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El máximo referente de la Iglesia Católica da un discurso y critica fuertemente las políticas migratorias de la próxima administración de los Estados Unidos. Donald Trump promete arrasar con todo y terminar de construir el muro limítrofe…
“Mañana comienza la mayor deportación de la historia de los Estados Unidos. Vamos a acabarlos con todos. Usaremos todos nuestros recursos para expulsarlos de nuestro país. Rápidamente restableceremos el control de nuestras fronteras y expulsaremos a cualquier inmigrante legal, pandillero o criminal que opere en suelo estadounidense. Cuando se ponga el sol, la invasión de nuestras fronteras habrá cesado y todas estas personas que entraron ilegalmente”, fueron las palabras de Donald Trump, en un mitin en Washington para celebrar su llegada a la Casa Blanca por segunda vez.
El objetivo para Trump es inalterable. El muro se construirá para separar definitivamente a Estados Unidos de México y al mismo tiempo, aplicar una política extrema para deportar a las personas que no están legalmente en el país. En ese contexto, Trump se encontró con un rival de peso, que no estaba en los planes de nadie: Papa Francisco.
Durante una entrevista en el programa de televisión italiano Che Tempo Che Fa, Francisco se refirió a la postura de Trump y no se guardó nada, expresando su preocupación y rechazo: “Si es cierto que hará eso, será una vergüenza, porque hace que los pobres desdichados que no tienen nada paguen la cuenta. Eso no se hace. Esa no es la manera de resolver las cosas. Así no se resuelven las cosas. Si lo hace sería una calamidad”.
Por su parte, Donald Trump aseguró que será implacable y si bien no hay cifras oficiales, se cree que buscará deportar 11 millones de personas que está ilegalmente en Estados Unidos. De acuerdo al Wall Street Journal, la administración Trump está planeando una redada de inmigración a gran escala la próxima semana en Chicago, como parte de su promesa de campaña de llevar a cabo la deportación masiva de inmigrantes ilegales criminales en todo el país.
Se espera que más de 200 agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) participen en la redada, que será el comienzo de una campaña que probablemente involucrará a otras ciudades de los Estados Unidos con una gran población de inmigrantes, incluidas Nueva York, Los Ángeles, Denver y Miami.
Por lo pronto, Trump ignora las palabras del Papa Francisco. En los últimos días, Trump decidió elegir a Brian Burch, líder del influyente grupo de defensa política CatholicVote, como embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede. En el oficialismo esperan que Burch pueda marcar un cambio significativo en la relación entre Washington y el Vaticano.