tasa anual, los de los artículos para el cuidado de la salud lo hicieron en apenas 0.1%
“En los primeros meses del 2025, el consumo seguirá perdiendo fuerza, especialmente en su segmento discrecional, a medida que los consumidores se tornen más defensivos en el contexto de la desaceleración económica”, apuntó Ángel Huerta, del banco Bx+.
El consumo básico podría considerarse como defensivo en esta etapa, ante el crecimiento en salarios y ante una tasa de desempleo relativamente baja.
El INEGI agregó que, a tasa mensual y con cifras desestacionalizadas, el personal ocupado total en este tipo de establecimientos comerciales mostró un alza de 0.2% en diciembre frente a noviembre, con remuneraciones medias reales que se contrajeron 0.1% en ese lapso.
En su comparativo anual, el personal ocupado total quedó estancado, en tanto que las remuneraciones medias reales repuntaron 6.4%.
Languidecen
El retroceso acumulado de 0.84% comparó negativamente con las tasas de crecimiento reportadas en 2021, 2022 y todavía en 2023: las ventas minoristas acumuladas a lo largo del 2021 escalaron a un ritmo de 13.27%; las del 2022 lo hicieron en 7.19%, mientras que las del 2023 avanzaron en 4.04%.
Si bien estos progresos respondieron a la recuperación postpandemia, el desempeño del 2024 reflejó el debilitamiento del consumo, producto a su vez de la debilidad en el consumo privado.
Gabriela Siller, directora de análisis de Grupo Financiero Base, destacó en un reporte especial que, excluyendo la caída del 2020 producto de la pandemia causada por el COVID-19, la contracción acumulada a lo largo del año pasado por concepto de ventas al por menor fue la más profunda desde el 2009, cuando la economía resentía aún los efectos de la crisis financiera del 2008, con un PIB que se contrajo 3.69%.
Siller anotó que a lo largo del año pasado, las ventas minoristas se vieron afectadas por causas diversas, donde destacó la inseguridad en algunas ciudades del país y la persistencia de una inflación elevada, así como por la depreciación del tipo de cambio.
En el último tramo del 2024, el mercado laboral también empezó a debilitarse, al igual que las expectativas económicas sobre México, en tanto que el envió de remesas, que venía explicando parte de la fortaleza del poder adquisitivo de un grupo amplio de connacionales, fue perdiendo ritmo.
“Hacia adelante, las ventas al menudeo podrían experimentar un deterioro derivado de la incertidumbre económica y los cambios en las políticas comerciales por parte de Estados Unidos”, alertó a su vez Víctor Ceja, economista en jefe en la firma de corretaje Valmex.
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