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Manuel Chong[1]
En un mundo empresarial impulsado por la tecnología, la adaptación rápida ya no es opcional, sino una necesidad urgente para sobrevivir. Las empresas que desean mantenerse competitivas deben adaptarse a este cambio sin demora. Sin embargo, la integración de nuevas tecnologías puede ser compleja. Desde entender innovaciones disruptivas hasta gestionar equipos especializados, el proceso puede resultar desafiante. Es aquí donde los servicios administrados se convierten en aliados esenciales, pues permiten a las empresas no solo adaptarse a las demandas tecnológicas, sino también concentrarse en lo que mejor saben hacer, es decir, su negocio.
Los servicios administrados se presentan como un recurso estratégico para aliviar esta carga. No obstante, la adopción de nuevas tecnologías requiere tiempo y recursos significativos, pues la constante necesidad de actualizaciones y mantenimiento puede desviar la atención de las metas clave de una empresa. Por ejemplo, en áreas como computo en la nube (Cloud Computing), seguridad informática (Cyber Security) y trabajo remoto o híbrido (Hybrid Work), normalmente las empresas especializadas no solo implementan y gestionan la infraestructura, sino que también aseguran su funcionamiento óptimo y su actualización continua, permitiendo así que las empresas pueden enfocarse en innovar y expandir así sus negocios o inclusive, incursionar en nuevos.
Al respecto, desde una perspectiva financiera, optar por servicios administrados transforma los gastos de capital en gastos operativos más predecibles. Esto no solo facilita la planificación financiera, sino que también ofrece una mayor flexibilidad para responder a cambios imprevistos en la demanda, optimizando el uso de recursos. Además, el modelo de suscripción mensual asociado a estos servicios proporciona una flexibilidad significativa, permitiendo ajustar los servicios de acuerdo con la demanda real, así como las condiciones del mercado. Estos beneficios permiten reducir la carga operativa y mejorar así la agilidad de las organizaciones, facilitando el enfoque en el negocio principal y la capacidad de innovar en nuevos productos o mercados.
Por ello, es qué uno de los servicios más populares en tecnología es, sin lugar a duda, la seguridad informática; por ello es qué, al ser un campo altamente especializado y en constante evolución, muchas empresas prefieren delegarlo a proveedores externos. En un mundo donde las amenazas cibernéticas se vuelven cada vez más sofisticadas, la ciberseguridad gestionada se ha convertido en una prioridad para todas las empresas, sin importar su tamaño o industria.
Estos proveedores suelen integrar aplicaciones de múltiples fabricantes, gestionando todos los elementos operativos y tecnológicos como un único servicio. Además, asumen la responsabilidad de correlacionar la información, implementar medidas de contención y llevar a cabo acciones de remediación cuando sea necesario. Algunos proveedores incluso manejan la respuesta a incidentes de ciberseguridad, abordando no sólo los aspectos técnicos, sino también la comunicación interna y externa, la negociación con ciberdelincuentes y, sobre todo, el cumplimiento legal y regulatorio.
Por lo anterior y, considerando que el mundo vive actualmente un momento tecnológico sin precedentes, liderado por la inteligencia artificial que está impactando significativamente diversas áreas como la atención al cliente, el marketing digital, o la gestión de procesos y servicios de tecnologías de la información, resulta imprescindible llevar a cabo acciones clave, pero sobre todo estratégicas, para seleccionar el proveedor adecuado y más conveniente. Por ello, se advierten necesarias acciones cómo las siguientes[2]:
- Establecer un punto de contacto claro y disponible, lo que implica contar con un contacto definido, no solo para asuntos comerciales, sino también para obtener soporte técnico oportuno e inmediato cuando sea necesario y, sobre todo, frente a situaciones emergentes no previstas.
- Definir el alcance de un servicio, lo que implica verificar que éste cubra todas las necesidades del negocio. Esto no es menor, pues un alcance limitado podría generar costos inesperados o, peor aún, que la tecnología sea insuficiente durante la vigencia de los servicios contratados.
- Desarrollar y establecer acuerdos de nivel de servicio (por sus siglas en inglés SLA), implicando que éstos se alineen con las necesidades la empresa, pues cualquier interrupción podría afectar el flujo normal del negocio.
- Tener claridad en la duración del contrato pues, normalmente, la duración de éstos suele ser a hasta de 36 meses, por lo que resulta de vital importancia revisar siempre y a detalle las condiciones de cancelación anticipada, así como de renovación al final del contrato para evitar sorpresas con consecuencias costosas o negativas.
- Existencia de políticas de cancelación claras, sobre todo antes de comprometerse, debiendo siempre tener en cuenta el entendimiento claro y preciso de las condiciones de cancelación para tomar decisiones informadas, oportunas, pero sobre todo estratégicas y alineadas al éxito del negocio.
Cómo es posible advertir, ésta breve “guía rápida”, proporciona una visión más clara sobre los servicios administrados, el valor que éstos aportan a las organizaciones y, sobre todo, las consideraciones pertinentes antes de integrarlos en la operación de cualquier negocio. En este sentido, no hay que omitir que, si bien los servicios administrados crecieron alrededor de un 12.7% en 2023 y, a pesar de los desafíos económicos que éstos representan, se espera que esta tendencia continúe, especialmente en áreas como la ciberseguridad y, sobre todo, en la inteligencia artificial, resaltando la necesidad de una inversión continua en este tipo de servicios (Canalys, 2023).
En definitiva, los servicios administrados ofrecen una oportunidad única para que los líderes empresariales redirijan su tiempo y recursos hacia lo que realmente importa: innovar y crecer en su mercado, significando así la pertinente existencia de un enfoque estratégico para líderes visionarios en un mundo donde, la tecnología, se ha convertido en el diferenciador clave y definitivo de todo negocio en un contexto global y cambiante.
En un mundo donde la especialización es clave, cabe recordar el viejo adagio “Zapatero a tus Zapatos”. Este dicho popular no sólo significa una mera expresión por demás conocida, sino que implica una estrategia prudente y visionaria. Adoptar servicios administrados no es simplemente una decisión operativa, sino es una decisión estratégica que puede definir el futuro de una empresa en un entorno altamente competitivo y cada vez más global. Por ello, es posible afirmar que, adoptar servicios administrados hoy puede ser el paso más estratégico hacia un futuro más innovador y competitivo que garantice la continuidad y, mejor aún, crecimiento de un negocio, por lo que más vale actuar, que morir en el intento.
[1] . Experto en Innovación y Tecnologías de la Información. Actualmente, Partner Account Manager y Líder en Desarrollo de Servicios Administrados en Cisco. Es Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica por el Instituto Politécnico Nacional y Maestro en Administración e Tecnologías por Universidad Nacional Autónoma de México.
[2] Canalys. (2023). “MSP Analysis: Channel Partner Opportunities and Trends by Region”. Informe independiente encargado por Cisco. Véase:
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