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El presidente colombiano comenzó en pie de guerra, ironizó en sus redes sociales, buscó hacerle frente a Donald Trump y terminó cediendo horas después de desatar el caos…
“Estados Unidos no puede tratar a los inmigrantes colombianos como criminales. Prohíbo el ingreso de aviones norteamericanos con migrantes a nuestro territorio. Trump debe establecer un protocolo de tratamiento digno a los migrantes antes que los recibamos nosotros”, fue el mensaje de Gustavo Petro que hizo reventar las relaciones entre Estados Unidos y Colombia.
El presidente colombiano rechazó dos aviones de Estados Unidos con 160 migrantes y Donald Trump fue letal. A través de un comunicado, el republicano decidió fulminar a Petro con medidas extremas. Trump ordenó cerrar la Embajada de Estados Unidos en Colombia y se acaban los procesos de visados para los colombianos por tiempo indefinido. Además, Trump aplicó un 25 por ciento de aranceles a todos los productos que lleguen desde Colombia y en caso de que la situación no pueda destrabarse, el arancel iba a aumentar al 50 por ciento.
“La negación de Petro de estos vuelos ha puesto en peligro la seguridad nacional y pública de los Estados Unidos. Estas medidas son solo el comienzo. No permitiremos que el gobierno colombiano viole sus obligaciones legales con respecto a la aceptación y el retorno de los criminales que forzaron a ingresar a los Estados Unidos”, puntualizó Donald Trump en respuesta a Petro.
Esas horas posteriores fueron caóticas. Gustavo Petro recibió el apoyo de Nicolás Maduro, de Lula Da Silva y Evo Morales. Por su parte, Donald Trump se mostró imparable contra Colombia. De hecho, Marco Rubio, secretario de Estado, estuvo autorizando sanciones de viaje a individuos y familiares, que fueron responsables de la interferencia de las operaciones de vuelos de repatriación de Estados Unidos.
Sin embargo, en ese contexto tan desfavorable, y luego de querer hacer frente a Trump, Gustavo Petro terminó tomando la decisión menos pensada: ceder ante todos los pedidos de Estados Unidos. “El gobierno de Colombia ha acordado todas las condiciones del presidente Trump, incluida la aceptación sin restricciones de todos los inmigrantes ilegales de Colombia retornados desde Estados Unidos, incluidos los que lleguen en aviones militares, sin limitaciones ni dilación”, expresó en un comunicado la Casa Blanca.
Lógicamente, el retroceso de las decisiones iniciales de Petro lo dejaron expuesto y con la imagen dañada ya que entre la postura aguerrida del comienzo a ese final solo pasaron 7 horas.
Por su parte, el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo dio una rueda de prensa y aseguró: “El gobierno de Colombia informa que hemos superado el impasse con el gobierno de los Estados Unidos. Seguiremos recibiendo a los colombianos y las colombianas que retornen en condición de deportados, garantizándoles las condiciones dignas, como ciudadanos sujetos de derechos.
Colombia ratifica que se mantendrán los canales diplomáticos de interlocución para garantizar los derechos, el interés nacional y la dignidad de nuestros ciudadanos”. Además Murillo reveló que viajará a Washington para entablar reuniones con directivos de alto mando de Estados Unidos.
La postura de Estados Unidos es una sola: demostrarle al mundo el poder y de lo que puede ser capaz. Las sanciones se mantendrán hasta que se confirme la llegada y aceptación de los migrantes en suelo colombiano.
