Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 24 segundos
El ritmo de ajuste a la tasa de interés podría ir a un ritmo más lento en 2025, a fin de alcanzar el objetivo dual de pleno empleo y control de precios. Si todo se mantiene igual.
*Por Yazmín Matus, subdirectora de mercados de deuda en VALMEX
Es bien sabido que los eventos relevantes de los bancos centrales, como son los recortes en las tasas de interés o las modificaciones al balance, influyen de manera significativa en las decisiones de gasto, inversión, ahorro, tasas de interés, expectativas de inflación e, incluso, en el desempeño de los índices accionarios.
No obstante, tan importante como las decisiones que toma la Fed, es cómo las comunica a través de sus diferentes medios para lograr sus objetivos.
De ahí que la comunicación de estas decisiones se vuelva fundamental para implementar y guiar la política monetaria, sobre todo en un entorno donde las expectativas de los diferentes agentes económicos juegan un papel crucial en el desarrollo de la economía.
Algunas de las herramientas comunicativas más utilizadas incluyen: discursos, declaraciones, entrevistas conferencias de prensa, minutas de reuniones, reportes y proyecciones económicas como los “dots”.
Los “dots” de la Reserva Federal (Dot Plot), son proyecciones de las tasas de interés que cada miembro del Comité Federal de Mercado Abierto espera, tanto a corto, como a largo plazo.
No obstante, a pesar de ser una herramienta importante para entender la postura futura de política monetaria, pocas veces se ejecuta de manera exacta a lo proyectado pues, históricamente, la relación con los movimientos reales de las tasas de interés tiende a ser más optimista en términos de velocidad y de magnitud.
Además, estas proyecciones se revisan de forma frecuente para reflejar datos económicos más claros. Por ejemplo, durante el ciclo de endurecimiento iniciado en 2015, los “dots” proyectaron aumentos de tasas más rápidos de lo que realmente ocurrieron, como consecuencia de las expectativas no cumplidas sobre crecimiento económico e inflación.
En otra ocasión, previo a la pandemia del COVID-19, los “dots” indicaban un ciclo de aumentos leves ante un escenario de ciclo económico extendido, sin embargo, las condiciones obligaron a realizar aumentos rápidos para controlar la inflación.
Condiciones inesperadas
Al ser una guía, estas proyecciones no representan un compromiso inamovible. Por este motivo, las condiciones económicas inesperadas, tales como las crisis financieras, la inflación persistente o los eventos geopolíticos, han llegado a desviar las acciones de la Reserva Federal respecto a sus publicaciones en reuniones pasadas.
Esto sucedió en 2016 y 2018, cuando los aumentos fueron más lentos debido a datos económicos más débiles de lo anticipado.
El ajuste reciente a los “dots” respecto a la trayectoria de recortes de tasas que se espera para 2025, significa que las condiciones económicas han dado signos de resiliencia. Y, si bien la inflación ha mantenido un descenso lento pero constante, el ritmo de ajuste a la tasa de interés podría ir a un ritmo más lento para alcanzar el objetivo dual (pleno empleo y control de precios) de este banco central, si todo se mantiene igual.
Es aquí donde el concepto de “ceteris paribus” (término que hace referencia al efecto que una variable económica tiene sobre otra, siempre que todas las demás variables permanezcan iguales) entra a colación.
En este sentido, el espacio entre la ejecución de la política monetaria, las últimas proyecciones y las valuaciones actuales, tienen un amplio espacio para modificarse hacia adelante, especialmente conforme se conozcan datos oportunos sobre el desempeño de la economía estadounidense y se esclarezca el impacto que la transición política tendrá en función de la ejecución de políticas en temas de migración, tarifas e impuestos.
Ante tales escenarios cambiantes, difícilmente viviremos una situación “ceteris paribus”.
****
*Yazmín se desempeña como subdirectora de Portfolio Manager de la casa de bolsa Valores Mexicanos (VALMEX), con una encomienda especial en la estrategia de mandatos institucionales.
Cuenta con experiencia en el desarrollo de estrategias, así como en la optimización del proceso de inversión a través de ideas innovadoras.
La ejecutiva ha formado parte de equipos de inversión en diferentes instituciones financieras nacionales y extranjeras. Colaboró en la estrategia de portafolios multiactivos como head portfolio manager para Principal Afore, donde, bajo su liderazgo, manejó una cartera por alrededor de 16,000 millones de pesos (mdp).