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El periodista Oscar Balderas, en una entrevista de febrero de 2024, se refirió a las declaraciones de entonces, por parte de Estados Unidos, sobre la designación de México como un narcoestado, marcando una clara distinción entre el crimen organizado mexicano y los grupos terroristas.
Según Balderas, aunque tanto los carteles como los grupos terroristas operan de manera violenta y transnacional, sus objetivos y estrategias son diferentes; los grupos terroristas buscan la destrucción del Estado para sustituirlo, mientras que las organizaciones criminales mexicanas, aunque también operan de manera ilícita, necesitan un Estado funcional para llevar a cabo sus actividades.
Esta explicación recobra importancia porque a principios de semana el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó varias órdenes ejecutivas, entre ellas una para designar a los grupos criminales mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras. Este es un procedimiento formal que tiene repercusiones políticas, económicas y diplomáticas significativas. El proceso está regulado por la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, bajo la cual el Departamento de Estado identifica y designa a ciertos grupos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO)
La designación formal tiene como objetivo principal sancionar y limitar las actividades de las organizaciones consideradas una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Entre las consecuencias más relevantes destacan:
- Implicaciones económicas: Los bancos y las instituciones financieras deben cumplir con estrictas regulaciones para prevenir la financiación de dichas organizaciones. Esto incluye revisar transacciones, escanear cuentas y aplicar medidas derivadas de las normativas de organismos internacionales como el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Estas regulaciones suelen representar costos financieros altos para las instituciones bancarias, especialmente en países donde las organizaciones designadas tienen presencia.
- Impacto diplomático: La designación afecta las relaciones bilaterales, ya que los países involucrados enfrentan presiones para ajustar sus políticas internas y reforzar sus sistemas de control.
- Consecuencias políticas: La declaratoria conlleva un fuerte estigma, al equiparar a ciertos grupos con entidades como Al Qaeda, el Estado Islámico (ISIS), Boko Haram, Al Shabab, Hezbolá y los talibanes, que tienen un alcance ideológico y operan a nivel transnacional, marcando una diferencia notable con otros grupos delictivos locales o regionales.
¿Los carteles mexicanos son terroristas?
En relación con esto, en entrevista para el programa de Youtube “Economía Social”, el periodista Óscar Balderas analizó en febrero de 2024 la narrativa impulsada por Estados Unidos en torno a la situación de seguridad en México. Balderas señaló que entonces existían fuertes intereses de la DEA en promover la idea de que México era un narcoestado, una narrativa que beneficiaría tanto al discurso republicano como al demócrata en el contexto electoral estadounidense.
En su explicación, Balderas también contrastó al crimen organizado en México con grupos terroristas. A diferencia de estos últimos, que buscan destruir al Estado para imponerse como gobernantes, las organizaciones criminales mexicanas necesitan un estado funcional para operar.
“El crimen organizado en México no desea la destrucción del Estado. Necesita un estado funcional: carreteras asfaltadas para el tráfico de armas, aeropuertos para el transporte de droga, puertos marítimos activos para el ingreso de precursores químicos”, detalló.
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