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El ex presidente de Brasil, en su peor momento. La Fiscalía de Brasil lo acusó formalmente de gestionar un intento de golpe de Estado. Su plan que incluía envenenar a Luiz Inácio Lula da Silva y asesinar a un juez del máximo tribunal del país…
El escándalo en Brasil es mayúsculo porque Jair Bolsonaro podría caer 38 años en prisión. El fiscal general de Brasil, Paulo Gonet, acusó al expresidente Jair Bolsonaro, de gestionar un golpe de Estado para quedarse en el cargo tras su derrota electoral en 2022. De acuerdo a la información de Gonet, Bolsonaro tenía un plan: envenenar a Lula da Silva y asesinar a un juez del máximo tribunal del país.
La denuncia fue formalizada y será evaluada por la Primera Sala del Tribunal Supremo Federal, con el magistrado Alexandre de Moraes como ponente. Las pruebas recogidas por Paulo Gonet, incluyen grabaciones y testimonios que indican que Bolsonaro y su equipo analizaron mecanismos para impedir la asunción de Lula.
“Bolsonaro y 33 personas más participaron en un complot para mantenerse en el cargo. Se pretendía envenenar a Lula y asesinar al juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, un adversario del expresidente. Estas 34 personas acusadas de incitar y ejecutar actos contrarios a los Tres Poderes y al Estado Democrático de Derecho. La organización tenía como líderes al entonces presidente (Jair Bolsonaro) y su candidato a vicepresidente (Walter Braga Netto)…”, fue parte del comunicado presentado por Paulo Gonet.
“Los miembros de la organización criminal estructuraron en el palacio presidencial un plan para atacar instituciones, con el objetivo de derribar el sistema de poderes y el orden democrático”, aseguró Gonet en el acta de acusación de 272 páginas.
El Supremo Tribunal Federal de Brasil analizará los cargos y, si son aceptados, Bolsonaro será sometido a un juicio. Si el expresidente es declarado culpable de un intento de golpe y abolición violenta del estado de derecho democrático, podría recibir una sentencia de hasta 20 años en prisión, según el código penal brasileño. No obstante, el medio más importante de Brasil, Globo, asegura que Bolsonaro podría recibir otras causas y ese castigo podría alcanzar los 38 años de prisión.
Por su parte, Jair Bolsonaro asegura que es un perseguido político porque su imagen positiva vuelve a estar creciendo y tiene como objetivo presentarse en las próximas elecciones presidenciales. El equipo legal del expresidente detalló: “Estas acusaciones provocan consternación e indignación. Bolsonaro nunca ha estado de acuerdo con ningún movimiento cuyo objetivo sea el de desmantelar el estado de derecho democrático o las instituciones que lo sustentan”.
